Muy a menudo sucede que entramos en una habitación y no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo allí. ¿Habíamos olvidado las llaves o habíamos ido a coger el móvil? En tan solo treinta segundos pasamos de tener una orden e intención clara a que, por arte de magia, nuestro cerebro olvide lo que teníamos entre manos. Este fenómeno es conocido como el ‘Efecto Puerta’ por los psicólogos.
Los científicos solían creer que la memoria era como un archivador y que, tras vivir cualquier experiencia, se creaba una especie de archivo que se podía guardar en una carpeta cerebral para consultarlo en cualquier momento posterior de nuestra vida.
Es una imagen bonita, poética y ordenada de cómo funciona parte de nuestro cerebro, pero –como se descubrió más tarde– es errónea. El cerebro es mucho más complicado y sofisticado que eso. Se parece más a un ordenador de gran potencia, con cientos de tareas y aplicaciones ejecutándose a la vez. Es por eso por lo que necesita algunas pautas y guías para que funcione correctamente y no se sature. Este es, quizá, uno de los motivos por los que se da el ‘Efecto Puerta’.
Según este efecto, los humanos olvidamos cosas y nuestro cerebro se resetea en cierto modo cada vez que pasamos por una puerta o por el marco de ella. Eso es lo que concluye un conjunto de estudios realizados por Gabriel Radvansky y sus colegas de la Universidad de Notre Dame.
Nuestro cerebro se resetea en cierto modo cada vez que pasamos por una puerta
En el primer estudio, reclutaron a docenas de participantes que debían utilizar las teclas de un ordenador para navegar a través de un entorno de realidad virtual presentado en una pantalla de televisión. El entorno consistía en 55 habitaciones en total, algunas grandes y otras pequeñas. Las habitaciones grandes contenían 2 mesas (una en cada extremo), mientras que las pequeñas tenían una.
Encima de cada mesa había un objeto que no sería visible una vez que fuera recogido por el participante. La tarea de los individuos era recoger un objeto y llevarlo a otra mesa, donde debían depositarlo y escoger uno nuevo.
Se observó que cada vez que los participantes atravesaban una puerta abierta, su rendimiento de memoria era más deficiente que las veces que recorrían la misma distancia dentro de la misma habitación, es decir, cuando no atravesaban una puerta.
En habitaciones reales se registraron las mismas observaciones
En la siguiente parte del estudio, los investigadores probaron el ‘Efecto Puerta’ utilizando habitaciones reales. Curiosamente, se registraron las mismas observaciones, ya que a las personas les resultaba difícil recordar el objeto anterior una vez que pasaban por una puerta.
Hasta ahora, no hay una explicación concreta detrás de este fenómeno, pero los psicólogos creen que pasar por una puerta y entrar en una habitación diferente crea un bloqueo mental.
Esta hipótesis se apoya en un estudio sobre la memoria, que demostró que las personas que pasaban por las puertas experimentaban una «división» en su memoria. Además, también se cree que al pasar por puertas abiertas se restablece la memoria para dar lugar a la creación de un nuevo episodio mental.
Experimentar estas pérdidas de memoria después de entrar en una habitación diferente no dice nada negativo sobre tu memoria
La buena noticia es que experimentar estas pérdidas de memoria después de entrar en una habitación diferente no dice nada sobre tu negativo memoria, inteligencia y habilidades cognitivas. Así que si entras en una habitación y de repente olvidas por qué estás allí, ¡no temas que no es nada grave!