A pesar de su juventud, la soprano malagueña Berna Perles atesora varios galardones que distinguen una trayectoria profesional que inició con tan solo 18 años. El último fue el que le otorgó el pasado mes de diciembre el Ayuntamiento de Málaga a la «Mejor labor musical del año”, un reconocimiento que recibió de manos del alcalde, Francisco de la Torre, tras el Concierto de Navidad que ofreció la Orquesta Filarmónica de Málaga junto a la Coral Carmina Nova en el Teatro Cervantes.
Y es que la carrera musical de Berna Perles ha ido creciendo paso a paso, poco a poco pero siempre de forma ascendente. Obtuvo el Título Superior de Canto en el Conservatorio Superior de Música de Málaga con Matrícula de Honor y Premio Extraordinario Fin de Carrera, cursó un postgrado en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma y completó su formación en el Opera Studio «Santa Cecilia”, de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia. Posteriormente amplió sus estudios en Viena, con la mezzosoprano Glenys Linos, discípula de Elvira Hidalgo, una formación que compaginó con clases magistrales de Renata Scotto, Mirella Freni, Mariella Devia, Teresa Berganza, Monserrat Caballé, Isabel Rey y Carlos Álvarez.
Cercana y positiva, en esta entrevista Berna Perles nos cuenta cómo fueron sus inicios en el mundo artístico, hace balance de un año 2016 excelente a nivel profesional y personal y nos adelanta algunos de sus proyectos para este año que encara con mucho optimismo al sentirse privilegiada por tener trabajo en su profesión.
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¿Qué ha supuesto para ti el premio a la «Mejor labor musical del año 2016” del Ayuntamiento de Málaga?
Es una cosa muy positiva que te reconozcan por tu trabajo, pero sobre todo el sentirse profeta en la tierra de uno. Es una sensación muy dulce y el hecho de que pueda trabajar en mi ciudad, se me valore y se me reconozca aquí, pues la verdad que para mí es muy importante. Es un privilegio, absolutamente un privilegio, que no todo el mundo tiene. Además el premio viene como colofón a un año de trabajo muy intenso, en el que se han sucedido un montón de cosas ya que he ganado varios concursos y he tenido oportunidades laborales muy buenas. El colofón a un año que ha sido muy bueno profesionalmente.
Berna, ¿cuándo decides emprender tu carrera musical?
No recuerdo haber tomado una decisión como tal. A los siete años empecé a estudiar piano y después dejé el piano y empecé a estudiar canto en el Conservatorio. Una cosa me ha ido llevando a otra. Poco a poco, pues te vas encontrando a personas que te dicen que vales, te van metiendo en el mundo lírico, haces cursos, vas a algún concurso y cuando te quieres dar cuenta pues te está yendo bien y ves que, lo que es tu pasión, un hobby que haces por gusto, se está convirtiendo en una salida profesional. Entonces, cuando eso empieza a tomar forma, ahí sí que uno toma la decisión de apostarlo todo. Pero aclaro, ha sido de una forma muy paulatina, muy poco a poco.
Y sin embargo, a tus 31 años tienes ya una dilatada trayectoria musical.
Empecé también jovencita a estudiar canto, con dieciocho años. He ido poco a poco, pero siempre avanzando, con compromisos mejores artísticamente. Siempre hacia arriba. No me puedo quejar porque llevo trabajando muchos años y a día de hoy yo vivo de la música. Eso sí que es un privilegio enorme.
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¿Y cómo se llega a ser soprano?
Ser soprano no es una cosa que se alcanza, es una cosa que nace contigo. Cada uno tenemos una voz, la mía es de soprano lírica. Cada persona tiene una tesitura de voz diferente, un color de voz diferente que te lo da la naturaleza, o Dios, o como lo quieras llamar. Eso viene con nosotros, nace con nosotros. Uno lo ejercita, lo perfecciona. Pero lo que tú eres no lo puedes cambiar, digámoslo así. Yo soy soprano lírica igual que otra persona es mezzo, otra persona es soprano ligera, otro un tenor lírico o un tenor dramático, cada uno según el tipo de voz que venga con su naturaleza.
Hablamos antes de tu trayectoria, ¿qué etapa recuerdas con más cariño de tu carrera?
Siempre digo que el mejor tiempo es el presente. Lo mejor que hay es lo que está ocurriendo ahora. Hay un refrán que dice: «Cualquier tiempo pasado fue mejor». Pues bueno, yo no lo creo así. Recuerdo con cariño cada uno de los pasos que he estado dando en mi carrera, desde que estudiaba hasta que empecé a cantar las primeras veces en escenarios. Pienso que lo mejor es lo que está ocurriendo en la actualidad y a eso me agarro, porque además en mi caso ha sido así. Como te comentaba antes, he tenido una carrera poquito a poco, siempre en sentido ascendente. Ahora mismo, por ejemplo, estoy viviendo un momento profesional fantástico y cariño le guardo a todos como la primera vez que interpreté un rol. Soy de la idea de que lo que tengo ahora es lo mejor que tengo.
«»Siempre digo que el mejor tiempo es el presente”
Por tu trabajo también has recorrido muchos escenarios, ¿con cuál te quedas?
Eso sí que es difícil… Es difícil quedarse con uno porque cada escenario tiene su energía y siempre se guardan momentos y recuerdos maravillosos de cada sitio en el que has cantado por compañeros con los que coincides, por el rol que interpretas. Es una pregunta que nunca me he planteado como tal. Hace cuatro o cinco años tuve una experiencia muy intensa cantando la condesa de «Las bodas de Fígaro” y todos los escenarios que hice con ese rol son especiales para mí porque descubrí muchas cosas nuevas en ese momento. Era una experiencia debutante en muchos sentidos y recuerdo que canté en muchos sitios en España y otros tantos en Francia, y, eso lo guardo con especial cariño.
