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May Ramírez

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May Ramírez

El Club de Leones Málaga Ilusión está capitaneado por una mujer: May Ramírez. Por eso quiero poner el foco en ella y su historia para dar a conocer la labor que hacen y desarrollan durante todo el año. 

En muchas ocasiones cuando pensamos en estas entidades que ayudan a los que menos tienen, que emplean su tiempo y su esfuerzo por llegar adonde otros no llegan, imaginamos que son personas a las que le sobra de todo o no tienen otra cosa que hacer. Y no es cierto, no es así. Y el ejemplo más claro de que no es así está personalizado en May Ramírez. May sabe lo que es tenerlo todo y lo que es de un día para todo no tener nada y tener que empezar de nuevo tras una separación que se llevó el amor y el dinero por la ventana. 

Los pilares sobre los que se sustentaba su vida se habían desmoronado. De un plumazo desapareció todo lo que le daba cierta estabilidad. 

Y aunque vivir ese duelo no fue fácil, consiguió reconstruirse además de crecer como persona. Y lo hizo entre otras cosas, ayudando a los demás. Entregándoles lo más valioso que tenía, su tiempo. Un tiempo que se le hacía eterno cuando sus hijos se fueron fuera a estudiar. Ese vacío y ese dolor lo transformó en darse a los demás y junto a otros compañeros fundó hace poco más de dos años el Club de Leones Málaga Ilusión. 

May estudió Económicas en la Universidad de Málaga, y estuvo trabajando unos años en lo que era Pryca de jefa de administración. Cuando se casó y tuvo a sus hijos, su marido le propuso incorporarse a la empresa familiar. Y ella, dejó su trabajo y empezó a trabajar con su marido. Pensó que de esa forma podría pasar más tiempo con sus hijos y tendría más libertad para dedicarse a ellos. 

 

El tiempo y la perspectiva que da, le hacen plantearse a May que aquello fue un gran error. O quizás no lo fue y tenía que aprender lo que ha aprendido gracias a vivir uno de los momentos más complicados de su vida.

May, ¿por qué fue un error dejar ese trabajo?

Por una parte no lo fue, porque yo quería pasar más tiempo con mi hija y en Pryca tenía un horario en el que sabía a la hora que entraba pero no a la que salía, siempre tenía que llevar el busca por si pasaba algo. Cuando nació Paula, yo llegaba a casa a las 9:30 o las 10 de la noche y la niña ya estaba dormida. Trabajando con mi marido tenía las tardes libres y podía estar con mis hijos. Pero nunca sabes lo que te puede pasar en la vida y los niños crecen. Mi hija ya tiene 22 años y mi hijo 20.

¿Cómo fueron esos años de trabajar en la empresa de tu marido?

Muy buenos, teníamos trabajos separados. Cada uno se dedicaba a una cosa dentro de la empresa. Estuve casi 20 años trabajando con él. Es cierto que hay veces que los problemas te los llevas a casa, pero eso luego también lo llevamos muy bien. Y por las tardes, como te decía, yo me podía dedicar a mis hijos que otro trabajo no me lo hubiese permitido.

Y te separas y qué te encuentras… Porque que digas que fue un error viene por eso, ¿verdad?

Pues me encontré con 50 años y que me sentía fracasada como mujer, como madre, como hija, como nieta y como todo. Mi mayor miedo era, por ejemplo, decírselo a mis tías, decirles que me había separado. Yo vengo de una familia muy tradicional. Es cierto que yo creía en el amor eterno y me veía envejeciendo con él.  Me preocupaba hasta que se enterase la gente de la calle, me daba vergüenza. Fíjate que tontería.

Tomar esta determinación a me costó mucho. Aunque fue un palo muy fuerte lo volvería a hacer, a pesar de cómo me quedé, porque me valoro de una forma que antes no lo hacía. Antes estaba tan metida en la rutina que ni me lo planteaba.

Y ahora, el superarme a mí misma, el saber aceptar lo bajo que caí a nivel económico, el saber que he sido capaz de salir, todo eso te hace valorar muchas cosas. Yo, por ejemplo, en ese momento honré muchísimo a mis padres.

¿Te quedaste sin nada?

Nada de nada, pasé por momentos durísimos. Yo tenía mis propiedades antes de casarme, me había comprado un piso. Pero luego él quiso invertirlo en la empresa y como yo confiaba en él, dejé que lo hiciese. Cuando te casas y estás enamorada no te piensas que algo así pueda pasar. 

Cuando nos separamos podía haber empezado un proceso judicial para reclamar lo que me pertenecía, pero aquello suponía entrar en un proceso largo y renuncié a cambio de que él se ocupase desde aquel momento económicamente de mis hijos hasta que acabaran sus estudios.

Yo no quería nada si él me firmaba que a mis hijos no les iba a faltar de nada. Él desapareció y yo me quedé sola con mi hijo que entonces tenía 16 años.

Y, ¿cómo afrontaste aquello?

Me quedé fatal, sin nada. Sin trabajo, porque yo me enteré de un mes a otro que él cerraba la empresa y yo no tenía ni paro.

