El Museo Jorge Rando acoge la exposición “Entre lo terrenal y lo eterno”, del popular artista británico Henry Moore. Después de pasar por museos internacionales tan importantes como el MOMA de Nueva York, la TATE Gallery de Londres o el Hepworth Wakefield de Yorkshire, llega a Málaga. La muestra se complementa con una agenda cultural con visitas guiadas, coloquios interactivos y talleres artísticos.
Esta exposición muestra las obras gráficas de la serie “Stonehenge”, creada entre 1971 y 1973 y dedicada al monumento megalítico de Salisbury, que refleja el estudio de Henry Moore respecto a las formas orgánicas, su reflexión en torno al primitivismo y su interés por la abstracción para expresar la esencia de la modernidad.
El artista eligió el dibujo como base de su trabajo escultórico, además de como vehículo de la libre expresión de sus ideas. En estas obras se destaca la verticalidad y la rigidez, que guardan un sentido arquitectónico pero también divino, ya que se trata de enormes piedras que nacen en la profundidad de la tierra pero que apuntan al cielo, conectando lo terrenal con la divinidad.
Moore guarda relación con el artista malagueño Jorge Rando, ya que ambos recurren al concepto de verticalidad, como por ejemplo en la obra “Horizontes Verticales” de Rando, cuyos árboles son “como majestuosas catedrales que se elevan en busca de la espiritualidad, uniendo el cielo y la tierra”, en palabras de Heike Stockhaus, Directora del Museo Ernst Barlach de Hamburgo-Wedel.
Henry Moore (1898-1986)
Es considerado el artista británico más importante del siglo XX y uno de los referentes internacionales de la escultura moderna. Su obra se vincula al expresionismo abstracto y a una continua búsqueda de la forma arquetípica y de la trascendencia de lo material para alcanzar lo sagrado.
Se mantuvo en una continua búsqueda de formas y contornos mediante la contemplación y el estudio de la naturaleza y la figura humana.
A partir de 1920 halla su propio estilo para plasmar la forma tridimensional en el papel a través de líneas seccionales, sin necesidad de emplear luces ni sombras.
En el primitivismo encontró una intensa vitalidad, cualidad que le fascinaba. Creía que las representaciones artísticas servían para ofrecer una respuesta directa e inmediata a la vida y para expresar las creencias y los temores de la sociedad de su tiempo.
Redacción: Fran Gallardo Fotografía: Lorenzo Carnero