¿Cuántas veces contemplamos situaciones que nos producen tristeza y nos amparamos en que no podemos hacer nada? Más de las que debiéramos. Guardamos la tristeza durante un rato dando vueltas por la cabeza a lo injusto que es y enseguida nos distraemos con cualquiera de los problemas que nos buscamos en el ‘Primer Mundo’y se nos olvida. Sin embargo pequeños gestos pueden cambiar la vida de muchas personas.
Detrás de la cena benéfica celebrada en el ‘Restaurante La Plaza’ en Riviera del Sol está el afán de dos mujeres que se plantearon que por poco que fuese, algo podrían hacer por mejorar la situación de las familias que habitan en una pequeña aldea de Senegal, Peul Siwe.
Cécile Peyrard, directora de Roche Bobois Marbella y Geneviève Delhasse conocían Senegal. De hecho Cécile, tiene allí un «ahijado de corazón” que acaba de cumplir 18 años. Hace 5, Geneviève decidió que de alguna u otra forma quería ayudar a su gente, y en un viaje por el país llegó hasta una aldea, cerca de Sali. Sus habitantes la emocionaron y pensó que era el lugar idóneo donde aportar su granito de arena, que en este caso se ha convertido en la construcción de un pozo para que sus habitantes tengan acceso al agua potable sin tener que hacer grandes desplazamientos en busca de un bien de primera necesidad. Cécile su sumó al objetivo de su amiga, y ahora quieren dotar a la aldea de instalaciones básicas como una ducha, una zona de baño y una cocina simple.
Para cubrir los gastos de la construcción de estas instalaciones que garanticen una importante mejora en los condiciones de higiene en la aldea organizaron esta cena benéfica que incluía un sorteo de regalos cedidos por diferentes personas y empresas.
La cena la amenizó con su música y sus bailes el grupo Sunugal.
¡Enhorabuena a las dos por la iniciativa!
Fotografía: Javier Nuñez