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¿Eco, bio u orgánico? ¡La controversia está servida!

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¿Eco, bio u orgánico? ¡La controversia está servida!

Cada vez son más las personas las que muestran una especial preocupación por la desnaturalización progresiva y paulatina que han ido sufriendo los alimentos que hay en el mercado y que responde al deseo de conseguir producciones cada vez más rentables pero dudosamente beneficiosas para la salud.

Por ello, hoy son cada vez más los que se preocupan porque su alimentación esté compuesta por productos ancestrales, es decir, alimentos lo más parecidos posible a los que la madre tierra brinda, sin intervención alguna del hombre. Es por eso que son cada vez son más las etiquetas de productos donde puede leerse ‘producto ecológico’, ‘producto orgánico’ o ‘producto bio’. Pero, ¿en qué se diferencian realmente? ¿Sabemos realmente lo que estamos comprando cuando vamos al supermercado?

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La alimentación saludable se ha convertido en la gran tendencia de consumo actual. El hecho de que durante los últimos años el número de enfermedades ocasionadas por hábitos alimenticios inadecuados haya crecido de forma exponencial, ha generado que cada vez estemos más preocupados no sólo por lo que comemos, sino por los tratamientos a los que estos alimentos son sometidos hasta llegar a nuestra mesa.

Cuando hablamos de comer sano, más que de una tendencia, estamos aludiendo a una evolución, ya que el deseo de mantener una alimentación saludable siempre ha estado presente en la mente del consumidor con mayor o menor fuerza.

Según la revista Quality Assurance and Food Safety, son los milennials los que han traído consigo una nueva concepción de alimentación saludable basada en la simplicidad, tanto en los alimentos como en los métodos de preparación, realidad que esboza una tendencia significativa       hacia los productos frescos que luego ellos mismos cocina.

 

Controversia en el mercado

Es en este contexto de búsqueda de una alimentación saludable donde hacen su aparición los productos ecológicos (ECO), orgánicos y bio (Bio). Actualmente, la legislación de la Comunidad Europea plantea estos tres términos como sinónimos, es decir, podemos usarlos de forma totalmente equivalente para referirnos a un mismo producto o alimento. ¿La causa? Todos poseen un denominador común: el origen.

Acorde a lo recogido en la normativa vigente en estos momentos, cualquier alimento que sea catalogado como ecológico, orgánico o Bio ha de provenir de una fuente natural, esto es, descontaminada, sin que se haya usado sobre él sustancia química alguna (pesticidas, fertilizantes, etc.). En el caso de que sean productos ganaderos los que lleven estos apelativos, entonces hablaríamos de carnes procedentes de razas autóctonas, alimentadas de forma ecológica y sustentable, y sin que hayan sido sometidas a manipulación genética alguna.

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¿Por qué encontramos entonces en el mercado alimentos con logos que diferencian cada tipología de estos alimentos si todos tienen el mismo origen? A pesar de que no poseer una diferencia real, sino simplemente semántica, son los propios productores los que han abogado porque en el mercado cuenten con algún elemento diferenciador que haga que los consumidores conozcan en todo momento lo que están consumiendo. En realidad, las diferencias entre los alimentos ECO, orgánicos y Bio están basadas en matices que, a continuación, vamos a intentar esclarecer:

1.- Alimentos ecológicos (ECO)

Cuando hablamos de alimentos ecológicos, lo hacemos de aquellos cultivos que utilizan una producción que, desde el punto de vista medioambiental, es total y absolutamente respetuosa. Estos cultivos mantienen el equilibrio del medio ambiente sin agotar los recursos del suelo en el que crecen, sino usándolos en su justa medida. Por esta razón, se aprovecha el clima y el suelo natural para plantar alimentos apropiados según las condiciones que presente el terreno y la época del año.

Para la obtención de esta tipología de alimentos se emplean semillas ecológicas, procedentes de tierras que han sido sometidas a procesos de descontaminación. Cuando de lo que hablamos es de productos cárnicos ecológicos, entonces se alude a ganado que ha sido criado en tierras libres de contaminación y que se alimenta sin la intervención de hormonas del crecimiento o antibióticos.

 

2.- Alimentos biológicos (Bio)

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Se trata de alimentos que no han sido alterados genéticamente, una práctica muy frecuente en los últimos años para conseguir productos más llamativos de cara al consumidor, pero bastante menos saludables. Sin embargo, la alteración genética no hace sólo productos más atractivos, sino productos que son más resistentes y que necesitan una tierra con menos calidad nutritiva para crecer, para paliar el empeoramiento del terreno o en condiciones ambientales más hostiles. Elegir un alimento biológico pasa más por ser una decisión ética que nutritiva, ya que si te decantes por tener una alimentación basada en productos biológicos, lo que estás haciendo es optar por alimentos que no han sido manipulados por el ser humano quitándoles su verdadera razón de ser.

3.- Alimentos orgánicos

En último lugar encontramos los alimentos orgánicos que, como los demás, pero se diferencia en que no son tratados con ningún tipo de pesticida ni fertilizante.

 

¿Dónde comprar?

Independientemente de la ciudad en la que vivamos, seguro que existen tiendas especializadas en este tipo de productos o mercadillos donde poder hacerse con ellos. Es cierto que las ciudades más grandes cuentan con un mercado ecológico, pero vivir en un lugar pequeño no tiene que obligarte a renunciar a las bondades de estos alimentos.

Si en vuestra ciudad no existe ninguna de las opciones anteriores, entonces quizás haya alguna cooperativa de consumo, que son asociaciones de consumidores que deciden alimentarse de manera saludable y comprar orgánico, bio o ECO. ¡Seguro que internet os puede echar una mano a la hora de hacer un exhaustivo rastreo por vuestra ciudad!

Otra opción es informaros sobre la existencia de agricultores particulares y comprarles directamente. Aunque es cierto que cambiar las costumbres alimenticias es una tarea, en ocasiones, compleja, si finalmente os decidís por consumir este tipo de productos, pronto descubriréis que es algo rápido y sencillo. Además, se trata de comprar de una forma mucho más entretenida, personalizada y, sobre todo, saludable.

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