El hígado es uno de los órganos vitales más importantes y sin embargo uno de los grandes olvidados. Actúa como una batería que acumula energía, además de limpiar las toxinas y producir las proteínas necesarias para mantenernos con energía y saludables.
En España se producen más de 4.500 fallecimientos relacionados con enfermedades crónicas del hígado y, según la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), uno de cada cinco ciudadanos españoles está en riesgo de padecer una enfermedad hepática. Los problemas con este órgano ya ocupan el quinto puesto en la lista de causas de muerte a nivel mundial, y el tercero en nuestro caso. Sin embargo, no le prestamos la atención que requiere.
El consumo de determinados alimentos como azúcar, sal, el exceso de proteínas o los alimentos grasos perjudican su funcionamiento, y no tenemos que decir nada sobre su gran enemigo, el alcohol. La ingesta continuada de alcohol puede producir desde hígado graso, a hepatitis o cirrosis. Uno de los grandes problemas del hígado es que los síntomas de enfermedad pueden tardar mucho tiempo en manifestarse, aunque el daño esté ahí. Por eso es importante someterse a análisis preventivos.
Por eso ha llegado el momento de prestarle atención y cuidarlo. El Dr. José Miguel Rosales, especialista de la Unidad de Aparato Digestivo de HC Marbella nos habla del hígado.
¿Qué funciones cumple el hígado que lo hacen tan imprescindible y que apenas se relacionan con él?
Podemos decir que el hígado cumple tres funciones principales: desintoxicación, síntesis y almacenamiento. Por la desintoxicación, el hígado recoge todos los desechos producidos en nuestro organismo por el metabolismo y los depura, eliminando aquello que es perjudicial. Esto sirve además para eliminar tóxicos externos (como el alcohol) y depurar los medicamentos que tomamos. Mediante la síntesis, el hígado fabrica multitud de sustancias necesarias para el organismo. Así es la fábrica de las proteínas y otros nutrientes gracias a las cuales nuestro organismo cumple multitud de funciones. Y además el hígado es capaz de almacenar sustancias como vitaminas y el glucógeno (que se utiliza cuando necesitamos energía, transformándolo en glucosa).
¿Cuáles son las modificaciones que podemos hacer en nuestra rutina para no dañarlo?
En general llevar una vida saludable, con actividad física y una dieta correcta sin excesos ayudará a no sobrecargar nuestro hígado. Lo mismo ocurre si evitamos tomar productos que puedan resultar tóxicos, como medicamentos (debemos limitarlos a usarlos cuando nuestro médico así lo aconseje) y no abusar del alcohol. No hay que olvidar, además, que muchos productos considerados “naturales” pueden ser tóxicos para el hígado.
¿Qué síntomas muestra una persona con problemas en el hígado?
Por desgracia los problemas hepáticos pueden estar muchos años sin dar ningún síntoma aparente. Un control analítico en el que se determinen las transaminasas, la bilirrubina, la albúmina y los parámetros de coagulación pueden ayudar a detectar precozmente muchas enfermedades hepáticas.
¿Qué podemos hacer para evitar tener el hígado graso? Y si ya nos lo ha diagnosticado el médico, ¿cómo podemos tratarlo en casa?
El hígado graso no es ni más ni menos que el depósito de grasa en las células de nuestro hígado, los hepatocitos. Sin duda alguna esta enfermedad va en paralelo con el aumento de los casos de obesidad. Por otra parte, el hígado graso supone una enfermedad muy amplia que va desde casos muy leves hasta formas muy graves. El control del peso, con el ejercicio físico y una vida activa, no sedentaria, así como una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, pescados, disminuyendo el consumo de carnes rojas, productos refinados, azúcares y alcohol, han demostrado ser el mejor sistema de prevención del hígado graso e incluso de su tratamiento cuando ya se ha establecido.
¿Existen alimentos o condimentos “milagrosos” para cuidarlo?
Como se ha dicho, una dieta saludable, la llamada dieta mediterránea, junto a la actividad física, el abandono del tabaco y el consumo muy moderado de alcohol son las mejores herramientas para cuidar de nuestro hígado.
¿Son realmente efectivas las dietas “detox” para “limpiar” el hígado?
Muchas dietas “detox” sólo sirven para obtener una rápida pérdida de peso no saludable y de fácil recuperación e incluso pueden ser perjudiciales para el hígado. Cualquier dieta que elimine completamente la ingesta de algunos de los nutrientes que necesitamos, será perjudicial. La dieta debe contener proteínas, hidratos de carbono, grasas saludables (como ejemplo las que nos proporciona el pescado azul o el aceite de oliva), minerales y vitaminas. Las dietas “detox” producen que se dispare la producción de insulina en nuestro cuerpo ya que muchas de ellas están basadas exclusivamente en zumos de frutas, los cuales son muy ricos en azúcares. Estos además facilitan que pase mucho líquido al intestino, lo que puede provocar diarreas. Además y debido a la falta de proteínas de estas dietas nuestro organismo tiene que obtenerlas de los músculos, perdiendo así masa muscular.
Mucho cuidado con los productos considerados “naturales” porque se han descrito casos de hepatitis tóxica asociados a ellos.
|