Más de quinientas personas se sumaron al desfile organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer en un evento que celebró la vida, la fortaleza y la belleza de quienes han atravesado la enfermedad.
La explanada del Cubo del Museo Pompidou se tiñó anoche de rosa y emoción con la segunda edición de la Pasarela contra el Cáncer de Mama, organizada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Málaga en colaboración con Nueva Moda Producciones. Más de quinientas personas asistieron a un desfile que unió moda, solidaridad y esperanza en vísperas del Día Mundial del Cáncer de Mama, el próximo 19 de octubre.
El evento reunió a más de una veintena de mujeres y un hombre, todos ellos pacientes de cáncer de mama, que subieron a la pasarela para demostrar que la ilusión y la fortaleza pueden más que el dolor. Su participación simbolizó una realidad poco conocida: el cáncer de mama también afecta a los hombres, que representan alrededor del 1% de los casos diagnosticados.
Patrocinado por Málaga de Moda y Silvia Moreno, y con la colaboración de Antonio Eloy, Hard Rock, Coeó, Kapyderm y Gran Hotel Miramar, el desfile tuvo dos pases llenos de emoción. En el primero participaron modelos de la edición anterior, celebrada en la Pasarela Larios, luciendo diseños de Tricotrá, Inma de la Riva, Moncho Heredia, Julieta Brand y La Gioconda Novias y Fiesta, con el rosa como hilo conductor.
El segundo pase estuvo protagonizado por doce nuevas modelos y un modelo masculino, que debutaron con una colección de kaftanes artesanales de la firma marroquí KABA FASHIONSTYLE, creada por la diseñadora Rahma Kaba, invitada especial de la noche.
El periodista Roberto López condujo el evento, al que asistieron numerosas autoridades, entre ellas Carlos García Giménez, delegado de Cultura y Turismo; Carlos Bautista, delegado territorial de Salud y Consumo; y Esperanza González, diputada de Málaga de Moda, además de representantes institucionales y sociales de la provincia.
Un mensaje de esperanza y normalización
El objetivo de la Pasarela fue lanzar un mensaje de esperanza y visibilizar la realidad emocional y social de quienes viven con esta enfermedad. La campaña “Nos lo tomamos a pecho” ha puesto el foco en el miedo a la recaída que sufren dos de cada tres supervivientes, las dificultades laborales derivadas del proceso (el 70% afirma haber tenido un parón profesional) y los problemas económicos que afectan a uno de cada cuatro pacientes.
El Dr. Antonio Rueda, presidente del Comité Técnico de la AECC en Málaga, subrayó la importancia del acompañamiento integral:“Cuidar el bienestar emocional y la autoestima de las personas diagnosticadas es casi tan importante como atender su salud física.”
Durante el evento se entregó el reconocimiento “Pasarela hacia la Vida” al diseñador Jesús Segado y a María José González, directora de Nueva Moda Producciones, por su compromiso en la primera edición.
Cifras que dan voz a la realidad
Solo en 2024, los profesionales de la AECC atendieron en Málaga a 828 pacientes de cáncer de mama, el 64,5% de los casos diagnosticados en la provincia.
Se realizaron más de 2.000 sesiones de atención psicológica, 517 de atención social y 2.385 de fisioterapia, además de ofrecer ayudas económicas por valor de 37.926 euros a familias con necesidades básicas.
El servicio de nutrición, inaugurado el pasado año, atendió a 45 mujeres, y se realizaron 720 donaciones de material ortoprotésico, demostrando que detrás del color rosa hay también un gran trabajo de apoyo social y humano.
A nivel nacional, la Asociación impulsa 114 proyectos de investigación en cáncer de mama con una inversión superior a 31,5 millones de euros, reafirmando su compromiso con un futuro sin cáncer.
Más que un desfile, una lección de vida
La Pasarela contra el Cáncer de Mama no fue solo un evento de moda, sino un homenaje a la vida y a la resiliencia. Cada paso sobre la pasarela fue un gesto de valentía, una muestra de que la belleza también nace de la superación.
Entre aplausos, emoción y esperanza, Málaga volvió a teñirse de rosa para recordar que la lucha continúa, pero también que la vida sigue —y puede brillar con más fuerza que nunca.