La soledad puede llegar a aterrarnos, y nos estamos refiriendo a esa soledad que no es deseada, esa en la que puedes llegar a sentir que no importas lo suficiente a nadie y que el tiempo es demasiado lento para pasarlo una vez más solo contigo. La soledad puede ser un veneno que se instala en tu alma e incluso te agrie el carácter. La buena noticia es que puedes hacer algo para decirle adiós a esta indeseada amiga, pero tendrás que poner de tu parte.
Hay veces que buscamos momentos para estar con nosotros mismos, en silencio, manteniendo un diálogo interior o simplemente haciendo eso que tanto nos gusta como leer, escuchar nuestra música favorita, ver una serie o pasar el tiempo navegando por internet. Pero más allá de esos instantes de silencio que todos necesitamos, y que son deseables, hay una necesidad de relacionarnos y nutrirnos de estar con otras personas. El ser humano es un animal social que necesita de los demás para vivir y desarrollarse. Compartir da sentido a muchos aspectos de nuestra existencia.
La vida nos va trayendo circunstancias que, en ocasiones, vienen vestidas con el manto de la soledad. Una ruptura de pareja, el fallecimiento de esa persona con la que compartíamos nuestro día a día, o quizás una serie de comportamientos por nuestra parte o de nuestro entorno que tienen como consecuencia llegar a ese estado de aislamiento puede enfrentarnos a mirarnos en el espejo y sentir que somos lo único que tenemos. Seguro que sientes la tentación de quejarte, de ver al mundo como a tu enemigo y de encerrarte aún mas en ti mismo a relamerte las heridas… Esta sensación puede ser más alarmante cuando tenemos mayor edad ya que nuestro circulo social tiende a reducirse. Sentir esa soledad no significa en ningún caso que tengamos que estar realmente solos. Podemos tener familia, compañeros de trabajo e incluso hijos, pero aún así tener la sensación de que cada uno tiene su vida y para ninguno de ellos somos una “prioridad en su agenda”.
Ahí es cuando tomar una actitud activa y de querer combatir esa soledad se hace fundamental. ¿Estás dispuesto a dejar que la soledad solo venga a visitarte cuando realmente quieras su compañía? Pues estos son algunos pasos que puedes dar.
1.- Tienes mucho que ofrecer pero no te des a cualquier precio. Si te has separado puede que te encuentres en alguno de estos dos extremos. Uno es querer encontrar una nueva pareja enseguida. Hay quien, antes de vivir el necesario duelo, redescubrirse en ese nuevo estado de ‘soltería’ y amarse como la persona más importante de su vida, corre a buscar compañía en aplicaciones o redes sociales. Puede ser un grave error si antes no se ha pasado por un proceso de autoconocimiento. Corremos el riesgo de aferrarnos a un clavo ardiendo y puede resultar peor el remedio que la enfermedad. Así que, antes de eso, tómate un tiempo para abrazar ese nuevo estado y abrazarte a ti.
Lo recomendable si te sientes bajo de fuerzas es buscar ayuda y acompañamiento en este proceso en un profesional. Los psicólogos pueden darnos la mano y guiarnos para comenzar ese nuevo camino. Posiblemente, no tener a esa persona al lado sea una nueva oportunidad que te da la vida para ser feliz, para mejorar o para descubrir nuevas experiencias. En caso de separaciones y divorcios, cuando una pareja se rompe casi nunca es porque los miembros de esa pareja sean felices. Has podido sentirse cómodo viviendo en circunstancias conocidas aunque no fuesen las ideales. Mira a esa ausencia de frente, mírate a ti, y encuentra todas las cosas buenas que puedes dar a los demás y darte a ti mismo. No te engañes, un clavo no saca a otro clavo, y hay parches que pueden hacerte más daño del que ya tienes en el corazón.
2.- Si te decíamos que no recurras de manera desesperada a las redes sociales y aplicaciones de internet para encontrar enseguida otra pareja, sí que te animamos a que uses estas vías para conocer a nuevas personas. En Facebook hay grupos en los que puedes participar y en los que se organizan actividades para padres y madres separadas, para solteros, o incluso sin tener en cuenta la situación sentimental o el estado civil. Excursiones, grupos de senderismo, asociaciones que organizan actividades lúdicas… No lo dudes y prueba. Si no te gusta lo que encuentras siempre tienes la opción de no volver y probar otra cosa.
