La medicina hiperbárica gana adeptos en el mundo en las últimas décadas, aunque para la mayoría de la población siga siendo una gran desconocida. Esto hace que muchas personas que podrían ver mejorada su salud, o su bienestar físico desaprovechen esta oportunidad que les brinda la ciencia.
Aunque se denomina «medicina hiperbárica” no está únicamente dirigida a personas que presenten una enfermedad o dolencia. Está más que demostrado que aporta múltiples beneficios a personas sanas. Te estarás preguntando ¿qué es la medicina hiperbárica y en qué te puede ayudar? Yo también me lo preguntaba hasta que decidí probarla. Era algo de lo que había oído hablar hace muchos años. Siendo una niña a mi abuela le dijeron que si el pie no se le curaba en un plazo de tiempo habría que amputar. Era diabética y la herida estaba cada vez peor. Por aquel entonces, hace más de 25 años, un doctor le recomendó el uso de la cámara hiperbárica. El pie se mejoró y gracias al tratamiento mi abuela lo conservó. Aun así desconocía sus múltiples aplicaciones.
Cuando llegamos al Centro Hiperbárico de Estepona lo primero me llama la atención es que cuenta con dos cápsulas totalmente transparentes. A mí, personalmente me agobian los espacios cerrados, así que me muestro reticente a probarla. En cualquier caso estoy allí para documentarme para un artículo que quiero escribir.
Me recibe Alexandra, la directora del centro.
– Espera un momento que ahora mismo te atiende el doctor.
Me saluda muy amable un señor, que yo confundo con el médico hasta que Alexandra me cuenta que es su marido. Hace 4 años sufrió un infarto de miocardio agudo. Tras estar tres meses en coma y otros tantos ingresados en el hospital tuvo que aprender a hablar, a andar, a comer…En ese duro proceso la cámara hiperbárica fue crucial en su recuperación y mejoría. Por ese motivo, cuando decidieron trasladarse a vivir a Estepona y empezar de nuevo, Alexandra decidió abrir este centro que pusiese al alcance de otras personas el tratamiento que tan importante había sido en sus vidas.
Enseguida paso a la consulta del Dr. Rafael Sánchez, director médico del centro y responsable de tutorizar las sesiones. En ese momento acaba de terminar la revisión previa de uno de los pacientes que se va a someter a tratamiento.
Dr. Sánchez, ¿en qué consiste exactamente el tratamiento? Supongo que el paciente se introduce en la cámara, pero ¿qué pasa entonces?
En el momento en el que el paciente entra en la cámara comienza el tratamiento de oxigenoterapia hiperbárica. Esto consiste en que respira oxígeno puro a mayor presión. La cámara duplica o triplica la presión a nivel del mar, dependiendo del caso. Por leyes físicas, esto incrementa la cantidad de oxígeno en la sangre que llega a los tejidos, y da como resultado un efecto terapéutico.
¿Cualquiera puede someterse a ese aumento de presión?
Esta tecnología, aunque aún hoy es desconocida para muchos no es nueva. Se ha empleado durante décadas en muchos países del mundo con resultados clínicos exitosos documentados en la literatura científica internacional. Aunque sí es cierto que se están descubriendo nuevos beneficios en casos que hasta hace un tiempo no se había probado.
Antes del tratamiento, la persona interesada debe ser examinada por un médico especializado en medicina hiperbárica. Se trata de un reconocimiento en el que nos garantizamos que no tiene ninguna contraindicación para esa persona. En el centro incluso tenemos niños que se someten al tratamiento, por ejemplo por lesiones cerebrales.
¿Cuáles son esas contraindicaciones?
Las contraindicaciones son pocas y relativas y más cuando se trata en muchos casos de salvar la vida del paciente o evitar la amputación de un miembro, los médicos evalúan la relación entre el riesgo y el beneficio. Como médico hiperbarista me gusta ser muy franco y si la probabilidad de mejoría por parte del paciente es escasa con el tratamiento incluso lo desaconsejo
Doctor, ¿en qué casos está indicada?
Como te decía, cada vez se demuestra que es efectiva en otras circunstancias. Los enumero porque son muchos los casos en los que se usa dependiendo de la patología:
-Insuficiencia vascular: lesiones en pie diabético, úlceras por insuficiencia arterial y venosa, traumatismo con síndromes isquémicos periféricos, insuficiencia arterial retiniana aguda. Infecciones: Gangrena gaseosa, infecciones necrotizantes de tejidos blandos, osteomielitis refractaria, sepsis, micosis profundas, abscesos intracraneales.
