Desde hace algo más de una década Málaga capital se ha transformado en muchos sentidos, aunque lo que quizás le haya abierto las puertas del turismo nacional e internacional más exigente es el de la dotación de espacios y eventos culturales.
Sector público y privado se han dado la mano en una ciudad que además de museos maravillosos y de gran prestigio, cuenta cada vez con locales y espacios más cuidados, con mayor y mejor oferta hotelera y con una mayor programación de entretenimiento y ocio.
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En 2006 cuatro empresas – Grupo Vera, Galería Benedito, Ielco Construcciones y Grupo Mayoral- junto al Ayuntamiento de Málaga crearon la Fundación Musical de Málaga. Una organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo «apoyar y promover el conocimiento y la difusión de la música clásica y/o culta en sus diferentes manifestaciones”.
Esto se consigue, entre otras acciones, promoviendo y apoyando el funcionamiento de colectivos musicales y de músicos dentro de los campos de investigación, dirección, interpretación o composición y fomentando las actividades relacionadas con la música.
La Fundación está regida por un patronato formado por:
Presidente: Manuel Sánchez Benedito. Galería Benedito.
Vicepresidenta Primera: Rosa Mª Vera Llosa. Grupo Vera.
Vicepresidenta Segunda: Elisa Domínguez de Gor. Grupo Mayoral.
Vocal: Francisco de la Torre Prados. Ayuntamiento de Málaga
Vocal: Ana López Caparrós. Ielco Construcciones
Con un presupuesto anual que en la actualidad alcanza los 150 mil euros, la Fundación ha conseguido en sus años de existencia impulsar la carrera y las actuaciones de cientos de músicos y formaciones corales y musicales. Miles de personas se han beneficiado directamente o indirectamente de su encomiable labor de defensa y cuidado de la música clásica. Y aún así, con todo lo que hacen y han hecho, esta fundación todavía necesita visibilización ante el gran público, ya que fuera del ámbito musical se desconoce su labor.
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Aunque el Presidente es hombre, su hija Eugenia, actual titular de la Galería, es la representante de Galería Benedito en múltiples ocasiones y está muy involucrada en el funcionamiento de la entidad. Por otra parte, el alcalde, Francisco de la Torre, ha delegado sus funciones en la actual concejala de cultura, Gemma del Corral.
Reunir a estas cinco mujeres, cuadrar sus agendas, no resulta nada fácil. Todas ellas son mujeres profesionales con un peso importante dentro de las estructuras de sus empresas. Pero su amor por la música y el orgullo y satisfacción por lo que hacen es suficiente motivación para hacer un hueco y dar a conocer aquello por lo que luchan cada día. Están convencidas de que si otras empresas conociesen la labor que se desarrolla desde la Fundación se sumarían y se podría conseguir mucho más de lo que ya se hace.
Quedamos en el Gran Hotel Miramar. Un edificio que por su arquitectura y su historia podría ser una gran pieza clásica, de esas que al oírla deleitan el oído pero también el alma. Equilibrio, armonía, no hay nada disonante, nada que disturbe la paz en sus notas. Un hotel que al igual que la Fundación Musical busca dotar de brillo y poderío a Málaga.
Nos recibe su director, Israel Martínez, que muy amablemente se brinda a facilitarnos el encuentro. Nos cuenta que en breve el patio-recibidor en el que nos encontramos contará con un maravilloso piano que está restaurándose en ese momento. Una verdadera joya que pronto volverá a recuperar su esplendor y tomará vida a manos de algún talento.
No suena la música, sólo el murmullo de aquellos que se han dado cita en la cafetería para tomar algo, pero las cinco mujeres con las que me reúno suenan a un ritmo acompasado, hay muy buena sintonía entre ellas.
El Patronato
Elisa Domínguez de Gor, de Mayoral, ha hecho un esfuerzo por asistir a la cita, y aunque está resfriada y no se encuentra del todo bien resulta ser una enciclopedia andante. Gran amante de la música, culta, cercana, Elisa nos relata algunas de sus vivencias en la empresa y en la fundación. Algún día espero que me deje entrevistarla.
