Maite Geijo, de Acontia Vinos, organizó una cata sobre la abundancia con su cava La Vie en Rose en la sala del Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Málaga. Más de medio centenar de personas asistieron para escuchar a Maite y descubrir que todo, absolutamente todo, reside en nuestra mente y en nuestra percepción.
Maite compartió con el público cómo nació su cava La Vie en Rose, fruto de un sueño que primero creó en su mente, en busca de un vino espumoso que acompañara al paladar en cualquier momento del día y en cualquier ocasión. Explicó también cómo la neurociencia demuestra que incluso el sabor que percibimos no es algo objetivo, sino el resultado de una experiencia sensorial compleja, influenciada por nuestro estado interior en ese preciso instante. Esta idea, fruto de diversos estudios e investigaciones, está reflejada en su libro Vinológico, y se resume en su lema: «No es el vino, eres tú».
Las catas sensoriales de Maite se han convertido en una experiencia única que la llevan a recorrer todo el país, sorprendiendo a su público con la demostración de que la realidad no es la misma para todos. Esta realidad depende exclusivamente de nuestra percepción e interpretación. Un mismo vino, de una misma botella, puede tener un sabor diferente según nuestro estado interior en el momento de la degustación. Algo extrapolable a cualquier circunstancia.
Tras su exposición, Maite guió a los asistentes en una meditación en la que nos invitó a regresar mentalmente a un momento de felicidad y plenitud, y a anclarnos en él. Los participantes, con los ojos cerrados y sonrisas dibujadas en sus rostros, vivimos una experiencia profunda. Acto seguido, Roberto, su marido y parte fundamental de Acontia Vinos, llenó las copas con un vino rosado y burbujeante que todos miramos, olimos y saboreamos con atención plena.
Al finalizar, algunas personas compartieron con el grupo cómo habían vivido la experiencia y a qué momentos vitales se habían trasladado.
Quedó en evidencia lo que Maite había señalado durante la charla: la abundancia es un estado interior. No hay nada externo que pueda conectarnos con esa sensación de plenitud; ya lo tenemos todo, ya lo somos todo.
A través de una exposición en la que entrelazó metafísica y neurociencia, Maite logró que, mediante el placer sensorial, los asistentes degustásemos un momento vital de crecimiento personal.
Fotografia: Lorenzo Carnero