El Museo Carmen Thyssen ha puesto en marcha su VII Ciclo de conferencias con tres charlas bajo el título “Disonancias en torno a 1900: Sorolla, Zuloaga y Solana”. Estos tres artistas serán los protagonistas de las conferencias que tendrán lugar entre el 13 de febrero y el 2 de abril, todas a partir de las 18.00 horas. En esta serie de coloquios se explorarán los universos contrapuestos que podemos observar a través de la mirada de estos tres artistas, cuya producción revela la crisis en la representación figurativa en los años finales del siglo XIX.
Estos artistas están presentes en la Colección Carmen Thyssen con obras muy destacadas, todos ellos personifican las diversas corrientes estéticas modernizadoras que confluyeron en el rico panorama creativo del cambio de siglo. El acceso a todas las conferencias será libre. La reserva de cada charla podrá realizarse el jueves anterior a la misma a partir de las 10.00 horas en la web del museo.
Las fechas de las conferencias y los temas a tratar son los siguientes:
13 de febrero: Sorolla, la impresión y la luz
Presente en la Colección del Museo con varias obras de diferentes momentos creativos, en todas ellas muestra una predilección por la naturaleza y las escenas al aire libre, con una técnica de pincelada suelta y ágil. En la obra Sorolla predomina, sobre todo, un gusto por la espontaneidad y por la irradiación de la luz sobre la materia.
12 de marzo: Zuloaga, el paisaje y la decadencia
Considerado en su tiempo como el antagonista de Sorolla, ambos comparten aspectos que merecen ser analizados. Zuloaga muestra en sus cuadros las austeras tierras castellanas como escenarios de figuras monumentales, ataviadas de forma típica, constituyendo una revisión del costumbrismo. En su producción se advierte la herencia de la pintura española, en especial de Goya, junto a una cierta nostalgia propia de la Generación del 98.
2 de abril: Solana, el desasosiego y la rabia
Escritor, grabador y pintor, y el más joven de los tres, Solana es el creador de una estética muy singular, en la que persevera pese a no encajar en un entorno que se abre tímidamente a la renovación plástica. En sus cuadros predomina una gama cromática oscura, un dibujo de trazo grueso con un amplio contorno negro delimitando las formas y unas figuras vigorosas en ambientes grotescos, sórdidos o inquietantes.