Mientras en España siempre se ha celebrado el día de Todos los Santos con marcada tradición Católica, los más jóvenes se decantan por la celebración de Halloween. La cita cuenta casi con el mismo número de seguidores como detractores. Pero es innegable que se ha convertido en una tradición que hemos hecho nuestra. Muestra de ello es que las calles se llenaron de seres, brujas y monstruos.
Las catrinas mexicanas se han convertido en algunos de los disfraces estrella de una noche, en la que aunque el objetivo es estar terroríficamente feo, confieren cierto glamour.
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El maquillaje es otra parte fundamental.
Una fiesta que parece que ha llegado para quedarse.
Fotografía: Lorenzo Carnero
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