Profesionalmente volvía a reunir en The Top del Hotel Molina Lario a un grupo de personas en torno a un tema que debemos revisar a menudo en un mundo tan competitivo, nuestra propuesta de valor. Detectar e identificar aquello que nos hace diferentes, especiales, y que podemos aportar a los demás, ya sean clientes, compañeros o al equipo del que formamos parte. Rafael Bosco, Director Ejecutivo de Grupo Impulsa IEDAD, era el encargado de guiarnos en esta sesión.
El día era totalmente primaveral. Y aunque estábamos en plena víspera de Semana Santa, cuando la mayoría ya estábamos pensando en las vacaciones, conseguimos reunir a un interesante grupo. Algunas de estas personas participaban por primera vez y otras repetían.
Daniela Sánchez, analista de marketing digital
Siempre destacan los asistentes que estos encuentros suponen hacer un alto en el camino por unas horas y les permite desconectar el piloto automático. Sólo así podemos avanzar. Parándonos a pensar, que es algo que va más allá de darle vueltas a la cabeza. Y aunque el trabajo tenemos que hacerlo nosotros, muchas veces necesitamos de alguien que nos guíe para encontrar nuevos puntos de vista, nuevas perspectivas.
Claudia González, coach en Caminando con Claudia
Rafael Bosco ya nos había acompañado en una sesión anterior, donde recalculamos nuestra Brújula Personal. Volvió a advertirnos, como ya lo hizo entonces, de que al tener tan sólo una hora por delante, nos iba a ofrecer las principales herramientas para que después continuásemos profundizando en el tema.
Quiso también fomentar las relaciones entre los asistentes para facilitar el networking posterior y planteó el trabajo como un juego en el que había que compartir e interactuar con los compañeros en equipos de tres personas .
Así comenzó: “Hoy vamos a jugar. Os puedo contar lo que tenéis que hacer directamente para conoceros mejor y encontrar ese algo que os diferencia del resto, que es algo que nos preocupa a todos, destacar. Pero mi propuesta es que juguemos y lo descubráis vosotros”.
Y eso hizo, guiarnos a través de un juego en el que mediante potentes preguntas íbamos a descubrir nuestra propuesta de valor. Lo primero que tuvimos que definir fueron las expectativas que teníamos esa mañana, qué esperábamos conseguir tras la sesión. Algo a lo que debíamos contestar de manera individual.
Aunque el objetivo del encuentro era descubrir nuestra propuesta de valor, nos pidió que apuntásemos lo que podría ser, según una primera idea, nuestro valor añadido. Así, al final del taller podríamos comprobar si se ajustaba a la realidad, tenía matices o habíamos descubierto algo nuevo sobre nosotros mismos y ese “algo más” que somos capaces de aportar. Ese “algo” que nos hace más que diferentes, especiales.
Rafael Bosco propuso una serie de retos que había que superar y que quedarían reflejados en un dibujo-mapa que nos daría una visión global de nuestro valor añadido una vez finalizada la sesión. Pero antes, era momento de poner en común con el grupo lo que era para nosotros “una propuesta de valor”.
Marta Calange, formadora técnico de peluquería
Yolanda Jiménez de Celebrando.es
Guillermo Sarmiento, consultor de sistemas de seguridad
Es cierto que en el mundo en el que vivimos hay multitud de productos, de servicios, de competencia; por eso es tan importante reconocer el valor que aporta la persona.
Beatriz Ligero, Coach experta Gestión del Cambio y Transformación
María Jiménez, tiene una empresa de video vigilancia
Fran Gallardo, periodista en YoSoyMujer.es
Cristina Balenilla, psicóloga, fundadora y CEO de Mindinside
Pablo Navarrete, periodista
Tras ese primer momento de compartir con el equipo, nos pidió formular una cuestión de manera individual: “¿Qué tengo que resolver yo para encontrar mi propuesta de valor? Tengo que encontrar lo que me diferencia. Aquello que cuando lo doy, la gente lo valora. Tengo que encontrar ese “algo” y el momento en el que eso se percibe por parte del otro”, nos dijo Rafael.
Formular preguntas poderosas para encontrar respuestas válidas. En esta ocasión teníamos que encontrar sólo una pregunta y por tanto sólo una respuesta. “¿Qué me indica que estoy aportando algo diferente…?”
Rafael nos recordó que era algo centrado en nuestro interior, no basado en la opinión de los demás o en los resultados de nuestra empresa ni respecto a nuestros clientes. Se trataba del valor personal, no del valor técnico; de la importancia de las personas y no de nuestros negocios.
Este punto es el que más dudas suscitó entre los asistentes. Y tras resolver las dudas seguimos avanzando en la sesión. Tal y como había anunciado Rafael, en esta ocasión el taller era un juego en el que había que superar retos que llegaban en forma de preguntas.
Martina Pineda, directora de empresa de organizaciones de eventos y congresos Lamar de Eventos
1.- ¿Qué sé de mí?- Y nos pidió que desarrollásemos las respuestas teniendo en cuenta los diferentes roles que desempeñamos en nuestra vida.
