Un alto porcentaje de mujeres sufren o sufrirán algún problema de suelo pélvico a lo largo de su vida. Desde un pequeño escape de orina al reír, toser o correr, a notar un bulto en la vagina o sentir dolor en las relaciones, entre otros muchos.
Debemos tener especial cuidado con las pérdidas de orina. Estos pequeños (o grandes) escapes involuntarios afectan a 1 de cada 3 mujeres a lo largo de su vida. Siendo 1 de cada 4 en mujeres jóvenes y 1 de cada 2 en mujeres mayores de 65.
Además, es nefasto para la salud femenina haber normalizado sufrir estas pérdidas de orina en cualquier momento, ya sea en el embarazo, tras los partos o con la edad. No es normal que se escape el pis en ninguna situación o momento, aunque sea una gotita, aunque estornudemos, saltemos o al reírnos descontroladamente. Ni es normal hacer pis cada hora o menos, ni de día ni de noche. Considerándose pérdida de orina también el levantarse por la noche a orinar todo lo que sobrepase a una vez por noche.
Lo bueno es que podemos prevenir o mejorar estas disfunciones. Tanto con trabajo personal como con tratamiento de fisioterapia u otras especialidades, según el caso en concreto.
En general se pueden prevenir y mejorar casos de candidiasis o infecciones, prolapsos de órganos pélvicos, dolor de regla, estreñimiento, diástasis abdominal, dolor lumbar o abdominal, cicatrices, dolor en las relaciones, mejorar el placer y la líbido, vagina distendida o abierta, incontinencia fecal o de gases, incontinencia urinaria y muchos otros.
¿Cómo se puede prevenir o mejorar todo esto?
Es muy frecuente pensar que con realizar los conocidos como ejercicios de kegel es suficiente. Son un ejercicio básico por el que empezar para sentir e identificar el suelo pélvico. Trabajan y mejoran la fuerza muscular. Consisten en realizar contracción y relajación de los músculos del suelo pélvico. Se suele empezar a practicar en posición tumbada y se va avanzando a otras posiciones como sentada, de pie, cuadrupedia o cuclillas.
Este tipo de trabajo ayuda y es necesario, pero no sirve si es lo único que se realiza.
Para trabajar el tono del suelo pélvico utilizamos la vibración. Los vibradores o dildos pueden usarse en caso de hipotonía del suelo pélvico. Estos deben tener suficiente intensidad y diferentes modos para ir cambiando de uno a otro. En este caso su uso es de forma discontinua, realizando pases por la vulva, buscando el placer y el orgasmo. Lo que hará que los músculos trabajen involuntariamente y mejores el tono.
Si el suelo pélvico es apto también podemos usar la bola china .
¡Cuidado! En caso de pérdidas de orina es fácil que el suelo pélvico no sea competente o le falte tono y/o fuerza y otro estrés o peso como es la bola puede hacer que empeore, se debilite más o ni siquiera pueda aguantar la bola. Por ello es importante usarla sólo en caso necesario y cuando está indicada. Tiene que haber un mínimo de tono en el suelo pélvico para usarla y eso debe valorarlo una fisioterapeuta especializada, no hay forma de saberlo si no.
En caso de hipertonía o dolor en la penetración los vibradores pueden ser de gran ayuda, pero su uso es muy diferente al que comentaba antes. Se usa un vibrador más finito y alargado con el que poder masajear el suelo pélvico de una forma contínua, parando en los puntos o zonas donde se note más molestia o tensión hasta que ésta disminuya y se busca otra zona.
A parte se debe de tener muy en cuenta otras recomendaciones básicas, que deben integrarse en el día a día. Estas recomendaciones son:
- Cuidar la postura. Se debe trabajar siempre en elongación y con la pelvis neutra.
- Realizar la técnica de knack. Consiste en hacer una pre-contracción del suelo pélvico antes de los esfuerzos, como toser, cargar la compra, coger al bebé, etcétera.
- Tener en cuenta la regla de la E. Se trata de realizar los esfuerzos en espiración. Ya sea empujar un mueble o un carrito en una cuesta o coger un peso, cualquier esfuerzo debe realizarse mientras se suelta el aire y a la vez realizamos la pre-contracción mencionada antes.
- Activar el músculo transverso. El abdomen y suelo pélvico van de la mano, por lo que ante un esfuerzo se debería activar sutilmente el transverso para proteger el suelo pélvico y que el aumento de presiones sobre él sea el mejor posible.
Además, se puede probar con otras herramientas que ayudan a mejorar el abdomen y suelo pélvico. Entre ellas están los ejercicios hipopresivos, el método 5p o tronco propioceptivo y los ejercitadores o biofeedback.
Y para terminar, pero no menos importante, lo ideal en todos los casos sería acudir a una fisioterapeuta especializada en Salud íntima femenina y Suelo Pélvico que realice una valoración abdómino-pélvica y pueda indicar los ejercicios y pautas para seguir en casa y realizar el tratamiento oportuno si fuese necesario.
Arantxa Saldise. Fisioterapia experta en Salud íntima femenina.
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