Me encerré en casa hasta que llegó un día mí hermana Sílvia, que vive en Palma de Mallorca, y me trajo un muestrario de bisutería para que yo la vendiese. Yo me vía incapaz de echarme a la calle y vender aquello.  

Hasta entonces, sin ser ostentosa, había sido buena cliente de determinados establecimientos y fueron ellos los que me apoyaron vendiendo mis productos, incluso hasta llegué a diseñar joyas. En Málaga se sabe todo, y al igual que algunas personas que esperaba que me iban a apoyar no lo hicieron, hubo gente que no lo esperaba y me demostró mucho cariño. Estoy muy agradecida por como se volcó todo el mundo conmigo.

Yo estaba educada por mis padres en el trabajo y el esfuerzo, no nos había faltado de nada, pero tampoco habíamos tenido caprichos. Para mí el palo no fue bajar de un nivel a otro económicamente, mi palo fue la desilusión y el tener que enfrentarme a quedarme sola y con un hijo adolescente, que al final respondió genial. Mi ex me dio durante dos años una pequeña indemnización y después ya empecé a trabajar, no estoy en la mejor situación pero sé que voy a salir.

 

¿Cómo llegas al Club de Leones?

Una vecina del Limonar me invitó a una actividad del Club de Leones. Me dijo que necesitaban gente que colaborase activamente. Es verdad que yo siempre que podía ayudaba en la iglesia, pero a nivel particular, nunca era a nivel de asociación.

Me decidí a entrar y creo que estuve casi 4 años en el Club de Leones en Málaga Limonar. Después de aquello decidimos montar el Club de Leones Málaga Ilusión aquí en el Distrito centro.

De desconocer totalmente el club anteriormente, estando dentro me di cuenta de que se podían hacer muchas cosas y animé a muchas amigas a entrar. Teníamos muchas ganas de involucrarnos en la vida de la ciudad y crear nuestro propio Club de Leones nos permitía hacerlo.

¿Qué hace un Club de Leones?

El Club de Leones, es la organización más grande del mundo. Es totalmente altruista, nadie absolutamente nadie cobra nada. El club se financia por una cuota que se paga de 15 euros, y ese dinero va a una cuenta del Lion Internacional. Cada seis meses o cada tres meses, Lion International nos manda unos recibos y es el dinero que pagamos. Y luego tenemos otra cuenta que es donde se ingresa todo lo que recaudamos con las actividades que promovemos nosotros, pero todo lo que entra sale para ayudar al prójimo. El club siempre está bajo mínimos, porque nuestra obligación es entregarlo a quién lo necesita.

Luego ayudamos en todo lo que se nos solicita y vemos viable poder ayudar. Desde la operación kilo a familias, colegios o asociaciones que necesitan que les echemos una mano.

Por ejemplo, llevamos desde el principio poniendo en marcha ‘El árbol de los deseos’ que es una actividad muy dura, pero encantadora. Para la asociación de Down hacemos un evento anual, hacemos nuestro desfile que también todo lo recaudado se destina a una asociación, y además colaboramos con otras entidades que nos piden que le echemos una mano con nuestros voluntarios en sus propios eventos, o les ayudamos a difundirlo.

Hay otras acciones que se hacen que tienen menos repercusión como ayudar a familias que nos necesitan en ese momento. Fuera de España el leonismo es super conocido.

Hacéis por lo que me cuentas también muchas veces de puente… 

Sí, muchas veces hacemos de intermediarios o de altavoz.

¿Qué perfil hay de socios? Porque desde fuera muchas veces se piensa que los voluntarios de estas asociaciones es gente con mucho dinero. 

Da igual si tienen o no tienen un poder adquisitivo alto. Lo importante es que es gente que  está dispuesta a hacer algo por los demás. Hay socios activos que se implican en todo y socios pasivos que colaboran pagando su cuota y cuando pueden ayudan también ofreciendo su tiempo. Ahora somos 107 socios.

El Club de Leones Málaga Ilusión nació hace poco más dos años con 20 socios y actualmente es el club más grande no solamente de España, sino de parte de Europa. De hecho el año pasado nos dieron un premio a nivel internacional por la cantidad de actividades que se habían hecho en la ciudad y por la implicación de los socios.

 

Este club lo fundas poco después de tu separación…

Sí, yo ya participaba en el otro. Ya era Leona. Y siempre digo que esto me ha ayudado mucho a salir, a no caer en bucle en pensamientos que no me llevaban a nada, a llenar con algo útil los vacíos. Mientras que mando correos, te escriben, montas la actividad, te mueves… Es cierto que a veces terminas cansada pero también es cierto que la mente la tienes ocupada.

Cuando mi hijo se fue fuera a estudiar me quedé sola. Yo no soy de salir de copas los fines de semana, pero sí me verás de eventos con los compañeros del club. Lo pasé mal, pero creo que gracias a las personas tan encantadoras del club he podido salir. Es gente muy buena, con muchísimos valores y estoy muy orgullosa de lo que estamos consiguiendo con el club.

