Después de casi un año y medio de ausencia han vuelto a Málaga los ‘Encuentros Con Dos Tacones’ organizados por Macarena Regueira, de Makyre eventos. Una cita trimestral que reúne a mujeres empresarias, profesionales y directivas en torno a la mesa para cenar juntas, hacer networking y compartir durante unas horas inquietudes, intereses y experiencias. En esta ocasión se celebró en un nuevo espacio destinado a la restauración en el hotel AC Málaga Palacio.
Mujeres a las que, aunque representantes de diferentes sectores y provenientes de empresas grandes y pequeñas, les unen el ser mujer además de retos y objetivos comunes como crecer personal y profesionalmente y no permitir que la rutina o las dificultades les ganen a la ilusión o la motivación cada día. Una batalla que a veces resulta complicada de enfrentar.
Y aunque a esas horas y tras una larga jornada de trabajo, en la mayoría de los casos, el sofá y quedarse en casa puede resultar tentador, estos encuentros suelen dar como resultado una experiencia enriquecedora que suma, además de las sinergias que se crean. Por eso una vez más, y tras año y medio de ausencia tocaba volver a subirse- y en la mayoría de los casos no bajarse- de los dos tacones y asistir a la cena. La ponente bien merecía el esfuerzo: Laura Chica, Psicóloga, coach, formadora, escritora, madre y una mujer con una gran empatía y sensibilidad.
Laura Chica fue tratando temas que nos afectan a todas como si quitase las capas de cebolla con las que nos vestimos habitualmente las mujeres. Como empresarias aportó varias indicaciones encaminadas a que tomaran conciencia de la importancia de conseguir equipos felices, de humanizar la empresa , lo que lleva aparejado un aumento de la productividad, algo que está demostrado empíricamente, según afirmó, y que resulta muy rentable. Quitando esa capa se centró en las mujeres como profesionales y la necesidad que hay en la mayoría de los casos de reforzar la autoestima, de creernos todo lo que podemos llegar a hacer y hacerlo. Querernos más. Sentir el merecimiento de las cosas buenas que nos pasan y de lo que nos están por pasar.
Una vez despojadas de las capas relacionadas con lo laboral se detuvo en la mujer desnuda ante el espejo. Esa que antepone todo a ella misma, que antepone a los demás. Invitó a todas a hacer un trabajo interior, a remover los cimientos, a pararse, a desactivar el piloto automático, detenerse y plantearse su «para qué”. Provocar la crisis o aprovecharla si esta aparece de manera fortuita para aprender y avanzar por el camino que realmente queremos recorrer, no por el que nos llevan la rutina y la inercia.
Laura Chica uso varios ejemplos de su experiencia personal y profesional para explicar a la audiencia cómo llevar a la práctica todos los puntos que fue exponiendo. Ofreció como herramienta y refuerzo para llevar a cabo esta transformación los libros que ha publicado. De ellos dijo que nacieron con la intención de ayudar a más personas de las que pueden caber en las salas de las charlas y conferencias que imparte por todo el país.
La escritora también leyó una poesía de su última obra, «Palabras para encontrarte”. Un libro que a través de la poesía nos traslada a un espacio de reflexión y encuentro interior: «Porque todo lo que nos pasamos la vida buscando fuera, en los demás, está dentro de nosotras”.
Por último, y para cerrar la charla en la que pudieron participar las empresarias invitó a las asistentes a mirar hacia atrás y reconocer todos los logros alcanzados en el pasado, a detenerse en el presente y disfrutar del aquí y el ahora y mirar al futuro para soñar proyectando en grande aquello que queremos vivir y que queremos que nos pase, dejando a un lado miedos y creencias limitantes.
Durante el transcurso de la cena las mujeres tuvieron la ocasión de presentarse y compartir experiencias con el resto. Todas agradecieron a Macarena Regueira que organice estos encuentros y a Laura el aporte de motivación y energía que transmitió.
Tras la cena se desarrolló una cata de complementos de Alma Atelier y disfrutaron del Beauty corner de la Reunion d’ Amies.
Fotografía: Lorenzo Carnero
