Desde la instalación del famoso alumbrado navideño en el centro de la ciudad, mucho se ha hablado de los pros y los contras del reclamo turístico que supone para Málaga. El debate está servido… Algunos no soportan las continuas aglomeraciones de personas en diferentes puntos del centro histórico, mientras que otros mantienen que es una oportunidad de oro para una ciudad que vive, mayoritariamente, del turismo.
En cualquier caso, en esta conversación hay grandes olvidados que son el punto clave de esta ecuación: los propios turistas. Por eso, hemos salido a la calle a preguntarles qué opinan de Málaga en Navidad y lo que les ha supuesto visitar las zonas más emblemáticas en estas fechas.
Foto: Lorenzo Carnero
Rosa Sevillano, de Madrid
El motivo que la ha traído hasta Málaga es, además de porque era uno de los sitios de Andalucía que no conocía, que su marido pasó la niñez aquí. Confiesa que Málaga la ha sorprendido bastante, “para bien”. También tuvo el mismo sentimiento cuando vio por primera vez las luces que alumbraban Calle Larios. Sobre la ciudad, también dice que “no era lo que se esperaba; tenía otro concepto de Málaga por lo que había visto en la tele” pero que la sorpresa fue grata y el balance muy positivo. Respecto a la saturación de las calles por el elevado número de personas que se agolpan para ver los diferentes espectáculos navideños, dice que los ha vivido pero que viene de Madrid por lo que, comenta entre risas, para ella “esto es poco”.
Tabatha de la Garza y Francisco Salazar, de Monterrey (Méjico)
Esta pareja está en Málaga visitando a un amigo afincado en la ciudad. La ciudad les está pareciendo “muy padre”, es decir, “muy bonita”. Lo que más destaca Francisco de Málaga ha sido el transporte público. Dice que no tiene nada que ver con el que tienen en Méjico: “Me gusta mucho más el de aquí, es más eficiente”, comenta. “Tienen una pantalla de cuanto tarda el autobús en llegar a la parada… ¡en Méjico no existe eso!”, complementa ella entre risas. Aunque para el momento de la entrevista aún no han visitado mucho –llegaron el día antes–, dicen estar encantados con la ciudad y lo bonito de sus calles y decoración. Respecto a las luces de Navidad, coinciden en que son espectaculares aunque, afortunados, admiten que no les ha tocado un día con mucha gente. “Yo creo que porque era jueves por la noche”, argumenta Tabatha. En cualquier caso, a la pregunta de si volverían y recomendarían la ciudad, la respuesta es un contundente “sí” por parte de ambos.
Daniel Villegas y Nuria Gallego, de Madrid
El motivo determinante para que esta pareja se decante por visitar Málaga ha sido su gran oferta cultural. Ya que el alumbrado, en palabras de Daniel, tampoco les ha resultado muy sorprendente: “Está bien. Cumple el estándar para estas fiestas”, comenta. Las multitudes les han resultado “un poco agobiantes” aunque no les ha llamado la atención especialmente porque vienen con suficiente experiencia desde la capital española. Como aspecto positivo, Nuria destaca “la limpieza de las calles” del centro histórico, incluso dice que “parecen que pulen”.
Priscila Gagliazzo y Ellen Lopes, de Brasil
Estas chicas llevan tres días en la ciudad. El motivo de la visita es más que curioso: vinieron para casarse. Al no estar permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo en Brasil, decidieron aprovechar Gibraltar como lugar para celebrar su unión –que debía hacerse en territorio europeo, aprovechando que una de ellas vive en Irlanda–. Después de un momento tan señalado, consideraron una buena idea pasar un par de días en Málaga por cercanía. La ciudad, hasta el momento, les ha parecido “muy buena”, de la que destacan que las personas son muy acogedoras. Otro punto que les parece importante y -en tono de broma- no han querido pasar por alto, son las cervezas “me encantan”, ríe Priscila. Aun no han visto el alumbrado navideño, y quizás por eso dicen que, en los días que llevan de turismo, “han estado tranquilas y no han coincidido con mucha gente”. Volverían a Málaga sin duda ya que “les gusta mucho”, tanto incluso como para quedarse a vivir.
