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La Coracha, 40 años dando vida a nuestras tradiciones

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La Coracha, 40 años dando vida a nuestras tradiciones

 

La Coracha, Asociación Pro-tradiciones Malagueñas. Detrás de ese nombre, una historia de trabajo constante por parte de mujeres y hombres que durante más de 40 años han querido desempolvar nuestras tradiciones para que no se pierdan con el paso del tiempo y con los nuevos tiempos.

La globalización, el flujo de información constante en el que vivimos, la celeridad que se impone y los nuevos intereses de los jóvenes han conseguido sin proponérselo que las tradiciones más arraigadas en el pueblo hayan ido desapareciendo. Rituales de antaño, muchos de ellos relacionados con acontecimientos religiosos, como vestirse de mantilla en fiestas señaladas, lucir el mantón de Manila, decorar los patios de flores por la Cruz de Mayo o mandar una tarjeta felicitando la Navidad a amigos y conocidos, han quedado guardados en un baúl de los recuerdos, al igual que la solemnidad y el boato de tiempos pasados en estas celebraciones.

Pero este grupo de personas, que por la media de edad podríamos llamar mayores, no se rinde. Desprenden más energías que muchos jóvenes, y tienen aún más ilusión y ganas de hacer cosas.

 

Con el ejemplo buscan implicar a todos los malagueños y que nuestras señas de identidad no queden relegadas al olvido o a las fotos antiguas de nuestros antepasados que cuelgan de la pared de la casa de la abuela.

La historia de ‘La Coracha’ como asociación se remonta a 1976, cuando María Luisa Ruy-Díaz, Hija Adoptiva de Málaga, recogió el testigo de su marido Pepe Mena, y fundó la entidad. Lo hizo implicando a su círculo más cercano, rodeándose de personas que le ayudasen a dar viabilidad a nuestras costumbres y a las tradiciones que durante siglos fueron seña de identidad de la ciudad donde nació Picasso.

Tras sus comienzos en la Peña Juan Breva, y después de pasar por varias sedes, ´La Coracha´ se encuentra situada en el barrio del que toma el nombre, uno de los barrios más antiguos de Málaga, situado al sur de la vieja Alcazaba, que poco o nada guarda de su arquitectura original.

 

Allí, en su sede, se reúnen cada primer viernes de mes, y cada vez que se les brinda organizan alguna actividad cultural. 70 personas conforman actualmente una asociación que con el paso del tiempo suman éxitos pero también años, por lo que a su empeño han añadido conseguir que los jóvenes se impliquen y vayan poco a poco tomando el testigo.

Actividad en La Coracha

La mayoría de sus miembros está jubilado, pero siguen siendo activos, muy activos. Forman parte de esa generación en la que se fomentaba el trabajo y el esfuerzo, forman parte de aquellos jóvenes que nacieron en una post guerra y crecieron siendo felices sin exigir tanto. Por eso no se rinden. Por eso disfrutan enormemente con cada cosa, con cada instante, con cada pequeño triunfo.

En estos años de vida de La Coracha han recuperado multitud de tradiciones mediante actos organizados para darles relevancia, y aunque sólo son 70 socios, con ellos, con su ilusión, han arrastrado a multitud de personas que se han sumado a sus celebraciones. Entre ellos la Exaltación de la Mantilla, la Exaltación del Mantón, el Certamen de Cruces de Mayo, el Certamen de Belenes, el Concurso de Pintura, la Donación de Canastillas o la Ofrenda Floral Virgen de la Victoria.

Maribel Antúnez, Mari Luz Aguilar-Galindo, Antonio Rojas, Mª Ángeles González y Mari Carmen Baeza

Es en este último acto, coincidiendo con la festividad de la Virgen de la Victoria, cuando conseguimos reunir a casi la totalidad de la Junta Directiva, presidida por Maribel Antúnez. Y digo casi, porque falta el Secretario, Antonio Mateo, que se encuentra fuera de la ciudad.

