¿Existe la vida después de la muerte? ¿Contamos con guías invisibles que nos orientan en el camino? Estas y otras preguntas universales sirvieron como hilo conductor de una nueva edición de nuestras Cenas con Chispitas, esta vez con la médium Nathalie Bourbier como invitada especial en un entorno inmejorable: el exclusivo Gran Meliá Don Pepe.
Recibimos a las asistentes en Audrey con una copa de bienvenida que aprovecharon para acercarse a Nathalie y conversar.
Una noche para abrir la mente (y el corazón)
En un ambiente íntimo y respetuoso, Nathalie compartió con los asistentes su experiencia vital como médium, narrando con naturalidad cómo desde niña ha sentido una conexión con planos no visibles para la mayoría. Lejos de discursos dogmáticos o mensajes impositivos, su charla invitó a la reflexión sin tratar de convencer a nadie.
La propuesta de la velada estaba clara desde el inicio:
“En esta cena no pretendemos despejar los grandes enigmas sobre estos asuntos ni convencer a los escépticos, tan solo vamos a charlar con Nathalie sobre lo que ella ha experimentado a lo largo de su vida como médium.”
Y así fue.
Guías espirituales, reencarnación y la gran pregunta
La conversación giró en torno a cuestiones que han acompañado a la humanidad desde tiempos remotos: la posibilidad de que exista algo más allá de la vida física, la reencarnación, los guías espirituales y los ángeles como figuras de acompañamiento, presentes en diferentes culturas y religiones.
Nathalie relató cómo, en su experiencia, cada persona cuenta con un “equipo” que la acompaña a lo largo de su vida: guías, maestros o seres de luz que nos apoyan desde otras dimensiones. También habló de cómo esos mensajes no siempre se presentan como una voz o imagen, sino como una intuición profunda, un pensamiento fugaz o incluso un sueño revelador.
Tipos de médiums y el arte de convivir con el don
Durante la cena, también hubo espacio para abordar los diferentes tipos de mediumnidad. Existen médiums sensitivos, que perciben energías; médiums auditivos, que escuchan mensajes; médiums visuales, que ven imágenes o entidades; y médiums intuitivos, que reciben impresiones claras sin necesidad de una forma física.
Nathalie explicó que su experiencia combina varios de estos tipos, y que con el tiempo ha aprendido a integrar su don con total normalidad en su día a día. “Al principio puede ser desconcertante”, confesó, “pero con los años se convierte en parte de tu vida. Ya no lo ves como algo extraordinario, sino como una manera más de percibir el mundo”.
Entre la apertura y el escepticismo, curiosidad compartida
Entre los asistentes había perfiles diversos: algunos con creencias espirituales consolidadas, otros más escépticos pero igualmente dispuestos a escuchar. Lo que todos compartían era la curiosidad. En un ambiente de respeto mutuo, se plantearon preguntas, se compartieron experiencias y se generó un espacio donde lo importante no era tener respuestas definitivas, sino atreverse a formular nuevas preguntas.
Una conversación que continúa
Al final de la noche, muchos salieron con la sensación de que algo había resonado dentro. No se trató de una charla para creyentes ni de una sesión de espiritismo, sino de una invitación a observar la vida —y la muerte— con otros ojos.
Las Cenas con Chispitas siguen consolidándose como espacios donde el pensamiento crítico y la apertura de conciencia pueden convivir. Esta edición fue un ejemplo más de que, cuando se combinan la experiencia auténtica, el respeto por las creencias ajenas y un entorno cuidado, se genera un verdadero encuentro transformador.
¿Y tú? Crees que hay algo más allá de la vida física? ¿Has sentido alguna vez una presencia o intuición inexplicable? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios o comparte este artículo con alguien a quien le interese el tema.
Fotografias: María Jiménez
Decoración floral: Virginia González
