Ya podemos salir a la calle y ha coincidido con la llegada del sol y el buen tiempo. En esas salidas no solo debemos guardar la distancia de seguridad y las medidas higiénicas de protección, también debemos tener presente el cuidado de nuestra piel. Por eso, hemos elaborado estos 7 consejos para mantener la piel protegida frente a las salidas de la desescalada.
Sequedad, quemaduras o irritación son algunas de las consecuencias que puede sufrir nuestra piel después de estar más de cincuenta días sin ver la luz del sol; más que necesaria por los beneficios que nos aporta.
No podemos olvidarnos que los niveles de contaminación se han reducido drásticamente durante el confinamiento. Pero, lamentablemente, volverán a alcanzarse los niveles anteriores conforme vayamos recuperando actividad, y hay que estar preparados para ello.
Afortunadamente, podemos seguir algunas recomendaciones para que este cambio de hábito no suponga un gran trauma para la piel.
1.- Exponerse al sol de manera progresiva
La luz solar hace que el cuerpo humano sintetice la vitamina D, que juega un papel muy importante en diferentes procesos de nuestro organismo. En definitiva, es algo bastante positivo para el cuerpo. Pero esto no debe llevarnos a sobreexponernos a los rayos UVA y UVB que desprenden las ondas solares. Recibir demasiadas radiaciones está directamente relacionado con el envejecimiento prematuro de la piel e, incluso, del cáncer de piel.
Por este motivo, las autoridades sanitarias piden responsabilidad al salir a la calle en horas de máxima exposición al sol. Aconsejan hacerlo de forma progresiva; es decir, empezar a recibir los rayos solares durante un breve periodo de tiempo e ir aumentándolo conforme pasen los días, para que el cuerpo pueda aclimatarse.
2.- Usar cremas protectoras
Aunque hay personas que usan de manera habitual una loción de protección solar al salir a la calle, otras lo consideran algo exclusivo para los días de playa y piscina. Sin embargo, tanto tiempo sin exponer la piel a los rayos solares la ha hecho más vulnerable que nunca. Esto la convierte en un blanco perfecto para que la radiación solar cree quemaduras. Ante esto, lo más sensato es usar cremas protectoras, a ser posible con un FPS superior a 30, aunque esto depende de el tiempo que vayamos a estar en la calle.
3.- Usar gorros y gafas
La mascarilla se ha convertido en el complemento indispensable en esta época. Sin embargo, algunos otros como gorros, gorras o gafas de sol pueden ser muy útiles cuando salgamos a las calles.
Además de proteger la piel al taparla, un gorro puede servir para evitar un sobrecalentamiento de la zona de la cabeza, por ejemplo. En una hora concreta, el sol brilla desde muy arriba y, sin darnos cuenta, puede provocar mareos e, incluso, desmayos.
Por otro lado, tras estar todo el día metidos en casa, y algunos sin quitar la vista de las pantallas, hacerse con unas gafas de sol ayudará a que nos encontremos más cómodos cuando caminemos o hagamos deporte en el exterior. Los ojos necesitan un poco de tiempo para hacerse al entorno, y una luz natural fuerte, si se da de sopetón, puede hacer sufrir al ojo más de lo necesario.
4.- Mantener un especial cuidado con los niños
Las recomendaciones anteriores se hacen aún más necesarias cuando hablamos de los pequeños. Comparada con la de los adultos, la piel de los niños es alrededor de seis veces más fina y no produce tantas defensas ni melanina, por lo más pequeños de la casa son mucho más vulnerables al sol y a la contaminación que nosotros.
Por eso, gorras, gafas y una protección solar adecuada para cada edad son las soluciones perfectas para que la salida de los pequeños no se convierta, horas mas tarde, en irritación y quemaduras.
5.- No confiarse en los días nublados
Aunque el sol no brille y el cielo esté gris, las radiaciones solares siguen ahí. El sol se filtra a través de las nubes. Dependiendo de la densidad de estas, los rayos del sol, sobre todo los UVA, son capaces de atravesarlas hasta en un 80% según comentan desde la Skin Cancer Fundation. Por eso, ¡a días nublados, protección y cuidado!
6.- Aumentar las defensas
Todos estos cambios que sufre la piel suponen un estrés añadido lo que la lleva a oxidarse antes y acelera el envejecimiento. Por ello, aumentar las defensas es una buena opción para mantener a raya estos aspectos y favorecer la recuperación y elasticidad. Una buena dieta es la clave fundamental para que nuestro cuerpo tenga unas buenas defensas, pero también existen productos específicos aplicables directamente en la piel que sirven para este fin.
Aunque antes de aplicar cualquier serum o loción, es necesario exfoliar la piel bien y limpiarla con productos bajos en pH, así evitaremos picores e irritación derivados del uso de geles y cremas con químicos.
7.- Hidratar
El ciclo de cuidado de la piel lo cierra un clásico: la hidratación. Preferiblemente por la noche, podemos aplicar productos ultrahidratantes que ayuden a la piel a no estar tirante y que supongan un alivio para las zonas quemadas o irritadas a causa de la contaminación.