Son las 2 de la tarde de un día de la Victoria en Málaga. El Pimpi parece calle Carretería un Lunes Santo. Cientos de turistas que cámara o móvil en mano se paran a fotografiar a un nutrido grupo de señoras que ataviadas con la mantilla toman el aperitivo antes de subir al Palomar a almorzar.

“Hijo, repite esa foto, que me has pillado bebiendo”, le dice una de ellas que charla en grupo a la entrada de El Pimpi y que descubre que están siendo inmortalizadas. El fotógrafo, un señor mayor con acento castellano le responde: “Pues hasta bebiendo estás guapa”. Alta, espigada, elegante, con mantilla blanca y un refresco en la mano, coqueta ella se sonríe: “Muchas gracias, pero repítela”.

Hay quien se atreve y las invita a posar. Turistas en chanclas y bermudas se suman a la foto que a saber en qué países y redes sociales acabarán. Y sí, las mantillas, las señoras elegantemente vestidas en el día de su Patrona, también son Málaga, al igual que el sol y las playas.

 

Llevan despiertas desde “las claras del día”. Muchas de ellas se han dado cita a las 9:30 de la mañana en el Café Central. Allí los mantilleros se han encargado de colocarles correctamente la peina y la mantilla. Porque es un arte, y no, no se pone de cualquier manera, ni la pone cualquiera.

A las 12 han participado en el recorrido partiendo de la Plaza de la Constitución hasta la Catedral, donde tras atender a la Santa Misa han hecho su Ofrenda Floral. Todos coinciden en el realce que La Coracha ha dado a esta fiesta en los últimos años, convirtiendo el recorrido en un espectáculo lleno de colores, elegancia y belleza.

Tras el recorrido toca reponer fuerzas y un momento de diversión y convivencia. El Pimpi, fiel colaborador de La Coracha, los acoge.

María Isabel Antúnez desde hace 22 años es socia de La Coracha, y desde hace 4, su presidenta.

¿Cómo entraste a La Coracha y por qué?

Porque mi marido es muy malagueño y una gran amante de la historia de Málaga. Por ese motivo nos hicimos socios de La Coracha. Me enamoró María Luisa, la fundadora y me enamoró porque era una señora maravillosa, que luchaba por las tradiciones de Málaga como nadie. Ella no era malagueña, era extremeña, pero se casó con un malagueño, y también se enamoró de Málaga. Su marido fue concejal del Ayuntamiento de Málaga, y ella, que aquel momento una mujer ni salía sola a la calle, fundó la asociación. Ella fue la que me enseñó a querer a La Coracha.

¿Quién y cuándo te proponen que seas la presidenta?

Cuando ella murió pusieron de presidente a Pedro Vicario, que hasta entonces había sido el vicepresidente. Y Pedro me nombra a mí vicepresidenta. Cuando se plantea el relevo de Pedro yo no quería seguir teniendo un cargo en la Junta Directiva. Pero la asamblea me eligió porque todos los socios que estaban en aquel momento llevaban menos tiempo, yo era la que llevaba más años y la que conocía mejor la asociación y su funcionamiento.

Entonces empecé a buscar personas que me echaran una mano, porque yo sola no lo podía hacer todo. Impliqué a algunas amigas y desde entonces estamos trabajando porque esto cada vez sea un movimiento más fuerte.

¿Qué actos habéis recuperado desde que eres la presidenta?

Hemos recuperado los mantones de Manila, este año hemos ido con treinta coches de caballo hasta el Corralón de Santa Sofía donde hemos celebrado el pregón de Exaltación del Mantón de Manila. Eso surgió porque estando un día en el ayuntamiento, los de los corralones decían que nadie les hacía caso. Y yo me comprometí que desde La Coracha les íbamos a echar una mano. Así surgió y es un acto que ha ido cada año ganado protagonismo y relevancia. Se ha convertido en una maravilla.

