‘Pozos sin fronteras’ celebró su cena de gala anual que lleva por título ‘Baile del agua’, en esta ocasión batiendo todos los récords de participación. 350 personas asistieron a una velada que por vez primera tuvo como escenario el Gran Hotel Miramar.
Si en un principio desde la organización, capitaneada por Felix Martín con la colaboración de Paloma Sanz, sacaron 200 entradas a la venta, estas se vendieron el primer día. Por ese motivo y para permitir que más personas pudiesen contribuir con la causa tuvieron que ampliar aforo.
La recepción de invitados y el cóctel tuvo lugar en el patio interior del hotel, donde el guitarrista Antonio Requena deleitó a todos con varios temas antes de pasar a la cena.
Los presentadores fueron dos grandes colaboradores de la ONG: Eduardo Banderas y Carmen Abenza. Ellos fueron los encargados de dar paso a las actuaciones del tenor Francisco Arbós, Demei o Ginés González.
Entre los asistentes encontramos a multitud de empresarios malagueños junto a representantes de la ciencia, la política, el arte o la cultura.
Se celebró también un sorteo en el que se rifaron 20 regalos donados por empresas como B Bou, la Gioconda Novias, Clínica Estética Badama, la Asociación de habitantes del centro, o el diseñador Ángel Palazuelos, entre otros.
Entre los participantes en la gala se encontraba el Inmunólogo Fernando Fariñas que mostró su compromiso de colaborar con ‘Pozos sin fronteras’ en todo el proceso de potabilizar el agua. De esta forma se evita la transmisión de multitud de enfermedades entre la población.
La fiesta continuó hasta altas horas de la madrugada, pero lo más importante es que los fondos recaudados permitirán poner en marcha 20 nuevos proyectos que llevarán el agua potable y el saneamiento a diferentes aldeas, lo que les permitirá mejorar su calidad de vida. Gracias a esta labor, se mejora el desarrollo económico y se ayuda a las mujeres que son las que tienen mayor carga. Gracias a la llegada del agua a sus tierras, aprenden a cultivar y se crean cooperativas agropecuarias que les permiten –a su vez– mejorar su alimentación.
Fotografía: Lorenzo Carnero