El ritmo de vida actual nos adentra inexorablemente en una espiral de frenetismo, cronometría y rapidez. El ritmo actual genera mucho desgaste y las personas encuentran muchas dificultades a la hora de gestionar su relajación y desconexión personal.
Desde hace mucho tiempo, muchas son las iniciativas que han surgido para hacer frente a esta situación, algunas han fracasado, pero otras han sido recibidas de buen grado por gran parte de la sociedad occidental.
Realizar un viaje introspectivo a las diversas corrientes culturales, muchas veces ofrece respuestas a problemas cotidianos. Y en este contexto no ha sido diferente: El yoga gana adeptos día a día, tanto en la esfera privada como pública y el hecho de practicarlo lo convierte prácticamente un motivo de orgullo.
El yoga es una disciplina que engloba una serie de actividades físico-mentales surgidas en la India, todas ellas tienen como último fin el equilibrio en nuestro estado de ánimo. Una perfección espiritual que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, nuestras potencias y nuestras limitaciones.
Muchos son los beneficios que nos puede aportar su práctica: ayuda a la calma, nos permite controlar la meditación y sobre todo posibilita evadirnos y concentrarnos, alejando posibles focos de estrés.
Existen tres grandes grupos que se ven favorecidos cuando decidimos ejercitarnos con técnicas derivadas del yoga. El primero de los tres es la fuerza, un elemento muy importante en nuestro día a día y que nos puede ayudar a superar diversas situaciones domésticas. El segundo es la flexibilidad, una capacidad muy interesante, ya que puede disminuir los dolores musculares. Y el tercero es la resistencia, cualidad de gran importancia, ya que es la que delimitará cuál es nuestro nivel, apretando el freno cuando vemos que no damos más de nosotros mismos o invitándonos a probar nuevas posturas o ejercicios.
Como hemos comentado anteriormente, la práctica del yoga, lejos de considerarse una actividad tabú, ha enamorado a muchas personas de todo tipo de esferas. Muchas son las personalidades públicas que se han definido a sí mismas como seguidoras de esta disciplina: Elsa Pataky, Judit Mascó, Verónica Blume o la jugadora de póquer Adrienne Rowsome.
El yoga es una actividad altamente accesible y positiva para los nuevos iniciados, existen un total de ocho disciplinas diferentes, todas ellas destinadas a focalizarse en una parte determinada de nuestra fisonomía. Cabe destacar, sin embargo, que todas ellas tienen una finalidad en común y es la de crear un vínculo entre el cuerpo y el alma, potenciar nuestra espiritualidad y mejorar nuestro estado físico. El nombre que reciben las diferentes posturas es «asana«, y si se realiza una búsqueda en internet se puede comprobar cómo existen un número muy alto. Es interesante que toda iniciación vaya acompañada de un profesional o una persona inmersa en este universo, sobre todo de cara a prevenir lesiones o situaciones perjudiciales que pudieran frenar nuestra evolución particular. Como ya hemos visto, los beneficios del yoga son muchos, ahora sólo falta la predisposición particular de cada individuo a la hora de dar el primer paso. Que una actividad alcance un grado de inserción tan alto sólo puede dejar entrever que su práctica no decepciona. Los resultados están avalados internacionalmente y las escuelas de yoga o centros relacionados con este mundo no dejan de aparecer de manera constante en muchos puntos del globo.
Poner un punto de paz en nuestra rutina nos ayudará a sentirnos mucho mejor y a evadirnos del mundo caótico en el que vivimos. Sobre todo si nuestro contexto de vida particular es el de una gran ciudad o una capital concurrida.