Maribel, presidir una asociación con mujeres tan activas debe ser complicado para coordinarse…

Tenemos todas muchas ganas de hacer cosas por Málaga, es eso lo que nos mueve, esa es nuestra misión. Ya mucha gente nos reconoce y participa en nuestras actividades. Tenemos una casa que nos la ha cedido el ayuntamiento, que es una preciosidad.

Allí se hacen talleres de bailes, manualidades y pintura, además de conferencias y actividades culturales.

Ahora mismo sois unas setenta personas más o menos, supongo que la idea es ampliar, que cada vez haya más personas que formen parte de La Coracha…

El problema es que el espacio se nos ha quedado pequeño, cuando hacemos reuniones y actividades no se cabe. Los socios siempre traen a sus amigos.

 

¿Qué tradición crees que os queda por recuperar? Algo que te gustaría que se volviera a hacer.

Bueno, se están haciendo muchas cosas nuevas, y más que se van a hacer, tenemos un proyecto relacionado con los toros, pero todavía no lo puedo contar porque no depende directamente de nosotros.

Isabel López Mayorga es vicepresidenta de La Coracha, desde hace 5 años pertenece a la Junta Directiva y forma parte de la asociación desde hace más de 20 años. A diferencia de sus compañeras no luce la mantilla, va vestida de marenga. Algo más malagueño si cabe.  

¿Porqué te implicaste con este proyecto?

Me parece una idea fenomenal el luchar por las tradiciones de Málaga. Conocer nuestras raíces es querer más a la tierra, y además desde esta plataforma que es La Coracha.

¿Qué es lo más complicado a la hora de organizar los eventos que hacéis?

Por ejemplo, el de hoy requiere de mucha colaboración, de contactar con muchísimas personas, implicarlas y que se pongan la mantilla con el calor que hace. Pero es un evento tan bonito, y además dedicado a la Patrona, que se hace con mucho gusto.

Isabel, has preferido no vestirte de mantilla: Cuéntanos por qué llevas este atuendo.

Tengo la suerte de dirigir a cinco coros de Málaga. Son tradicionales malagueños y todos los años se unen en un gran coro bajo el nombre “Son de Málaga” que participa en este acto. Hemos interpretado cinco malagueñas dedicadas a la Virgen de la Victoria y las han bailado varias academias de baile. Por ese motivo voy vestida de Marenga, porque soy la directora de los coros y claro, tengo que ir a como van los demás integrantes.

De todas las tradiciones que estáis recuperando, ¿de cuál te sientes más orgullosa?

Pues hay muchas, estamos recuperando bastantes. Por ejemplo, las tarjetas navideñas ha sido lo último que hemos recuperado. Es importante que también haya una apertura a los colegios. A los niños tenemos que transmitirles nuestras tradiciones, son el futuro. Hemos querido recuperar las tarjetas navideñas de felicitación, para que no sea solamente un mensaje de móvil, sino que también la gente se pare un poquito y le den valor a lo que es mandar una tarjeta de Navidad. Es una actividad preciosa.

El Pimpi está en pleno momento álgido. No para de entrar gente. Entre los turistas, de acá para allá se mueve Mari Carmen Baeza mientras sus compañeros degustan un aperitivo. No para quieta ni un momento intentando saludar y atender a todo el mundo. Es una de las responsables de protocolo y de implicar cada vez a más personas en la causa de La Coracha. He perdido la cuenta de las veces que me ha insistido en que me ponga la mantilla. Algún día le diré que sí sólo por ser tan insistente y constante…

Mari Carmen, al igual que os estoy preguntando a todas, ¿por qué entraste en La Coracha?

Toda mi vida he ejercido de maestra y mi marido es arquitecto. Mi vida social ha estado siempre relacionada con los círculos de mi marido, con la arquitectura y con su trabajo. No parábamos. Cuando me jubilé me invitaron a la asociación y la encontré maravillosa y dije: «Aquí podemos hacer muchísimas cosas y a mí me va esto«. Me he metido de lleno y estoy totalmente entregada, a ver si lo levantamos todo lo que podamos.

