Es curioso como, a lo largo del día, nos cruzamos con cientos de personas que no conocemos. A alguna llegamos a lanzarle una tímida mirada o, incluso, le dirigimos un “gracias” cuando nos aguanta la puerta para entrar a cualquier sitio. Vamos tan inmersos en nuestros pensamientos, en nuestros ritmos, que no tenemos tiempo para pensar más allá de las llamadas que tenemos que hacer y de las lavadoras que tendremos que poner al llegar a casa.
Sin embargo, cuando nos paramos un momento y observamos a nuestro alrededor, nos damos cuenta de que cada una de esas personas que nos rodean, con las que nos hemos cruzado de camino al trabajo, la misma persona que nos ha aguantado la puerta para que pudiéramos pasar, están viviendo su propia lucha día a día.
Pocas veces somos lo agradecidos que deberíamos ser con la vida. Cuando hay salud, cuando podemos llegar a final de mes y cuando tenemos compañía, todas estas cosas las damos por sentadas y no apreciamos lo que significan. Sin embargo, muchas familias andaluzas no tienen la suerte de contar con todo esto y, además, están indefensas ante tal situación.
Para paliar las desigualdades entre familias e intentar acabar con las situaciones laborales abusivas a las que las más vulnerables están expuestas, la Junta de Andalucía ha impulsado el Plan de Familias de Andalucía.
El punto de partida de esta iniciativa ha sido la creación del ‘I Informe de la Situación de las Familias en Andalucía’, elaborado por la fundación ‘The family watch’. Los puntos recogidos en este dossier serán analizados por expertos universitarios y de la investigación para, posteriormente, crear medidas para su erradicación.
El informe ha sido presentado por la secretaría general de Familias, Ana Mata, y la directora general de la Fundación ‘The family watch’, María José Olesti. Además, han estado presente los integrantes del grupo de trabajo.
Los principales problemas
Uno de los puntos sobre los que ha incidido el informe es que se observa una sobrecarga de tareas que dificulta la conciliación de la vida familiar con otros ámbitos de la vida cotidiana, como el laboral. La respuesta de la sociedad a este problema ha generado una tendencia al retraso de la edad de maternidad, así como una reducción efectiva de la natalidad.
Las dificultades para conciliar la vida familiar con la ocupación laboral no son el único factor que interviene en la reducción de la natalidad: otra variable que hay que tener en cuenta es la tardía emancipación juvenil. Aunque la independencia de los jóvenes se ve condicionada por diversos factores y circunstancias, una de sus causas principales es la insuficiencia de políticas públicas y sociales para facilitar la salida de los jóvenes de su hogar de origen.
Además, a esto se le suman las prácticas laborales actuales que no garantizan un buen empleo ni un buen sueldo, lo que retrasa la emancipación juvenil y, por tanto, desencadena el efecto dominó hacia la ausencia de natalidad.
En definitiva, la economía actual y el bienestar de las familias andaluzas depende de tres factores clave:
- El envejecimiento de la población tiene un impacto directo sobre el bienestar de las familias, ya que afecta negativamente al nivel salarial y a la creación de empleo, pues requiere contribuciones sociales más altas por parte de los trabajadores para cubrir las expectativas de bienestar de los pensionistas y genera mayores necesidades de cuidado.
- Las transformaciones del mercado laboral (salarios bajos y precariedad) tienen un fuerte impacto social, especialmente sobre los grupos socioeconómicos más vulnerables, como los jóvenes y las personas inmigrantes.
- La evolución de los valores sociales emergentes (individualismo, autorrealización o la democratización de las relaciones sociales) que han influido en la evolución de los modelos familiares. Así, junto a la familia nuclear, adquieren protagonismo diversos tipos de familias con sus propias características y riesgos específicos, como las familias monoparentales, numerosas, homoparentales, reconstituidas, adoptantes y acogedoras.