Pablo López fue el primero en agotar todas las entradas para su concierto pocas semanas después de publicar el cartel de esta edición de Starlite. No quedaba ni una butaca desde hace tiempo y sobre el escenario demostró el motivo.
Multitud de rostros conocidos se dieron cita para disfrutar del cantante, músico y compositor. Entre ellos Manuel Martos y Amelia Bono; la presentadora y modelo Paloma Lago; la estilista, escritora y bloguera, Fiona Ferrer; el influencer y presentador de televisión, Josie; los periodistas Javier Negre, Albert Castillón y Ana García Lozano; Carmen Lomana; Alejandra de Borbón, Raquel Meroño, María Fitz-James, Cari Lapique, su hija Carla Goyanes; Mónica Silva, Begoña Trapote y Alejandra de Rojas, entre otros.
El artista de Fuengirola llegaba para presentar su último trabajo Camino, fuego y libertad, dentro de su gira Santa Libertad. Era su primera actuación en el recinto y con su madre y su hermano entre el público: “Yo he venido aquí, a Starlite, muchas veces. Pero he estado ahí sentado, como ustedes”, dijo emocionado.
Pablo López, que se ha consolidado como uno de los grandes intérpretes de nuestro país, llegaba a Starlite con ganas de darlo todo: “Es un honor estar en Starlite. Yo soy un niño chico al que le gusta hacer música, cantar… Ustedes me van a permitir que les cuente mi vida esta noche”, dijo López, para, efectivamente, ‘contar’ su vida, pero en forma de canción.
Entre los temas que interpretó, muchos de su nuevo disco como El niño, El gato, El teléfono… Pablo López al igual que hiciese hace unos días Pablo Alborán también se sentó al piano para interpretar temas desde el corazón, historias que cuenta en forma de canción y con las que consigue conmover a sus seguidores. Incluso se atrevió a cantar a capella, ante un silencio absoluto del auditorio, El Patio.
Para el instante final, un emocionado Pablo López guardaba dos de sus clásicos, Lo saben mis zapatos, en la que también cantó un trozo a capella; y Tu enemigo, con las que se despidió de Starlite poniendo un broche de oro a una noche mágica e inolvidable en un escenario que está a pocos kilómetros o ya a muchos, de la casa en la que se crío.
Fotografías: Lorenzo Carnero y Starlite
