El Museo Automovilístico y de la Moda celebró una fiesta inspirada en el Moulin Rouge y ambientada en la Belle Époque a la que tituló The Show Must Go On y a la que asistió una amplia representación de la sociedad, cultura y empresariado de la Costa del Sol.
Un espectáculo que comenzaba desde el photocall, que brindaba a los asistentes la posibilidad de fotografiarse con actores vestidos de los años 20 y 30 del siglo pasado.
Era sólo el preludio de lo que encontrarían en el interior. Un auténtico espectáculo de luces y actuaciones. Entre el público se movían figurantes que permitían a los invitados ambientarse en aquella época. Taquilleras, zancudos y personajes circenses recorrían el espacio del museo aportando una magia especial a la velada.
Músicos y cantantes dieron vida al cabaret del Moulin Rouge en la sala Belle Époque, que por una noche se tiñó de rojo para recrear el mítico espacio parisino.
Un video mapping, creación de Visionarea, desplegó sus animaciones e imágenes sobre las paredes de la sala Diseño, transformando el Museo en un espacio repleto de fantasía y color.
En su discurso, la directora del Museo, Patricia Rueda, animó a los invitados a perseguir los sueños y luchar por ellos.
Los asistentes disfrutaron de multitud de atracciones, como un espectacular Casino donde podían hacer juego.
La cita era una ocasión única para conocer en primera persona las infinitas posibilidades que el Museo Automovilístico y de la Moda ofrece para la celebración de eventos. Un espacio que ha recibido desde su inauguración 500.000 visitantes y que ofrece un plus a la oferta cultural y de ocio de la provincia.
Un grupo de empresas unieron sus esfuerzos para celebrar esta fiesta tan especial, entre ellas Geiko Whismakers, One2One Mk Events, Bazar del Cineista, Amarillo Melón o Visionarea 361o Productions.
Fotografías cedidas por el Museo Automovilístico y de la Moda y Olmo del Valle