Llueve, pero en el interior de Audrey, en Gran Meliá Don Pepe, tengo la sensación de que el tiempo se ha detenido. Su decoración acogedora y la amabilidad de su personal me hacen sentir, una vez más, en casa. Cuando llega Ismael Mérida, sigo teniendo la misma sensación hacia él.
Hace muchos años lo entrevisté en un plató de televisión. He visto las imágenes esta mañana. En estos diez años que han pasado, hemos cambiado, aunque compruebo que no el amor y la pasión que siente por su profesión y por vivir. Es de esas personas que, solo con su presencia y actitud, muestran su agradecimiento por estar vivo, por estar donde está. Ha ido construyendo, con sus decisiones, el estilo de vida que quería tener.
Es uno de los arquitectos más conocidos y, además del amor por su profesión, intuyo que su carácter y forma de ser han jugado a su favor. Hablamos de arquitectura, pero, sobre todo, de cómo la edad nos ha cambiado.
Aunque tiene un equipo que lo acompaña en el estudio, sigue implicándose al 100% en los proyectos.
En los próximos minutos, te invito a que lo conozcas mejor y que, si te apetece, te sientes con nosotros a tomar un café.