Creo que has contestado un poco a la siguiente pregunta, ¿en qué papel te has sentido más cómoda?
Bueno, más cómoda a ver, este papel no… Precisamente por ser debutante quizás no es en el que más cómoda me sentí. Le guardo mucho cariño porque tenía unos compañeros fantásticos con lo que me lo pasé realmente bien. Un papel en el que me he sentido muy cómoda hasta el día de hoy es el último que he interpretado que ha sido‘ la Micaela’ de «Carmen” de Bizet. Es un papel lírico precioso en el que me siento muy bien cantándolo.
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También has recibido clases magistrales de verdaderos grandes de la ópera. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Pues sí, diría que es «must”, una cosa obligada para cualquier cantante que esté en período de formación porque se aprenden muchas cosas de los grandes. Además, esta es una profesión en la que cuanto más diversifiques tu formación mejor. Se aprenden muchas cosas tanto de lo que tienes que hacer, como de lo que no tienes que hacer, qué técnica te va bien, cuál no. Ir con los grandes, en este caso, es siempre una experiencia muy positiva. He tenido la suerte que he dado clases magistrales con muchos de ellos. Recuerdo especialmente, por ejemplo, la de Montserrat Caballé que nos enseñó a respirar a muchos de los que estábamos allí. Por aquel entonces yo era muy principiante y aquello me abrió un mundo de posibilidades en cuanto a la respiración que para nosotros es tan importante.
¿Algún consejo para alguien que se quiera dedicar a este mundo? ¿Consideras que en Málaga hay las suficientes oportunidades para estudiar y para formarse en este campo?
En Málaga está la infraestructura necesaria, que son los conservatorios, hay un conservatorio tanto medio, como superior de canto. Siendo honesta, si tú te quieres dedicar a esto profesionalmente tienes que buscarte la vida mucho más allá de Málaga. Tienes que salir fuera, tienes que buscar formación técnica vocal fuera, tienes que dar muchas vueltas. Málaga tiene la infraestructura básica pero si uno quiere dedicarse esto profesionalmente, no puedes solamente quedarte con la formación que Málaga ofrece, pero igual que no puedes quedarte con la formación musical que ofrece ninguna otra ciudad. El trabajo y la formación del músico es así, tienes que moverte y buscar por toda la geografía mundial a maestros y cursos de perfeccionamiento. Mi consejo para cualquiera que se quiera dedicar a esto es que no tengas plan B, es decir, que tengas plan A y punto, y que te aboques a ello con todas tus fuerzas, energías y capacidades.
«Mi consejo es que no tengas plan B, es decir, que tengas plan A y punto, y que te aboques a ello con todas tus fuerzas, energías y capacidades”
Dedicándole todo el esfuerzo y el trabajo que la profesión requiere. Que no te dejes amedrentar por lo difícil que «a priori” resulta este mundo, que lo es. Que no tengas miedo porque como casi todas las cosas en la vida, el miedo no sirve para mucho, te paraliza. Y aquí hay que ser valiente como para todo en la vida. La música es sanadora en todos los aspectos, que te agarres a ella como un compañero de viaje, para toda tu vida, que siempre va a estar ahí y siempre vas a encontrar consuelo y alegría en ella. No soy disuasoria como otras personas que dicen que es un mundo muy difícil, muy complicado, que hay mucha competencia. Sí, todo eso es verdad, pero al final, vida tenemos una y tenemos que luchar por lo que queremos hacer. Animo a todo el mundo a formarse y a estar preparado para cuando pase el tren, cogerlo y a ir por todas.
¿Echas mucho de menos Málaga cuándo estas fuera?
Echo de menos Málaga siempre porque es una de las mejores ciudades del mundo. Sin ningún tipo de duda. La calidad de vida que tengo cuando estoy aquí es insuperable. Podemos decir que a lo mejor culturalmente no hay tanta oferta como en otras ciudades, pero tenemos trescientos sesenta y cinco días casi de sol al año y una temperatura envidiable. Yo vivo además a cinco minutos andando de la playa, los paseos que puedo dar con mi hija por la playa son maravillosos. Aparte, por supuesto, de que está aquí mi familia y lo echaría de menos igualmente. Hay una cosa que no valoramos y es el hecho de poder salir a tomarte algo por un precio medianamente asequible, eso en Europa es imposible. Los precios son prohibitivos para poder ir a comer o cenar. Aun así, también te digo que disfruto mucho de conocer sitios nuevos, de vivir en lugares diferentes y de poder pasear por ciudades maravillosas. Pero sabiendo que tengo mi casa aquí a la que siempre puedo volver.
Y para acabar, ¿cómo se presenta 2017, Berna?
Pues mira, gracias a Dios tengo un 2017 lleno de trabajo y eso es una suerte. Dentro de poquito tengo un recital en el teatro Maestranza de Sevilla, en medio tengo audiciones, que los cantantes siempre estamos audicionando. Después, también tengo una ópera en la que hago la Fiordiligi del «Così Fan Tutte”, de Mozart en Granada y tengo diferentes compromisos a lo largo del año. Es una suerte, me siento muy privilegiada ya simplemente por tener trabajo en mi profesión y además, por poderlo compatibilizar con la crianza de mi hija, que también es una suerte hoy en día. O sea, que no me quejo en ningún aspecto. El 2017 se me presenta un año maravilloso o al menos así lo quiero ver yo porque siempre lo intento ver de la forma más optimista posible.
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