El encuentro del Foro Mujer y Sociedad se celebró, como es habitual, en el Café de la Bolsa del Hotel Molina Lario. En torno a 80 mujeres profesionales se dieron cita en esta ocasión en un almuerzo con una ponencia diferente. Si en anteriores ediciones estos almuerzos concluyen con una charla sobre algún tema de crecimiento empresarial, personal o profesional, esta vez las invitadas vivirían algo totalmente extraordinario.
La sorpresa llegaba del director creativo Isaac Dospuntos bajo el título “Marketing sensorial”. Un encuentro marcado por el misterio y la expectación y un aviso: prohibido usar los móviles, quería centrar toda la atención, sin distracciones.
La sala, que habitualmente se usa para las charlas, aparecía al abrir las puertas, y ante la mirada de las asistentes, con una imagen distinta; luces indirectas, blanquecinas y una densa capa de humo que hacía intuir que aquello sería todo un espectáculo.
Se apagaron las luces y ante la sorpresa de todas al volverse a encender, tres personajes en escena. Uno de ellos Isaac Dospuntos, que jugando con las palabras y movimientos de sus manos y su cuerpo explicó cómo la vida le llevó a buscar en su interior todo aquello que no encontraba fuera. Comenzaba así toda una experiencia para los sentidos en el que condujo a las presentes por el tacto, el oido, el olfato, la vista y el gusto. El uso de los sentidos externos que nos dan la percepción del mundo exterior y nos conectan con él como vehículo para desconectar. Convirtió la sala en una Caja Sensorial reflejo del interior de cada una y única vía, según el artista, para conectar con ellas mismas y dejar nacer el sexto sentido.
Bocas entreabiertas por las sorpresas que se sucedían una tras otra acompañadas por el juego variable y cambiable de las luces, por el vestuario de sus actores… El sonido del violín…La voz mágica de una soprano que envolvía el alma… La invitación a abrazarnos a nosotras mismas… Las palabras de Isaac Dospuntos invitando a mirar nuestro continente, nuestro cuerpo y nuestro contenido, nuestro interior a través del relato de su propia vivencia y experiencia personal.
Nosotros como dueños del poder de sentir y elevar lo cotidiano que percibimos por nuestros sentidos a algo extraordinario que nos hace sentir que estamos vivos, que ocupamos un lugar privilegiado como protagonistas de nuestras propias vidas, de nuestro sentir. Y así, durante 20 minutos, frenó en seco la frenética actividad mental de las asistentes para detenerlas en el presente, en un momento de encuentro personal. La performance concluyó con el sentido del gusto mediante la degustación de un mojito que arrancó la sonrisa de todas ante la magia de lo vivido en esa Caja Sensorial.
Ante todo, consiguió algo que perdemos con la edad y con la saturación de estímulos externos de los tiempos que nos ha tocado vivir: la capacidad de sorprendernos.
Redacción: Ana Porras Fotografía asistentes: Lorenzo Carnero Fotografías espectáculo: Antonio Ordóñez