La Cala del Moral vuelve a mirar al mar. Desde el pasado 7 de junio, la Sala Mare Nostrum acoge “Los colores del mar”, la nueva propuesta plástica de Manu Garrido, navegante y artista que convierte cada lienzo en un horizonte cromático. La inauguración, presidida por el alcalde de Rincón de la Victoria, Francisco Salado, y la concejala de Cultura, Paz Couto, reunió a más de un centenar de asistentes. Música y poesía —con la voz del tenor Francisco Arbós y versos dedicados al litoral— completaron una velada que celebró la creatividad y la memoria del Mediterráneo.
El mar, hilo conductor de una vida
Manu Garrido se subió por primera vez a un velero antes de cumplir los nueve años. También por entonces comenzó a pintar en la escuela El Palomar, antiguo taller donde impartía clases José Ruiz Blasco, padre de Picasso. La navegación terminó imponiéndose durante décadas, pero en 2018 la pintura volvió “como una marejada inesperada”. Desde entonces, el artista persigue con pinceles, escultura y fotografía la misma obsesión: capturar la luz cambiante del agua y la sensación de libertad que late en cada travesía.
Una propuesta sensorial
En la muestra encontramos óleos de gran formato, fotografías en clave geométrica y piezas escultóricas que juegan con el reflejo de la sala. Además, cada obra comparte una paleta luminosa que remite a amaneceres y ocasos sobre la costa malagueña. Así, el visitante salta de un soporte a otro sin perder nunca la referencia del mar. “A través del ojo de buey contemplo las bellas fotografías de Manu Garrido… Mis ojos curiosos miran fascinados los colores y figuras que dibujan las olas.”— José Antonio Garriga Vela, escritor y amigo del artista
El testimonio resume la experiencia que propone Garrido: abrir una ventana a recuerdos comunes y, al mismo tiempo, íntimos.
Visita práctica
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Lugar: Sala Mare Nostrum, La Cala del Moral (Rincón de la Victoria)
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Fechas: hasta el 6 de julio de 2025
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Horario: martes a sábado, 10.00-14.00 h y 17.00-21.00 h (entrada libre) –consultar posibles cambios en festivos
Quienes se acerquen encontrarán, además, un catálogo de edición limitada con imágenes de la serie y textos críticos que contextualizan el trabajo del artista.
Mirada abierta
Garrido confiesa que el mar nunca se deja atrapar del todo y que esa “insatisfacción feliz” le impulsa a seguir explorando. Su “estela de colores” se convierte así en metáfora de nuestro propio afán de descubrir mundos nuevos. Visitar la exposición es, por tanto, una invitación a dejarse llevar, a navegar sin mapa y a reconocer, en cada trazo, un reflejo de nuestra propia experiencia.
Fotografías: Lorenzo Carnero