Marenostrum Castle Park acogía a una de las grandes voces de la música mexicana, Alejandro Fernández. Y lo hacía en una noche especial e irrepetible hasta el próximo siglo. De fondo de escenario, la playa, el mar, y el eclipse lunar, que en ocasiones ocupaba el primer plano en las pantallas del escenario y que durante todo el concierto se repartió el protagonismo con las baladas, boleros, las rancheras y mariachis. Un auténtico espectáculo difícil de olvidar para los asistentes que desde horas antes en muchos casos esperaban en el recinto.
Rafael Amargo y Esther Arroyo se encontraban entre el público, al igual que Melody
Si hay algo que caracteriza a este festival boutique que cada año va a más es el enclave privilegiado, a pie de playa y en la ladera del Castillo Sohail. En una noche en la que la brisa del mar refrescaba el ambiente, Alejandro Fernández llenó el espacio de calor con su música y su voz.
‘Rompiendo Fronteras’ es el título de su último álbum y de su gira, y el artista rompió enseguida las fronteras con un público que tenía ‘ganas de él’ y de entregarse a sus canciones. Comenzó suave, poco a poco, conquistando con “Lo correcto” y fue in crescendo acercándose a temas más de siempre de su discografía. Esos que le han valido que el público al completo sea capaz de corear sus canciones y los grandes éxitos que ha versionado dándole ese toque particular de su voz. El punto de inflexión lo puso con ‘Hoy tengo ganas de ti’ que interpretó junto al que dijo es uno de los mejores trompetistas de México y con un auditorio en pie.
Vestido con un traje de chaqueta azul, impecable, elegante en sus movimientos y palabras, declaró que iba a hacer todo lo posible porque fuese una “noche maravillosa y mágica” y así lo hizo, aunque no apta para los que estén afrontando una ruptura o desamor con temas como “Se nos murió el amor”, “Quiero que vuelvas”, “Sé que te duele” o “Tienes que entender…”.
Con “Te voy a perder” la luna empezaba a asomar su brillo y a ganarle a la oscuridad. Canciones que sin llegar al final provocaban la ovación y los aplausos del público. Sereno y dedicando a las mujeres “una canción que dicen que van a prohibir. Pero a ellas sólo hay que asfixiarlas a besos y a amor”. Con “Mátalas” y su sobredosis de ternura había entrado ya en la segunda parte del concierto. No sin antes dejar por un momento el protagonismo del escenario a sus mariachis mientras en las pantallas se podían ver imágenes de maravillosos caballos corriendo en libertad, por algo a Fernández le llaman ‘El Potrillo’.
Los mariachis sobre el escenario, él vestido de charro, banderas de México entre el público y sobre el escenario ondeando en un pequeño mástil una de Andalucía que dos temas más tarde se convirtió en una bandera de España en sus manos… Y algo tienen los mariachis y la música tradicional mexicana que el público se incendió.
Y mientras la luna recuperaba su sitio y su esplendor se acercaba el final de un concierto, que Alejandro Fernández quiso despedir en los bises con un homenaje a Juan Gabriel y con un “Que Dios los bendiga” ya con la luna llena sobre el escenario y Fernández devolviéndole el protagonismo.
Y aunque con “Rompiendo Fronteras”, su decimoquinto álbum, haya obtenido una nominación al Grammy Latino como mejor álbum pop contemporáneo, el concierto fue un compendio de temas que resumen a la perfección sus 25 años en el mundo de la música y una auténtica gozada para el público que se dio cita en el recinto fuengiroleño.
Redacción: Ana Porras Fotografía: Lorenzo Carnero