Hay una fiebre por las series a la que han contribuido las plataformas digitales y a la carta. Te sientas en el sofá, eliges qué tipo o qué serie quieres ver, cuándo y cómo. Así de cómodo. Sin embargo, no siempre ha sido así. Los que superamos los 40 recordamos perfectamente como había que esperar de una semana a otra para poder ver nuestra serie favorita. Si tenías vídeo, ya fuese Beta o VHS la podías poner a grabar pero nada de programarla a no ser que estuviese alguien en casa. Así que o estabas delante de la tele en el momento de emisión o te la perdías. Igual que ahora, ¿verdad?
No había cientos de canales donde elegir, había que conformarse con La 1 y La 2 y, por supuesto, con lo que el jefe de programación de la televisión pública te quisiera poner. Y no nos quejábamos, nos parecía fenomenal. La otra y única alternativa era alquilar una peli en el vídeo club, preferiblemente el fin de semana. O ver una y otra vez las películas que tenías grabadas.
Pero aún así, con tan pocas opciones, aquella generación nacida en los 70 nos quedábamos enganchados delante de la tele durante horas. Todavía había horario infantil que no era como el de ahora en el que no se pueden emitir una serie de contenidos, sino que pusieses el canal que pusieses lo único que encontrabas eran dibujos animados. Al igual que los sábados a mediodía, después del informativo. Posiblemente para que los padres aprovechasen para dormir un rato la siesta mientras los niños estábamos entretenidos.
Aquellos maravillosos años en los que había poco donde elegir, todo el mundo veía lo mismo. La tele nos abrió una ventana al espacio, a las series americanas, nos trasladó a la forma de vivir de otro tipo de familias y nos dejó atónitos ante aquellos extraterrestres que pretendían conquistar la tierra, tenían aspecto de lagartos y comían ratones. Incluso inspiraban canciones que servían para los juegos del recreo en el colegio. ¿Cierta dosis de nostalgia? Pues posiblemente sí. Y no porque fuesen ni tiempo ni mejores ni peores, sino porque quizás por aquel entonces teníamos menos responsabilidades.
Recordamos algunas de aquellas series que marcaron a toda una generación y que aún tenían entre sus objetivos, además de entretener, transmitir una serie de valores.
ALF
La primera emisión de esta llamativa serie se produjo el 22 de septiembre de 1986. Lo curioso es que el personaje, al que todos llamábamos y llamamos Alf, se llamaba en realidad Gordon Shumway. ALF son, en realidad, las siglas de “Amorfismo Lejano Fantástico”. Sí, suena raro. En la versión original tiene algo más de sentido: “Alien Life Form” (Forma de vida Extraterrestre). Y sí, dentro había un actor dándole vida.
Era un alienígena lleno de pelo, con un hocico con curvas y ocho estómagos, cuya comida favorita eran los gatos. El punto de inicio de la serie era que ALF estaba perdido en el espacio tras huir de su planeta a punto de explotar debido a que todos los habitantes enchufaron el secador del pelo a la vez. Entonces, llegó a la tierra y se estrelló en la casa de una familia de clase media, los Tanner.
Por loco que parezca el argumento, la serie duró cuatro temporadas, 102 episodios, hasta el 24 de marzo de 1990 y culminó con una película (Proyecto: ALF), seis años después, que puso el punto y final a la historia después de que la cadena no lograra producir una quinta temporada por falta de presupuesto.
El equipo A
¿Cómo olvidar esa cabecera que para tantas parodias ha servido? La sintonía, el tono grandilocuente con el que contaban las historias, que casi rozaba lo cómico, y esos cuatro hombres que tanto peleaban llegaron a las pantallas el 23 de enero de 1983.
Todos los integrantes del equipo eran hombres del ejercito de Estados Unidos que fueron encarcelados por un delito que no habían cometido que, tras poco tiempo en prisión, escaparon. Para huir del gobierno, sobrevivían como mercenarios.
El éxito de la serie la llevo a tener cinco temporadas y una película. Aunque no cuenta con un gran episodio final, esta mítica serie ha permanecido en la memoria de muchos que aún la pueden seguir disfrutando en televisión.
V
Sin duda alguna, las series de antes contaban con argumentos mucho más atrevidos y alocados que en la actualidad, donde parecen que solo se pueden hacer remakes y todas las series parecen cortadas por el mismo patrón. Para muestra, V.
La historia cuenta como unos extraterrestres reptiloides, que tienen apariencia humana, llegan a la tierra desde el cuarto planeta de la estrella Sirio –nada que ver con Siria, por cierto– con una flota de, nada más y nada menos, 50 platillos volantes gigantescos.
Estos consiguen asentarse en las principales ciudades del mundo con la excusa de necesitar ciertos productos químicos para llevar a su planeta. Prometieron compartir con los humanos su tecnología si estos les cedían lo que necesitaban.
Pronto consiguieron llegar a las altas esferas y tomar poder. Tras esto, llegaron los comportamientos raros y las desapariciones. Se descubriría después que estos visitantes eran carnívoros –cómo olvidar el delicioso plato de ratón crudo servido directamente en boca– y pretendían usar a los humanos como cutivo y alimento, mientras que un selecto grupo sería usado como esclavos.
Finalmente, sería un sector de los propios extraterrestres quienes se revelarían contra su especie para evitar la extinción de la humanidad.