-Alteraciones tróficas: Preparación de lechos para injertos, injertos y colgajos en riesgo, retardo en la consolidación de fracturas óseas, necrosis ósea aséptica.
-Lesiones por agentes físicos y químicos: necrosis post radiación: osteoradionecrosis, radionecrosis de los tejidos blandos, cistitis y proctitis post radiación, congelamiento y quemaduras.
Otras indicaciones: Intoxicación por monóxido de carbono, embolia gaseosa, enfermedad por descompresión, traumatismo craneoencefálico y de médula espinal en período inicial, edema cerebral postraumática o producida por radioterapia, cefalea en racimos y migraña, sordera súbita, tinnitus, síndrome de Menière, parálisis facial periférica, síndrome frontal subcortical con leucoaraiosis, anemia aguda excepcional, íleo paralítico, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, vasculitis, y podría seguir enumerando casos distintos en los que está indicado.
Y ¿qué efecto tiene sobre los pacientes?
Son múltiples. Por desgracia todos tenemos a alguien cerca que ha pasado por un cáncer. Pues la experiencia nos ha demostrado que la cámara hiperbárica, por ejemplo, le sienta muy bien a las personas que se han sometido a quimioterapia y radioterapia. Igual que a atletas y deportistas que han sufrido una lesión. La recuperación es mucho más rápida. Hay personas que entran por una cosa en concreto y ven como mejoran otras. Como he hecho anteriormente enumero ahora los principales efectos.
-Mejora la oxigenación de los tejidos afectados por problemas circulatorios y radiación previa.
-Disminuye el edema tisular e inflamación.
-Estimula la angiogénesis (formación de nuevos capilares sanguíneos).
-Aumenta la producción de colágeno (sustancia fundamental en la reparación de la piel), acelerando la cicatrización de heridas o úlceras.
-Delimita los tejidos que son recuperables de los no viables, lo que favorece a cirugías más ahorrativas.
– Promueve la formación de tejido óseo (osteogénesis) en la consolidación de las fracturas.
– Presenta acción antibacteriana en forma directa e indirecta.
-En las intoxicaciones por monóxido de carbono (CO) acelera su disociación de la unión con la hemoglobina, facilitando la eliminación del CO del organismo.
Alexandra me comentaba que cada vez hay más usuarios sin problemas de salud aparente. ¿Qué aporta a una persona sana?
Te lo explico ahora mismo, pero para que veas la importancia de los resultados que se consiguen con las sesiones, muchos grandes ejecutivos norteamericanos la usan antes de tener que tomar decisiones importantes. Ten en cuenta que estamos hablando de un aumento notable de oxigenación. Lo que estamos respirando ahora no es oxígeno puro, cuando entras en la cámara la oxigenación es total.
Tanto el envejecimiento natural como el inducido por el estrés o por el sol están asociados con un descenso en los niveles de producción de energía, lo que a su vez depende de falta de oxígeno. Un efecto de vital importancia logrado en el campo de la oxigenoterapia hiperbárica consiste en ayudarnos a permanecer mentalmente alerta, a parecer y sentirnos más jóvenes y ágiles, y a retrasar la vejez y la senectud. Los beneficios se notan hasta en la piel.
¿ Cuántas sesiones son necesarias para notar los beneficios?
Tanto el número de sesiones como el protocolo terapéutico varían en función de la patología del paciente; el tratamiento siempre es personalizado.
Con el ritmo que llevamos muchas veces es más que necesario buscar un momento para uno mismo y para cuidarse. Cada sesión dura entre una hora y cuarto y una hora y media. En ese tiempo se pone música e imágenes relajantes, aunque hay quien prefiere estar en silencio y lo aprovecha para meditar o practicar mindfullness. Te deberías animar a probarlo.
Y efectivamente, me animo a probarlo. El doctor me hace una serie de preguntas sobre mi historial médico y mis hábitos de vida. Tras comprobar que soy apta tengo que cambiarme de ropa, ya que la vestimenta debe ser 100% de algodón.
Me introduzco en la cámara y advierto de que me puede dar agobio. Una vez dentro no tienes la sensación de estar en una cápsula. El doctor y Alexandra supervisan el funcionamiento de la máquina hasta que alcanza la presión indicada. Lo único que siento al principio es que se taponan los oídos, como cuando viajas en avión. Enseguida la sensación vuelve a ser de normalidad y me relajo. Creo que incluso me quedé dormida.
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Fotografía: Lorenzo Carnero Redacción: Ana Porras
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