2.- ¿Qué más sé de mí?…
Y así nos invitó a indagar en nosotros mismos. Reformulando esta pregunta una y otra vez. “ Lo que saquéis la quinta o la sexta vez que os preguntéis, que os llevará a vuestras capas más profundas, es lo que más información os va a dar”, nos dijo.Un ejercicio que posiblemente nunca deberíamos dejar de repetir en nuestra vida para seguir conociéndonos.
Nos pidió que resumiésemos en una sola palabra el reflejo de todo eso que habíamos descubierto sobre nosotros. Evidentemente, el ejercicio pedía mucho de introspección, de buscar en nuestro interior, de no quedarnos únicamente en la fachada.
El segundo reto era encontrar en nuestra vida un momento, un hito, en el que hubiésemos estado ante la resolución de un problema y que nuestra aportación hubiese sido importante. “¿Qué hicisteis para salvar ese problema? ¿Qué fue lo que os movió?”, nos planteó. Y de nuevo teníamos que elegir en una palabra ese valor que aportamos en ese momento.
Seguro que todos hemos vivido algún momento en el que nuestra aportación ha sido relevante, crucial. Reconocerlo es importante porque nos da pistas de esa cualidad, de esa forma de ser o actuar que aporta.
Mientras contestábamos a esas preguntas, nos fue pidiendo que cogiésemos de un saquito pequeños objetos diferentes entre ellos. Cada uno cogió uno. Ninguno era igual a otro.
El tercer reto era conectar ese objeto con nosotros. Darle un significado con respecto a nosotros. Eso supone trascender lo evidente y buscar nuevas preguntas y respuestas. Supone encontrar nuevos puntos de vista que nos hablen de nosotros mismos.
Es complicado reflejar este ejercicio en una líneas que podáis también aplicar aquellos que no estuvisteis pero sí os puede facilitar una pequeña guía para reflexionar en casa sobre vuestra propuesta de valor.
Más tarde, Rafael Bosco nos guió en un pequeño ejercicio de visualización para descubrir qué queremos aportar como seres individuales a la humanidad.
Después, volvió a pedirnos que pusiéramos en común con los compañeros de grupo lo que habíamos ido descubriendo a lo largo del proceso para que los demás a su vez destacasen algo de nosotros con esa información que les ofrecíamos. “Tenéis que escribir algo que destacáis de esa persona, de vuestros dos compañeros, y se lo dais a ellos. Y entre esas palabras y las que habéis ido encontrando vosotros mismos durante el ejercicio, tenéis que elegir sólo una o buscar una nueva que os sugieran todas las palabras relacionadas con vosotros que han surgido”, continuó Rafael Bosco.
La siguiente fase del juego era definir en 140 caracteres lo que nos diferencia. Lo llamó el juego del tuit. Tras escribirlo, de nuevo había que compartirlo con los compañeros, esta vez en voz alta y sin leerlo, intentando transmitir credibilidad y autoconfianza al pronunciar esas palabras, y nuestros compañeros lo puntuarían. Rafael destacó la importancia de compartir y verbalizar para encontrar nuevas perspectivas. Seguro que alguna vez os ha pasado que tenéis algo que os ronda la cabeza, una idea, un proyecto, una duda, una decisión que tomar, y al compartirla con otra persona y escucharos el planteamiento al contarlo, simplemente con eso, le encontráis el sentido o sinsentido.
Una vez hecha la puesta en común tocaba revisar el mapa final resultante de los retos y contrastarlo con nuestra expectativa inicial, nuestra primera idea al llegar a la sesión, sobre nuestra propuesta de valor. Por último, analizando todo eso, nos pidió definir la primera acción, el primer paso que tenemos que dar para poner en práctica nuestra propuesta de valor.
Rafael Bosco concluyó regalándonos de manera simbólica una cajita con granos de café. “Hay un cuento en internet que habla de que al hervir la zanahoria se pone blanda. El huevo al hervirlo se pone duro. El café al hervirlo se disuelve ante las adversidades, que además aromatiza y da sabor. Ésa debe ser nuestra propuesta de valor. Debéis ser como los granos de café”. Y nos pidió que no lo olvidásemos.
Tras una sesión en la que nos ofreció las bases para seguir trabajando en casa, continuamos con el brunch el networking en Matiz. Un espacio muy especial que siempre nos envuelve con su magia mientras degustamos sabores diferentes basados en la cocina mediterránea.
El haber compartido tanto durante la sesión nos había hecho conectar, y aunque en la mayoría de los casos éramos todos desconocidos, no teníamos esa sensación.
Ana Paneque, comercial de Gallery Hotels y Myriam Ortíz, directora de Molina Lario se sumaron al brunch
Profesionalmente nos permite salir por unas horas de ese piloto automático con el que actuamos a diario y nos permite poner en práctica un ejercicio de encuentro con nuestro interior para encontrar o reafirmar nuestros recursos.
El Brunch
Momentos
Agradecimientos
Gracias a Rafael Bosco por guiarnos en esta sesión, gracias a todos por venir y participar y gracias, una vez más, a todo el equipo de Hotel Molina Lario.
Próximos eventos
La próxima sesión de Profesionalmente será la última de esta edición y se celebrará el 10 de mayo. La ponente será Elena Garijo de Lambda Soluciones de Gestión y el tema: “Claves de la comunicación eficaz”.
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Antes tenemos la última sesión de esta edición de Business&Brunch
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Redacción: Ana Porras Fotografía: Nacho Morales
