Hablar con Lina Cruz es como detener el tiempo. Su presencia transmite esa serenidad que llega cuando una ha aprendido a escucharse. Durante años formó parte del mundo empresarial, en la empresa familiar Sumobel. Pero algo dentro de ella pedía silencio, escucha interior. Hoy, es terapeuta humanista y acompaña a mujeres en procesos de cambio, ayudándolas a reconectar con su esencia y a mirar la vida desde otro lugar: el del corazón.
La autenticidad se abre paso a través de un punto de inflexión. Lina decidió dejar atrás los despachos, la velocidad y la inercia de lo que otros llamaban éxito para redefinirlo y emprender un viaje de autoconocimiento. “Pasé de amueblar casas a amueblar cabezas y corazones”, dice entre risas, recordando aquel salto que la llevó a descubrir el poder transformador de la terapia humanista, el mindfulness y la meditación. Desde entonces, su vida profesional y personal están guiadas por la misma brújula: vivir con más conciencia y autenticidad.
*Entrevista en vídeo al final del artículo
De la empresa al alma: una vida con propósito
En esta conversación, Lina Cruz revisa su recorrido con la naturalidad de quien no teme mostrarse vulnerable. Habla de la culpa con la que ha tenido que lidiar por haber dejado el negocio familiar, de su relación con los padres y de cómo aprendió a reconciliar su historia sin cargar con lo que no le pertenece. “Honrar a los padres es esencial —dice—. Solo cuando aceptas su luz y su sombra puedes sentirte libre para seguir tu propio camino”.
Esa mirada compasiva impregna su trabajo actual. En su consulta y en sus talleres, Lina acompaña a personas —principalmente mujeres— a comprenderse mejor, a descubrir su sistema de creencias y a hacer las paces con su historia. Su enfoque integra la terapia humanista, la escucha activa, las constelaciones familiares y la presencia consciente. Porque para ella, conocerse no es un destino, sino un proceso continuo de autoobservación y amor propio.
El despertar femenino y la menopausia consciente
Entre los temas que más la apasionan hoy está la menopausia, una etapa que reivindica como símbolo de poder interior. “Creo que la menopausia viene a colocarnos en nuestro lugar”, afirma. Para Lina, ese tránsito no es un final, sino un renacimiento: una oportunidad para reconectar con el cuerpo, con la tierra y con la sabiduría ancestral del femenino. “Hemos pasado décadas intentando encarnar el masculino, corriendo para llegar a todo, y eso nos ha desconectado de lo esencial. Ahora necesitamos volver a nosotras”.
Desde esa comprensión ha creado espacios que reflejan su filosofía. Uno de ellos es Lecturas con Calma, un club donde la lectura se convierte en herramienta de presencia y autoconocimiento. El otro, sus círculos de mujeres, donde la palabra, el silencio y la escucha se transforman en medicina emocional. “No se trata de aconsejar, sino de escuchar sin juicio —explica—. A veces solo necesitamos sentirnos vistas con ternura”.
La magia de lo cotidiano
En esta charla, Lina Cruz comparte parte de ese recorrido vital y anuncia nuevas formaciones centradas en el acompañamiento durante el climaterio. Habla de mindfulness, de autocompasión, de la belleza de parar y respirar. “Para mí la vida es mágica —confiesa—. Hay cosas que no sé explicar, pero que solo pueden entenderse con el corazón”. Esa es la esencia de su trabajo: acompañar a otras personas a reconocer su propia magia cotidiana.
Su forma de mirar el mundo nace de la calma y se sostiene en la autenticidad. Porque, como dice Lina, “la vulnerabilidad, la autenticidad y la fuerza están profundamente unidas”.
En ella conviven la mujer que lideró una empresa y la que hoy guía a otras desde la quietud. Una misma alma que aprendió que el éxito no está en hacer más, sino en ser con más presencia.
Dale al play y descubre a Lina Cruz, una mujer que inspira a parar, a escucharse y a recordar que la verdadera libertad comienza dentro.
