La historia reciente de España se puede leer en libros, escuchar en discursos o estudiar en archivos. Pero también se puede mirar. Eso es precisamente lo que propone la fotoperiodista Marisa Flórez con la exposición ‘Un tiempo para mirar (1970-2020)’, que se presenta en el nuevo MEET (Málaga Espacio Expositivo Tabacalera), en el edificio de Tabacalera de la avenida Sor Teresa Prat, 15.
La muestra reúne cerca de 200 fotografías que recorren cinco décadas de transformaciones políticas, sociales y culturales, desde los años finales del franquismo hasta la España democrática actual. A través de su objetivo, Flórez ha documentado momentos clave de la Transición y ha retratado a muchos de sus protagonistas, siempre con una mirada atenta a la dignidad de las personas y al contexto histórico que les rodeaba.
La exposición se inaugura este martes 18 de noviembre de 2025 y supone, además, una de las primeras grandes propuestas del nuevo espacio expositivo MEET, que amplía la oferta cultural de Málaga en el entorno de Tabacalera.
Un archivo visual de la España que despertaba
‘Un tiempo para mirar (1970-2020)’ invita al visitante a detenerse ante imágenes que han acompañado algunos de los hitos más significativos de la historia reciente. La selección se articula como un recorrido por la construcción de la España democrática y su nueva identidad cultural, política y social.
En las salas del MEET aparecen rostros muy reconocibles: Adolfo Suárez, Margaret Thatcher, Lola Flores o Julio Iglesias, entre otros personajes del mundo de la política, el arte, la cultura y el espectáculo. Las fotografías no se limitan al gesto oficial o al posado institucional. Muestran también momentos más íntimos, escenas alejadas del protocolo, en las que se intuye el carácter de los protagonistas.
La exposición recoge asimismo el inicio de la vida parlamentaria nacional, con imágenes de las primeras legislaturas democráticas y retratos de los distintos presidentes del Gobierno en contextos que escapan a la rigidez de la imagen oficial. El resultado es un relato visual que ayuda a comprender cómo se fue consolidando la democracia y cómo cambió el país en apenas unas décadas.
Manifestaciones, atentados y vidas cotidianas
Más allá de los grandes nombres, la muestra ofrece una mirada amplia sobre la sociedad española en un tiempo de tensiones y esperanzas. Las fotografías de Marisa Flórez documentan las primeras manifestaciones, las reivindicaciones en la calle, los atentados terroristas que marcaron a toda una generación o episodios como la intoxicación masiva por aceite de colza, que tuvo un profundo impacto social.
Junto a estos hechos, aparecen escenas de vida cotidiana e imágenes de espacios donde también se jugaba el relato de la época, como las cárceles. La exposición propone, así, una reflexión sobre cómo se vivieron en primera persona los cambios que hoy se estudian como historia.
El recorrido se completa con una galería de intelectuales y creadores que han contribuido a proyectar la cultura española dentro y fuera del país. Entre ellos, nombres como Pedro Almodóvar, Luis Buñuel, Pilar Miró o Annie Leibovitz. La cámara de Flórez se aproxima a ellos con la misma curiosidad con la que documenta los acontecimientos políticos, componiendo un mosaico de miradas que ayudan a entender la complejidad de estos años.
El día que el Guernica volvió a casa
Uno de los capítulos más destacados de la exposición está dedicado a un hito simbólico: la llegada del Guernica a España. Aquella operación, que convirtió una obra de arte en un gesto político de enorme calado, tuvo lugar el 10 de septiembre de 1981, pocos meses después del intento de golpe de Estado del 23-F.
La muestra incluye imágenes y el testimonio directo de Marisa Flórez, que estuvo allí para documentar un momento que hoy se considera clave en el cierre del proceso de Transición. Guernica, pintado por Picasso en 1937, abandonaba el MoMA de Nueva York, donde había permanecido durante décadas, para regresar a un país que estrenaba Constitución, elecciones democráticas y un nuevo marco de libertades.
Flórez recuerda la escena con detalle: el despliegue de seguridad, la expectación en el aeropuerto de Barajas, el movimiento de periodistas y autoridades, la aparición de la gran caja de madera que custodiaba la obra y los aplausos espontáneos que se desataron. Después, el convoy rumbo al Casón del Buen Retiro, escoltado como si se tratara de un jefe de Estado, y la imagen insólita de la Guardia Civil protegiendo, por primera vez, una pintura dentro de un museo en España.
El regreso del Guernica, acompañado de unas 70 obras entre dibujos, grabados y óleos, simbolizó el final de una etapa y la voluntad de reconciliar el país con su memoria. La obra, que representa los horrores de la guerra civil y los bombardeos sobre la población de Guernica, se convirtió entonces en un emblema de la defensa de la democracia y de la derrota del fascismo.
Una pionera del fotoperiodismo español
Detrás de todas estas imágenes está la trayectoria sólida de Marisa Flórez (León, 1948), una de las fotoperiodistas que mejor ha documentado la evolución política y social de la España contemporánea.
Inició su carrera en 1971 en el diario Informaciones y, a partir de 1976, desarrolló gran parte de su trabajo en El País, donde fue fotorreportera, redactora jefa y editora gráfica hasta 2012. Desde ese lugar privilegiado, supo equilibrar creación artística y rigor documental, construyendo un archivo visual que hoy tiene un valor histórico incuestionable.
Su labor ha sido reconocida con premios como el Premio Nacional de Periodismo Gráfico (1981), el Premio Piedad Isla (2015), la Insignia de Oro de la Asociación de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión de La Rioja (AiG)en 2018 o el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en 2024.
Un tiempo para mirar con calma
‘Un tiempo para mirar (1970-2020)’ no es solo una exposición de fotografía. Es una invitación a detener el ritmo, a revisar los últimos cincuenta años de historia española y a preguntarse cómo se construyen las imágenes que fijan la memoria colectiva.
Para el público malagueño, la muestra supone además una oportunidad de descubrir el trabajo de una autora clave del fotoperiodismo, en el contexto de un espacio expositivo que nace con vocación de conectar arte, memoria y ciudadanía.
En un momento en el que consumimos imágenes a gran velocidad, la propuesta de Marisa Flórez y del MEET Tabacalera es clara: hacer una pausa y concederse un tiempo para mirar.