Recuerda que la vez anterior que nevó en Málaga fue el 4 de febrero de 1954. Y lo recuerda no por la nieve, sino porque fue la primera vez que sus padres la llevaron al Teatro Cervantes a ver una actuación de Mª de los Ángeles Morales . Amante de la ópera, le conmueve una buena representación. Volvería una y otra vez a vivir lo que experimentó viendo ‘La Boheme’ en el Met en Nueva York. Puede decirte sin pensarlo el nombre de grandes solistas actuales. La música la lleva en la sangre gracias a su madre, una mujer que ya entonces tenía su carrera de piano. Un instrumento que ella también toca.
Ana López Caparrós, Consejera Delegada de Ielco Construcciones, lamenta no tener la elevada cultura musical de Elisa, aunque por parte de su madre, en la familia, también hay gran vinculación con la música. Se conmueve especialmente cuando escucha una obra de Beethoven. Quizás su compositor favorito. Se le eriza aún la piel al recordar la primera vez que siendo una niña escuchó por la radio el Concierto de Año Nuevo de Viena. Desde entonces cada 1 de enero es una cita que no ni quiere ni se puede perder.
Rosa Mª Vera Llosa de Grupo Vera también recuerda como desde niña su padre les ponía el Concierto de Año Nuevo, a día de hoy, cada 1 de enero recibe su llamada para recordarle que ponga la televisión. Quiso estudiar piano de niña, pero se le atragantó el solfeo. Quizás por eso siente aún mayor admiración por los que son músicos, por los que han sido capaz de hacerlo. Se considera una melómana empedernida, no podría vivir cada día sin la música. Si tiene que decir el nombre de un artista actual se queda, sin dudarlo con la genialidad del gran Ara Malikian.
Eugenia Sánchez Benedito de Galería Benedito es hija del Presidente de la Fundación Musical de Málaga, una entidad en la que está al 100% implicada junto a él. Comparte con Rosa que no fue capaz de estudiar solfeo, aunque sí toca el piano y sabe leer las partituras. Se emocionó hasta llorar con una canción africana que interpretaron los niños hace unos meses en el concierto final del taller de canto coral que organizó la Fundación. Volvería siempre que pudiese a ver una representación en la Ópera de Viena. En el momento que lo vivió tuvo que pellizcarse para asegurarse de que no lo estaba soñando.
Gemma del Corral como siempre es la pasión, el amor por lo que hace, por Málaga, por su tierra. Se entusiasma recordando actuaciones que han podido llevarse a cabo gracias a la Fundación Musical y contando los nuevos proyectos que se van a poner en marcha, como un intercambio de orquestas con otras internacionales. Gemma pone de ejemplo a la Fundación Musical de Málaga de buen funcionamiento de un organismo en el que lo público y lo privado se dan la mano en perfecta sintonía. A su primer concierto fue con sus padres, uno de Julio Iglesias, tenía esa edad en la que una pasa de niña a mujer. Aún recuerda las sensaciones que vivió aquella noche en La Rosaleda. Le encanta ponerse bandas sonoras de películas y más si están interpretadas por una buena orquesta. Con humildad reconoce que Dios no la dotó con el don de tener ni voz ni oído, pero se considera una gran amante de la música.
La participación de sus empresas en estos proyectos son muestra de su compromiso firme con su ciudad, más allá del trabajo que ya hacen creando puestos de trabajo, generando riqueza, dinamizando la economía. Todas están de acuerdo en que es una forma de devolverle a la ciudadanía lo que ellos le han dado, que forma parte de su obligación y de su responsabilidad social corporativa. Y qué mejor que invirtiendo en arte, en cultura, en música, en ungüentos para el alma. Así que cuando el Alcalde les pidió hacer algo específico con el mundo de la música, ninguna dudó en apostar por ello.
La implicación del patronato en el día a día de la Fundación Musical de Málaga es total, aunque tienen una secretaria, Belén Vázquez y un responsable de actuaciones, Luis Naranjo, que son los encargados de materializar las proyectos que juntos deciden que se van a apoyar.