3.- Di que sí a todos los planes que te propongan. Ya, ya sabemos que no te apetece nada ir a ese almuerzo o a esa comida con esa persona que te ha invitado. Llevas a lo mejor años trabajando con ella o encontrándola en la puerta del colegio de tus hijos, pero nunca has pensado en que entre vosotros pueda haber una amistad. Pues puede que te equivoques y que en esta nueva etapa esa persona en la que no te habíais detenido se convierta en alguien perfecto con quien hacer planes diferentes a los que hacías antes. A lo mejor es quien te abre las puertas para conocer a nuevas personas. Muchas veces solo somos puentes, y decir que sí a un plan que no te apetece puede conducirte a una nueva vida en el que hay personas distintas con las que compartir el camino. Así que vence los miedos y la pereza y di que sí a los planes que te propongan. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que te aburras? Pues te inventas una excusa y te vuelves a casa, pero al menos lo has intentado. Esto es como esos boletos en los que hay rascar y te aparece el “sigue buscando”, si no lo intentas no tendrás posibilidades de que te toque el premio.
4.- Antes compartías tu tiempo y ahora no sabes que hacer con él. ¿Qué tal si te apuntas en el voluntariado de una ONG? Acompañar a mayores, ofrecer una actividad a niños en riesgo de exclusión social, organizar eventos para recaudar fondos, llevarles las redes sociales, o dedicar unas horas a la semana en vender en sus tiendas benéficas… Seguro que hay algo que te gusta, que se te da bien y que puedes aportarles. Busca una asociación sin ánimo de lucro en la que desarrollen una labor que te guste y ponte en contacto con ellos. Te están esperando con los brazos abiertos y te ayudará a conocer a otras personas con valores similares a los tuyos además de hacer un bien a la sociedad.
5.- Apúntate a clases de algo que nunca has hecho o habías abandonado. Ya sea pintar, dar clases de baile de salón, teatro, aprender a tocar un instrumento, o jugar al padel. Nunca es tarde para aprender y para empezar. Quizás no llegues a desatacar pero esa actividad te puede llevar a conocer a otras personas y sentir que tu tiempo está más lleno de momentos que merecen la pena. Tener cosas que hacer fijas en el calendario de una semana a otra hace que nos apetece hacer contribuye a darle sentido al tiempo que hay entre una fecha y otra y a cargarnos de ilusión.
6.- Lee. La lectura es una vía para vivir otras vidas y para crecer. Ya sea novelas o libros de autoayuda, es un tiempo que no darás como perdido. Si no quieres practicar la lectura en solitario también puedes inscribirte a algún club de lectura. Las bibliotecas públicas suelen tener grupos que se reúnen para leer el mismo libro y después comentarlo. Acércate a una y pregunta.
7.- No pasa nada por reconocer que te sientes solo. Decir a quien te pregunta cómo estás que estás fenomenal y hacerte la/el fuerte puede ser contraproducente. Si tu entorno piensa que estás fenomenal y que tu vida está llena, si organizan un plan en el que puedes encajar, posiblemente, no se les ocurra pensar en ti para incluirte. No te estamos diciendo que des pena ni que lo vayas proclamando a los cuatro vientos. Tampoco es necesario dar la impresión de que estás desesperado, aunque lo estés. Pero sí que hagas alguna llamada o mandes algún mensaje a esas personas con las que te gustaría hacer planes y les informes de que estás disponible para hacer cosas nuevas. Incluso sé tú quien proponga ese plan.
8.- Hay algo en lo que caen muchas personas sobre todo después de una separación sentimental y que puede ser contraproducente. No, no uses las redes sociales para contar tu vida al minuto. Es cierto que los likes te hacen sentir acompañado, pero no olvides que tener muchos amigos en Facebook es lo mismo que tener mucho dinero en el Monopoly.
En estos casos hay quien le da por demostrar que está perfectamente bien sin la otra persona y proyectar una imagen idílica de su nueva vida y hay a quien le da por vomitar sus penas y resentimientos. Pues ni una cosa ni la otra. Vas a hacer lo que te de la gana, está claro, pero puedes dar la imagen de estar desesperado si anuncias con tus fotos que estás en el mercado y atraer a personas poco recomendables que te harán sentir aún más vulnerable. Antes de compartir cosas de las que puedas arrepentirte después, piénsalo contando hasta diez. También puedes crear un grupo de ‘mejores amigos’ y compartir tus reflexiones solo con personas que consideras más cercanas.
9.- Eres lo más importante que tienes. Si hasta ahora has estado más pendiente de tu pareja e hijos que de ti, ha llegado el momento de ponerte en el centro y descubrir a esa persona con la que compartes cada instante. Seguro que conocerte a ti mismo resulta un reto apasionante y vas a descubrir facetas de ti que desconocías. Cuídate, mímate y confía en que la vida tiene algo mejor esperando para ti.
10.- Escucha a tu corazón y da el primer paso. Actuar es necesario para cambiar una situación. No vale con decir “ya lo haré” ni dejarlo para mañana. El cambio empieza ahora, en este preciso instante. Hoy es el comienzo del resto de tu vida.