Eres una de las fuerzas vivas de la asociación, siempre estás intentado que los actos que organizáis tengan mucha repercusión…

Sí, que vaya mucha gente, que no sea sólo una cosa para nosotros y que además cada año vaya a más. Este año hemos conseguido que en la ofrenda floral a la Virgen se integren muchísimos colegios profesionales. Por ejemplo, hemos conseguido que el Colegio de Abogados y el Colegio de Farmacéuticos participen y  tenemos que terminar haciendo lo que hacen los valencianos y los mañicos, que vengan todos los malagueños.

Carmen, me consta por las veces que me has pedido que me vista de mantilla y que anime a mis amigas, que tienes un empeño muy especial en que la gente más joven se sume a La Coracha…

Esto lleva cuarenta años funcionando y  todos los que hemos entrado en la junta somos mayores. La idea que tenemos es que entre aire nuevo, gente joven para que esto no se olvide y que continúe.

 

Y cómo quién no quiere la cosa, pasa alguien con quien tiene que hablar y se va detrás a seguir organizando. Me sorprenden siempre de ella su energía y vitalidad. 

María Ángeles González me dice que en La Coracha van todos a una, que todos son encargados de todo porque hay que levantarlo, y para eso hacen falta muchas manos. 

¿Por qué te implicaste con la asociación?

A mí me gustan mucho las tradiciones malagueñas. Hay que darles un empuje, porque se  están perdiendo. Conocía La Coracha desde siempre porque conocía a la anterior presidenta, a María Luisa, pero soy presidenta de una asociación de mujeres en Málaga, ‘Los geranios malagueños’, y tampoco me puedo dedicar de lleno a esto. Aún así me he metido y ya nos tocará salir cuando nos llegue la hora.

De todos los eventos que organizáis a lo largo del año, a ti ¿cuál es lo que más te gusta?

A mí me gusta la Exaltación de la Mantilla. El mantón me gusta también, pero la mantilla me encanta.

Acto de Exaltación de la Mantilla 2017

¿Cómo crees qué os ve desde afuera la sociedad malagueña?

Pues ya se van acostumbrando, antes nos veían como los raros, pero ya no. Un día de la Virgen de la Victoria ya sale Málaga a la calle por la mañana, antes no salía.

La modernidad y la tradición son compatibles, ¿verdad?.

Claro, la peineta que yo llevo tiene doscientos años. Ya se la ponía mi bisabuela, se la ha puesto mi madre, se la han puesto mis tías, y ahora me la estoy poniendo yo.

Tienes una hija. ¿Ella qué dice de esto?

Mi hija tiene 40 años, y ella a mí me ve muy guapa con la mantilla pero a ella, como niña moderna, no le gusta esto. Cuando yo me muera, es posible que le guste, como me ha pasado a mí con mi madre.

¿Empezaste a interesarte cuándo eras más mayor?

No, a mí siempre me han gustado mucho las tradiciones, pero ponerme mantilla y todo esto no, hasta ahora. Ahora que ya estoy en la recta final me gusta.

¿Recta final? Me gustaría que la vieseis moverse por el local. La que tampoco para es la última incorporación a la junta directiva, la periodista Mari Luz Aguilar-Galindo. Se ha incorporado recientemente con el cargo de responsable de prensa. Saben de la importancia que tiene que sus actos queden reflejados en los medios de comunicación y la importancia de la difusión que estos hacen. 

¿Qué te aporta a ti la Coracha? Porque tú no eres malagueña.

De alguna forma sí. Yo empecé profesionalmente aquí, mis primeros comienzos fueron en la histórica Radio Juventud de Málaga, donde empezaron Diego Gómez y Mari Tere Campos, pero yo era mucho más jovencita. Mi hija nació aquí, mi hija sí es malagueña, mi madre es malagueña, mi padre sevillano, y yo sevillana, es decir, estoy repartida entre las dos ciudades. Pero tengo tantas raíces aquí como si fuera de Málaga, es más, tengo más raíces aquí que en Sevilla de donde soy.