Dolores Escudero y Francisco Gallego, de Almería
Este afianzado matrimonio tiene familia en Málaga, lo que les resulta la excusa perfecta para pasearse por las calles de la ciudad puntualmente. “Me resulta muy familiar, muy querida. Tengo familia aquí, entonces los visitamos y, después, nos vamos para Almería”, nos cuenta Dolores. Casualmente, uno de los familiares cercanos de Dolores, el primo hermano, es el diseñador Jesús Segado. La ciudad en general les parece maravillosa, “superlimpia” y, el punto fuerte para ellos, “la gente es encantadora”. Las luces de Navidad les han gustado mucho, pero tienen casa en Torrejón desde hace muchos años y, según nos cuentan, sus alumbrados de allí son famosos a nivel nacional, es por esto por lo que les ha encantado el espectáculo del Bosque Encantado de Calle Larios pero se “quedan con las de Torrejón”.
Es de justicia escuchar también lo que tienen que decir los que aprovechan todo este turismo para hacer negocio, que es de lo que se trata. ¿Es realmente tan producente como se cree este tipo de turismo o por el contrario solo afecta positivamente a unos pocos? Esto nos han dicho.
María Deseada Aranda, dependienta de Pepa García en el mercado navideño de Muelle Uno
Esta empresa forma parte cada año del mercadillo navideño que se instala en Muelle Uno. Y no solo en esta época: veranos, primaveras, Semana Santa o cualquier temporada en la que los puestecillos formen parte del paisaje de la parte más comercial del puerto de Málaga, allí están. María Deseada nos cuenta que esta Navidad las ventas van bien, pero que “comparado con otros años, la cosa ha bajado un poco”. A pesar de las continuas aglomeraciones, cree que el turismo “ha bajado este año” y que el alumbrado navideño no les supone ninguna ayuda ya que los visitantes “realmente vienen solo a ver las luces”. Respecto al perfil del turismo que recibimos, nos comenta que “vienen más mayores que jóvenes” y que dentro del turismo nacional suelen tener su origen en el norte de España, aunque asegura que los extranjeros suponen una gran parte del total de turistas. Según María, muchos de los visitantes de estas fechas vienen a visitar a sus familiares que viven aquí mientras que en verano “vienen más turistas nuevos”.
Aurelia Quiles, recepcionista de Molina Larios
Según nos cuenta Aurelia, desde el puente de diciembre se ha notado mucho la ocupación. Durante todos esos días estuvieron completos, y siguen estándolo. “No solo nosotros”, comenta, “casi todos los hoteles están en la misma situación, porque hemos tenido que mandar a clientes a otros hoteles y están todos llenos”. “Eso es bueno también”, dice. Normalmente, “tenemos mucho turismo internacional, como ingleses o alemanes, pero en el puente se nota mucho que el turismo viene de dentro de España”. Los visitantes suelen ser, en su mayoría, de edad media –entre 40 y 50 años–, “jóvenes no tanto”. El tema de las aglomeraciones les influye en las cuestiones relativas al aparcamiento, porque con los espectáculos se cortan las calles y los clientes no pueden acceder a esta zona. Por lo demás no les afecta directamente, cuenta, aunque “los clientes si nos dicen que hay mucha gente y que es un agobio porque cuesta mucho coger taxis y llegar hasta aquí”.
Cuando se trata de ponernos de acuerdo, nunca es tarea fácil. Mientras que hay locales y turistas que no terminan de quedar satisfechos por cómo se está gestionando este año el tema, ya más que sonado, de la Navidad en Málaga, otros solo tienen palabras bonitas para una ciudad que vive día a día varios espectáculos de luces, proyecciones y actividades varias.
Lo importante es que quien venga a vernos se vayan con buen sabor de boca y que vuelvan porque, por suerte o por desgracia, la ciudad vive del turismo. En este aspecto, parece que el mayor valor de la ciudad es su gente. Así que seamos amables aunque hayamos tardado más de lo habitual en los desplazamientos por el centro de la ciudad.
Redacción y Fotografía: Pablo Navarrete