Se muestran orgullosas y muy satisfechas con el trabajo que se ha desarrollado en estos años en la ciudad. Gracias a su contribución, niños y jóvenes estudiantes de música han podido vivir experiencias y avanzar en sus carreras en direcciones que de otra forma hubiese sido imposible. Orquestas, escolanías y coros mejoran sus habilidades gracias a su impulso.
Entre los hitos que han conseguido, se muestran muy satisfechas de uno en particular, que partió de una iniciativa del director de orquesta Javier Claudio, el Proyecto Promúsica. La idea era que él le daría clases de dirección de orquesta a los alumnos de segundo grado, y estos a su vez se comprometían a darle clases a los más pequeños, consiguiendo así una cascada de trasvase de conocimiento musical que ha dado como resultado tres niveles de orquestas con las que han recibido ya multitud de premios. Ya vuelan solos y generan parte de lo que cuesta su mantenimiento aunque siguen contando con la inestimable ayuda de la Fundación Musical.
Otro de los pilares de la labor de la Fundación es el premio que se concede cada año al estudiante del Conservatorio con mejor media en el expediente académico. Gracias a esta beca de 30 mil euros, el estudiante puede completar su formación de postgrado durante dos años en cualquier lugar del mundo, de mano de los mejores maestros de su especialidad. Recuerdan el nombre de cada uno de los 10 músicos a los que se les ha dotado con la beca y se alegran de sus triunfos y la consecución de sus metas. Esta beca ha contribuido a motivar a los estudiantes y a saber que pueden llegar donde quieran a pesar de las circunstancias económicas que se vivan en su familia. Nueva York o Viena están a su alcance gracias a la Fundación Musical de Málaga.
La saxofonista Elisa Urestarrazu ha sido recientemente portada de la revista especializada en la música clásica Ritmo. Ella es una de las becadas, y a día de hoy empieza a tener un gran reconocimiento en el panorama nacional.
La Fundación tutela sus carreras, siguen sus pasos, y se alegran con cada uno de sus logros. Los premiados tienen el compromiso de actuar una vez al año en un gran concierto que se ofrece en La Finca de la Concepción. Un recital en el que se puede comprobar el alto nivel que van adquiriendo los músicos gracias a la oportunidad que reciben por parte de la Fundación Musical de Málaga.
Además aquellas formaciones y artistas que reciben ayudas participan en los eventos musicales que organiza la ciudad, como en la Cabalgata de Reyes, en la Noche en Blanco, o en los conciertos que se ofrecen previos a la llegada de la Navidad. De esta forma ellos también devuelven con su arte la aportación que les hace la ciudad.
Málaga es ciudad de artistas, de músicos, de familias que hacen un esfuerzo porque sus hijos estudien música. Ellas son conscientes de que con cada uno de los niños o jóvenes a los que apoyan se crea un efecto amplificador por el que se benefician muchos otros. De esta forma se multiplican unos recursos que son limitados.
La música clásica no es un bien en extinción. Al menos no en Málaga. Al hervidero de artistas que desde pequeños buscan darle vida a los instrumentos, les acompaña un creciente número de aficionados que les aplauden en cada una de las actuaciones que se programan dentro de la agenda cultural. Aún recuerdan, y les brillan los ojos al hablar de ello, el encuentro de Bandas que llenó el centro de la ciudad.
Díez años de bagaje tienen ya tras de sí. Esto les da solidez, consistencia y experiencia. Diez años que han coincidido además con la fuerte crisis económica por la que ha atravesado nuestro país. Ahora, que parece que la economía vuelve a recuperarse, tienen puestas las miras en ampliar presupuestos y con ello dar impulso a nuevos proyectos. Quizás el más relevante, es el de fomentar el intercambio de las bandas, orquestas, escolanías y coros con otros de ámbito internacional.
Se abre el telón, suena la música, y cinco mujeres con sus respectivas empresas reciben un fuerte aplauso. El de las miles de personas que gracias a ellas ponen una sintonía clásica a Málaga cada día desde hace más de 10 años.
Fotografía: Lorenzo Carnero
Agradecimientos: Gran Hotel Miramar y Rocío Gaspar (Pasedeprensa)
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