¿Y por qué te metes en este lío?

Mis últimos años profesionales estuve en Televisión Española, en el Telediario. Por una serie de circunstancias me pre-jubilé y me vine Málaga. La Coracha me ofreció dar el Pregón de la Exaltación de la Mantilla en la trigésimo octava edición. Aquello me permitió reconectar otra vez con ellos, y desde entonces no hemos perdido el contacto. Me parece que están haciendo una labor encomiable, maravillosa, la de de mantener, salvaguardar y difundir tradiciones muy bonitas. Así que me ofrecí a ayudarles y desde hace unos meses ya de manera oficial incorporándome a la junta.

Comentaba que tenéis muchas ganas de hacer partícipe a toda la ciudadanía, para eso tú como encargada de los medios eres clave, ¿cómo reaccionan los medios de comunicación ante vuestras informaciones?

Yo pienso que los medios de comunicación son conscientes de la labor qué se está realizando y nos apoyan. Todos los medios impresos, los no impresos, los audiovisuales… Tenemos bastante apoyo. Pero  me he acercado a este cargo con una ilusión y un objetivo, y es que haya más gente joven que se incorpore. Que en un acontecimiento como el de hoy, que ha sido un espectáculo de alegría y de belleza por las calles de Málaga, haya cada año mas gente joven, en ese sentido estamos trabajando, y yo creo que se va a conseguir, de hecho se está consiguiendo.

 

Antonia Alcázar y Antonio Rojas son matrimonio, miembros de la junta directiva de La Coracha y residentes en Málaga. Algo así hubiesen dicho de ellos si participado en el ‘Un, Dos, Tres’. Antonio es además de los pocos hombres de la asociación. El matrimonio antes de llegar a La Coracha hace 3 años, estuvieron durante mucho tiempo implicados con la Cofradía de Gitanos, de hecho Antonia sigue siendo Camarera de María Santísima de la O.  

Eres también una de las que se encarga del protocolo, ¿Cómo lo llevas?

Nos gustaría que fuese todavía mejor, pero es muy difícil, porque son muchas mujeres, todas quieren ponerse en la foto, todas están tan ilusionadas que quieren estar la primera… Lo estamos haciendo creo que bastante bien, pero siempre tenemos que mejorar…

Las Cofradías también forman parte de nuestras tradiciones, y sigues siendo Camarera de María de la O….

He estado cuarenta años de Camarera, mi marido ha sido Teniente Hermano Mayor de Gitanos también. Pero ya llevábamos mucho años, así que nos hemos venido a echar una manita aquí a La Coracha.

¿Quién tiró de vosotros?

Yo es que estoy en un coro de Isabel López Mayorga, el del colegio Gamarra. Isabel estaba muy apegada a La Coracha y nos traía a cantar. Entonces, Maribel, la actual presidenta nos invitó a entrar.

¿Por qué no te has vestido hoy de mantilla?

Pues mira, no me he vestido de mantilla, porque he tenido que estar todo el rato en la entrada de la Catedral recibiendo a todo el mundo. Las previsiones del tiempo daban mucho sol, y yo estoy desde las nueve en la Catedral. Para el acto del Cervantes siempre me visto, pero hoy hacía demasiado calor.

¿Cómo se portan las instituciones con vosotros?

Muy, muy bien. Nosotros tenemos en el ayuntamiento a Gema del Corral, a Paco Cantos, a Teresa Porras, que todo lo que le pedimos enseguida nos ayudan. Estamos muy contentos. No tenemos queja en absoluto de ellos. Siempre que los llamamos en seguida están, siempre.

¿Cuál es el acto más difícil de organizar a nivel protocolo?

La Exaltación de la Mantilla en el Cervantes, porque son muchas entradas las que hay que vender. Es un acto en el que podemos llevar allí a ochocientas personas, más o menos, y es un poquito trabajoso, pero se hace muy contentos.