Uno de los eventos que triunfa cada año y que has nombrado antes es el Árbol de los Deseos…

Surgió en una reunión con Gemma Del Corral. Mi idea era hacer un roscón enorme en la Plaza de la Constitución y vender los trozos con una taza de chocolate. Gemma nos comentó que ya se había hecho un año algo parecido y que mejor pensásemos en otra cosa. Dándole vueltas surgió el Árbol de los Deseos fue una idea muy bonita por parte de Gemma.

Se inaugura el día del alumbrado de Málaga, el equipo de gobierno viene a inaugurar nuestro árbol y luego se van a inaugurar el alumbrado de Málaga, y se quita a principios de enero. Es mucho trabajo, hay que estar allí mañana, tarde y fines de semana, da igual que llueva o haga frío. Pero es un árbol mágico y toda la gente del club que ha estado ayudando en el árbol se engancha, se viven muchas cosas bonitas estando allí.

¿Qué deseo le has pedido tú?

Salud, lo primero, y después tranquilidad; paz, armonía y que el universo, o llámalo como quieras,  me mande lo mejor que tenga para mí.

¿Qué le dirías a toda esa gente que está sola quejándose en casa?

Que den a los demás. Es que lo cambia todo y te cambia a ti. A mí me ha costado mucho llegar, pero creo que la espiritualidad bien vivida es la mayor satisfacción que puede tener una persona. Ese sentirse feliz por lo que haces, el acostarte por las noches con  tranquilidad de conciencia, sabiendo que has dado lo mejor de ti a los demás, eso te lo devuelve la vida con creces. Y no es que lo hagas para se te devuelva, es que así y lo compruebas.

¿Dices que has tardado en llegar a una espiritualidad o al menos a una espiritualidad más profunda…?

El ser humano normalmente necesita una crisis para crecer, y para mí el momento fue el de mi separación y perder la estabilidad económica que tenía.

Creo que cuando estás en el día a día no agradeces nada. Yo no me levantaba y daba las gracias por la casa que tenía, ni gracias por el coche que tenía, ni daba las gracias por los viajes espléndidos que hacía. Y me pasó que llegó un momento de abrir la nevera y tener medio bote de leche únicamente y aprender a dar las gracias por poder tomarme esa leche.

May, el haber vivido esa situación de carencia económica, de desesperación hasta cierto punto, ¿te hace también que te pongas más fácilmente en el lugar de esas familias que os piden ayuda?

Cuando me separé y pasé la crisis económica, yo ya venía de tres o cuatro años de ver esas necesidades que tenían otros.

Siempre cuento una vez que me llamaron porque una familia de la Cruz Verde necesitaban ayuda. Había tres niños durmiendo en un colchón de playa. Estuvimos buscando ayuda y no lo encontrábamos. Mi hija tenía una cama nido con un colchón debajo de su cama sin estrenar y llamé para que se lo llevaran a esa familia.

Cuando llegó mi hija en Navidad se enfadó muchísimo conmigo por haber dado el colchón, porque ya no se podían quedar sus amigas en casa. Un día la monté en el coche y la llevé a ver donde estaba su colchón. Cuando lo vio ya nunca más me dijo nada.  Hay que meterse y verlo para ser conscientes de las necesidades que hay.

Hay gente muy necesitada en Málaga, con muchísimos problemas, ya no es solamente económico, son psicológicos. Hay familias en las que el padre está drogado, donde la madre bebe por las palizas que le pega el marido, donde esos niños están creciendo en un ambiente del que no tienen culpa, ni han elegido. Es que nosotros creemos que vivimos en una ciudad que es un paraíso, pero hay muchas necesidades.

 

¿Qué relación hay entre los clubes de Leones?

Pues lo ideal sería que tuviéramos más relación, eso es lo ideal. Pero es verdad que no existe esa relación fluida entre clubs. Al final es un reflejo de la sociedad y cada uno va a lo suyo. Si estuviésemos más unidos se podrían hacer muchas más cosas. Es una pena.

A vuestro Club os han dado varios reconocimientos desde que empezasteis. Supongo que eso también es un impulso para seguir…

El primer año era nada más que constituirnos nos dieron el premio de la Asociación Malagueña de Escritores, que nos lo dieron junto con Antonio Gala, el decano del Colegio de Abogados o Chiquito de la Calzada, porque vieron la labor que hacíamos. Este año hemos sido premiados por la Asociación Siglo XI. Y aunque a veces es un trabajo duro claro que todo eso nos da fuerzas para seguir.

May Ramírez- Club de Leones Málaga Ilusión-23

Cuantas veces de las malas experiencias nacen experiencias bonitas y que nos hacen crecer. Lo importante es saber ver la salida y saber mirar para encontrarla en vez de anclarse en la queja y el victimismo. 

Redacción: Ana Porras  Fotografía: Lorenzo Carnero

May Ramírez Presidenta 

Presidenta Club de Leones Málaga Ilusión

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Audio transcripto por Atexto

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