Aún es pronto para hablar de Navidad, pero en el taller andamos como niños con zapatos nuevos. Y es que, tras la presentación en septiembre de nuestra colección de alta costura para 2017, Morgana, volvemos a estar de estreno, con el lanzamiento hace apenas unos días de la primera línea de gafas Jesús Segado.
No me digan que no es para estar ilusionados. Doblemente además, pues no es fácil sacar adelante una colección que cuente con el beneplácito de la crítica, los medios y, lo más importante, del público. Y Morgana está recabando grandes éxitos tanto dentro como fuera de Málaga.
Una proyección que viene a recoger el testigo de las más de 2.000 horas de trabajo que hemos dedicado al tratamiento de los tejidos, la ejecución de los patrones y el enriquecimiento de los diseños a través de bordados, incrustaciones y aplicaciones en nuestra concepción artesanal de la moda.
También responde a la innovación, al apostar por la introducción de nuevas técnicas como el ‘patchwork’ para conjugar varios tejidos a modo de mosaico, al tiempo que hemos recuperado el punto y el croché como herramientas para dotar a las piezas de un carácter único.
Y ahora, tras un año completo de dedicación, podemos echar la vista atrás y disfrutar del esfuerzo realizado. Es lo que toca, lo cual nos reconforta enormemente tras la puesta de largo de la costura malagueña en una triunfal edición de la Pasarela Larios.
Pero es que además, como guinda del pastel, este año contamos con un aliciente que nos llega en forma de monturas y que nos mantiene con una sonrisa ilusionada como el complemento perfecto de este otoño: nuestra primera colección de gafas.
Son quince modelos de graduado en pasta y metal y de diversos colores y estilos, unisex en su mayoría, que pueden encontrarse en las 177 ópticas que MIOPTICO tiene repartidas por el país, cinco de las cuales están en nuestra provincia.
Es por eso que en estos días de felicitaciones y reconocimientos es cuando intento parar un momento a respirar y mirar las cosas con perspectiva, para hacer balance y ver hacia dónde quiero dirigir mi carrera.
Entonces me vienen a la cabeza todos los años de trabajo, más de veinte ya, diseñando y cosiendo: desde mis inicios en Piedroche y Blanco y Negro, hasta el comienzo de mi andadura particular en Carrera de Capuchinos y nuestro reciente traslado a calle Santa Lucía, donde actualmente se encuentra ubicado el taller.
Y ahora que toca brindar no quisiera hacerlo solo por la suerte, sino más bien por la tenacidad y el esfuerzo que mueve a muchas personas para alcanzar sus metas e ir dibujando su camino con perseverancia y grandes dosis de profesionalidad. Una fórmula que es certera pero no inmediata, ni apta para impacientes ni buscadores de fama efímera, con la cual yo me identifico.
|