Tenéis dos hijas, ¿habéis conseguido implicarlas?

Mis niñas se visten de mantilla y he conseguido que mi nieta que tiene diecisiete años también se vista, que se vaya acostumbrando a las tradiciones de Málaga. A ella le encanta y ha tirado a su vez de una compañera de colegio.

 

Suele pasar que en todas las asociaciones sin ánimo de lucro y sin ningún fin comercial somos nosotras, las mujeres, las que más nos implicamos. Quizás tenemos más desarrollada esa responsabilidad social. En esta, en La Coracha, hay dos Antonios; el Secretario, que se encuentra fuera de la ciudad, y el Tesorero, Antonio Rojas, que aunque se pone muy serio para foto destaca por su continúa sonrisa y su derrochar alegría con sus compañeras. Los socios pagan una mensualidad de 12 euros para sufragar los gastos y poder llevar a cabo las actividades. 

“Hombre, Antonio, que vas a salir en el reportaje con todas las mujeres…”, le dice una de ellas cuando lo aparto el barullo para hacerle la entrevista. 

¿Cómo te han metido en La Coracha? 

Una pregunta muy interesante. Pues sencillamente mi mujer estaba como socia y van tirando hasta que te meten en este lío.

¿A qué te dedicabas profesionalmente?

He trabajado en investigación durante 53 años.

¿Por qué te dan el cargo de tesorero?

Querían que fuese presidente, pero es que a mí no me gustan los cargos, y como hacía falta alguien que llevase la tesorería y la administración, pues ahí estamos.

¿Y cómo es bregar con tantas mujeres? Sé sincero.

Es difícil, muy complicado… (Se ríe a carcajadas) En mi vida me he visto rodeado de tantas mujeres, pero encantado.

Son todas muy activas, no paran de querer hacer cosas, y eso cuesta dinero, ¿las tienes que frenar a veces un poquito?

Bueno, como siempre ellas piden, las mujeres siempre piden, pero también llevan razón y son las que mandan, y ya está.

Vaya, que al final se salen con la suya…

Me piden cosas que tienen sentido y, ¿por qué no?… Nosotros somos muy democráticos en La Coracha, todo se hace a través de la junta que tiene que aprobarlo, y todo el mundo conforme.

¿Cuál es el evento que más quebraderos de cabeza te da económicamente? 

La Exaltación de la Mantilla. Economizando muchísimo puede costar alrededor de los 6mil a los 7mil euros. Intentamos hacer números y este año se han cobrado oficialmente las entradas al Cervantes, oficialmente digo porque también hemos contribuido a pagar su correspondiente IVA. Con la venta de entradas y algunas ayudas más lo hemos podido costear.

Tengo que decir que tenemos unos maravillosos patrocinadores, entre ellos Pepe Cobos de El Pimpi, Copicentro, La Canasta o Mayoral. Les estamos muy agradecidos.

Es verdad que son todo actividades en las que las mujeres tienen mucho protagonismo: Que si el mantón, que si la mantilla… ¿Y los hombres?

Bueno, los hombres es que aquí no contamos. (Se ríe)  Aquí lo único que nos han puesto es una chaqueta, que hemos pasado un calor horroroso y ya está.

Somos muy pocos hombres dentro de la Coracha pero todos nos llevamos muy bien y vamos sacando las cosas poco a poco.

Disfrutan como niños cuando están todos juntos, les une una ilusión que les trasciende, mantener nuestras tradiciones. Todos ellos son personas que han llevado una vida muy activa y que la siguen llevando. Los años les han demostrado que nadie regala nada, pero con esfuerzo, tesón, constancia y poniendo mucho cariño en lo que se hace se consiguen resultados. Y eso es lo que hacen cada día para que La Coracha tenga el protagonismo que se merece dentro de la sociedad malagueña. 

Fotografía: Lorenzo Carnero

Ana Porras Guerrero

Directora en Yo soy Mujer

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Transcripción de audio a texto realizada por Atexto.com.

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