La primera emisión se produjo el 1 de mayo de 1983 y acabó el 22 de marzo de 1985. V es una de las series más recordadas de la década de los ochenta, sin embargo, solo contó con tres temporadas a modo de miniserie cada una. La primera con dos episodios, la segunda con tres, y la tercera con 19.
MacGyver
¿Cuántas veces hemos improvisado alguna solución a algo que pasaba con tres cosas que teníamos por casa y nos hemos sentido como él? Angus MacGyver era un agente que trabajaba para la Fundación Fénix y, en ocasiones, para el gobierno. Inseparable de su mochila llena de objetos cotidianos, se las ingeniaba para construir artilugios y solucionar conflictos con ellos.
La serie se estrenó un 29 de septiembre de 1985 y duró siete años en antena. En el final, que fue una cancelación, se vio envuelto el hijo del personaje principal, dejando este segundo su vida tan ajetreada para centrarse en la familia.
La serie contaría más tarde con dos películas con los mismos personajes de la serie. Además, en 2016 salió adelante una nueva versión de la serie que todavía sigue en antena.
Salvados por la campana
Aunque pocos lo saben, esta serie es un spin off, es decir, una serie que ha salido de otra serie (como ‘Aída’ salió de ‘7 vidas’, por ejemplo). Seguía la vida de seis adolescentes del instituto Bayside de California. Se estrenó en su país de origen el 20 de agosto de 1989.
Lo cierto es que los capítulos al principio no estaban muy elaborados. El personaje de Zack Morris hacía alguna trastada, se solucionaban y él aprendía la lección, aunque se le olvidaba rápido. Los personajes tenían un comportamiento respecto a esta problemática : la pobre Screech cargaba con las culpas, Slater era el “amigo” que le estropeaba los planes, Kelly era el objetivo que pretendía lograr, Lisa pasaba por allí y le daba cotilleos de lo que se había enterado y Jessie intentaba ser la voz de la experiencia.
Viendo que esto no funcionaba, los capítulos se hicieron más enrevesados y se relacionaban entre sí. La serie finalizó el 21 de noviembre de 1992 tras cuatro temporadas. Eso sí, sus modelitos y peinados se vieron por las calles mucho tiempo después de que la serie acabara. Y no podemos arrepentirnos, ¡era la moda!
Verano azul
No podíamos dejar pasar la oportunidad de recordar la única serie española de la lista. Se grabó en Nerja, Vélez-Málaga, Motril y Almuñécar durante dieciséis intensos meses, desde agosto del 79 hasta diciembre del 80. Sin embargo, no sería hasta el 11 de octubre de 1981 cuando TVE 1, como se llamaba entonces, estrenó la serie. Como curiosidad, la emisión se realizaba los domingos a partir de las 16.05 horas.
La serie contaba las aventuras de un grupo niños y adolescentes de vacaciones en la Costa del Sol, a pesar de que nunca se nombra la localización en la serie. Como personajes adultos, destacan una pintora, Julia, y el inolvidable Chanquete, un marinero retirado.
La serie es muy recordada pero solo contó con diecinueve episodios y uno inédito del que solo se grabó la mitad. Debido a los imprevistos meteorológicos, TVE decidió cancelar la producción de este episodio. No es de extrañar, puesto que cada episodio costaba la friolera de 9 millones de pesetas.
Lo que realmente marcó de esta serie es que rompió con la televisión que se estaba haciendo en aquel entonces, todavía ampliamente contagiada por el franquismo. Tal fue el impacto, que se exportó a otros países de Latinoamérica, a Portugal, Angola y algunos países como Argelia, Yugoslavia, la antigua Checoslovaquia, Polonia, Francia y Bulgaria.
El 7 de febrero de 1982, España entera quedó conmocionada con la muerte de Chanquete. Un momento que nadie puede olvidar es cuando Pancho, al grito de “¡Chanquete a muerto!” informa a la pandilla del suceso.
Sin embargo, al contrario de la creencia popular, ese no es el último episodio de la serie. Este se pudo ver realmente el 14 de febrero de 1982. Mostró como la pandilla, triste tras la pérdida, vuelven cada uno a su lugar de origen tras el fin de las vacaciones prometiéndo verse el año al año siguiente.
Otras series de la época eran las dedicadas a los adultos. Verdaderas telenovelas americanas donde se trataban los temas más básicos del ser humano de la manera más peliculera posible. Dallas, Falcon Crest, Colby o Dinastia eran algunas de estas series que no eran recomendadas para los más pequeños de la casa, pero que de una manera u otra nos ingeniábamos para ver. ¡Y lo bien que nos lo pasábamos viéndolas!
Sería ya en la década de los noventa cuando llegaran series como Sensación de vivir o Melrose Place junto a las cadenas privadas, Tele 5 y Antena 3. Esta última empezó su incursión con series de producción propia como Farmacia de Guardia. Pero hablaremos de esto en otra ocasión. ¡Suficiente dosis de nostalgia por hoy!
Afortunadamente para algunos, estas series se han podido seguir viendo mucho tiempo después de su finalización gracias a las continuas reposiciones. De hecho, algunas siguen en emisión en la actualidad. Gracias a esto podemos volver a nuestra infancia, cuando las teles eran gordas, no teníamos Netflix y la ropa que se usaba es la misma que ahora ha vuelto. De esto último no nos quejamos, eso sí, ¡mientras no vuelvan los cardados y la laca!
Redacción: Ana Porras y Pablo Navarrete