La identidad personal
Cada persona es única e irrepetible, además de susceptible de variar a lo largo de su vida de manera voluntaria o involuntaria. Así mismo tenemos una imagen propia que nos identifica y que constituye nuestra marca personal, incluso aunque no lo sepamos ni nos hayamos propuesto crearla.
Por ello, ya que tenemos una marca personal, sea cual sea nuestra ocupación y vida nos conviene ser conscientes, así como sacar el máximo provecho a nuestra marca.
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Nuestra identidad está formada por el conjunto de lo que pensamos, sentimos y hacemos, sea o no visible o conocido por otras personas, de ahí que tenemos tanto una identidad interior íntima como otra exterior social.
La marca personal
Artistas, cantantes, diseñadores, escritores u otras personas singulares han creado su marca personal simbolizada con un nombre que les identifica y hace únicos ante sí mismos y las demás personas, coincida o no con su propio nombre o sea mediante otra palabra existente o inventada.
De igual manera nuestra marca personal conlleva un nombre que nos representa y que es nuestra referencia personal, sea simplemente una palabra o vaya acompañada de un logotipo, anagrama o imagen asociada.
Las ventajas de ser creadores conscientes de nuestra imagen nos refuerzan y rentabilizan nuestra identidad tanto con nosotros mismos como hacia las demás personas, además de que nos posicionan de manera clara en nuestro entorno.
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Imagen corporativa y marca personal
Por lo tanto si deseamos tener una marca interesante y rica en su contenido conviene que seamos conscientes diseñando intencionadamente sus componentes que lo conforman (palabra, color, grafismo, imagen, textura y otros posibles elementos. Lo que en inglés se denomina Branding).
Según cual sea nuestra actividad personal o profesional el diseño de la marca será diferente adecuándose no sólo a nuestros deseos sino también a nuestra área de actividad y la trayectoria que nos planteamos.
La imagen corporativa en grupos o empresas es equivalente a la marca personal debiendo personalizar a nuestro caso concreto todos sus componentes básicos y secundarios.
Creación de la marca personal
Según nuestras habilidades personales y la complejidad del diseño de la marca personal podemos realizar su proceso creativo o bien precisar de especialistas que de acuerdo con nuestras propuestas optimicen con su experiencia nuestra imagen de marca.
Tras haber decidido el uso y contenido esencial que deseamos para nuestra marca conviene en primer lugar elegir la palabra que nos identifique, ya sea nuestro nombre, un acrónimo o vocablo formado por la unión de elementos de dos o más palabras, o bien otra palabra ya existente o inventada que deseemos nos represente.
A continuación elegiremos su grafismo bien del amplio catálogo de tipografía existente o incluso diseñando una grafía nueva personal, así como el color o colores con sus tonalidades más significativas para nuestra identidad.
Además podemos decidir si deseamos complementarlo con alguna figura geométrica u otra imagen que personalice aún más nuestra marca .
Flexibilidad y dinamismo de la marca personal
Siempre debemos tener en cuenta que nuestra marca debe ser estable a lo largo del tiempo, pues frecuentes cambios impedirían su consolidación y difusión, pero a su vez es posible en el futuro su actualización o renovación por las mejoras que se precisaran.
La propia evolución personal y de las interacciones sociales van reconfigurando de manera natural y espontánea la identidad personal que junto a nuestra revisión periódica determinarán la trayectoria y las mejoras que deseemos implementar.
Conceptos, ideas y valores así como sensaciones y sentimientos además de conductas y comportamientos en continua interacción con nosotros mismos y con las demás personas y entorno definen permanentemente nuestra imagen y marca personal.
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