Las redes sociales llegaron a nuestras vidas hace años y cambiaron la forma en la que nos relacionamos. Los adolescentes no han notado ningún cambio, porque ya nacieron con ellas, son nativos digitales que muestran sus actitudes y personalidad a través de internet. Lo que ha supuesto la creación de un nuevo concepto que responde a una realidad; bullying telemático. Cerca del 90% piensa que hay más violencia en Internet que presencial y más del 80% se siente impune al realizar bullying telemático. Datos alarmantes tanto uno como otro.
Un equipo de investigación de varias universidades españolas, entre las que está incluida la Universidad de Málaga, ha dado a conocer un estudio que trata de identificar los factores que desencadenan la violencia de género y el acoso en estudiantes de entre 15 y 17 años. La investigadora Leticia Velasco, junto con Esther Mena y Juan Carlos Tójar, del Departamento de Teoría e Historia de la Educación y Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la UMA, han analizado las respuestas de 284 estudiantes de ocho centros de secundaria de la provincia de Málaga.
“A esta edad se definen la identidad del individuo y las relaciones entre sus iguales. Empiezan a sustituir a la familia por los amigos y las redes sociales se presentan como una prolongación de su grupo. Un espacio donde lo comparten todo, dándole más importancia que a la comunicación presencial”, explica la investigadora Leticia Velasco.
El 17% de los adolescentes encuestados reconoce haber sufrido bullying y el 10% reconoce haber participado acosando a algún compañero o compañera en la red. “Hacerlo a través del ordenador les confiere cierta impunidad e invisibilidad, además de sentirse respaldados por un grupo”, comenta Esther Mena. Esta idea se confirma con los datos del proyecto que refleja lo que piensan los participantes. El 92% asegura que sus compañeros son más violentos en línea y el 82% afirma no tener consecuencias cuando intervienen en actividades nocivas.
Si antes los profesores podían intervenir en las aulas al detectar ciertos comportamientos violentos, la aparición de internet lo hace más complicado, ya que el acoso va más allá de las puertas del instituto o del colegio. Juan Carlos Tójar apunta: “Sería interesante que familias y docentes pudieran acceder a una formación que les enseñara cómo identificar los problemas y de qué manera afrontar los casos”. Esto se completaría con la colaboración de toda la comunidad educativa junto con los estudiantes y trazando, en común, planes realistas para hacer frente al bullying en las redes.
Lo que dice el estudio sobre la violencia de género…
El proyecto también nos habla de la violencia de género que se da a esas edades y ha revelado prácticas que realizan los estudiantes, algunas veces desde el desconocimiento o la normalización de ciertas conductas controladoras. “Las parejas activan la geolocalización del móvil para saber dónde está la otra persona en todo momento, se revisan las llamadas e, incluso, se dan las contraseñas. Los que no acceden a este control son reprendidos, por lo que consideran falta de amor y confianza”, señalan en la investigación realizada.
Parte del problema reside en lo que complicado que resulta para los adultos que están cercanos a víctimas y acosadores detectar estos casos. “Pocos acudirían a alguien de la escuela. Aquí se hace más patente que se necesitan protocolos claros para saber cómo actuar en los centros educativos y hacerlos visibles para que la comunidad estudiantil valore sus opciones”, incide Juan Carlos Tójar.
En cuanto a la resolución del problema, los encuestados confían en su mayoría en la acción policial (94%) o de un organismo especializado (90%), seguidos de la familia (80%) y las amistades (50%).
Por el momento, concluyen que este asunto debe ser analizado de manera prioritaria y recomiendan seguir realizando talleres que sensibilicen y conciencien sobre la violencia de género y el acoso tanto con adolescentes como con los más pequeños.