El Centre Pompidou Málaga vuelve la mirada a dos nombres clave del arte contemporáneo europeo. La nueva exposición temporal, titulada ‘AM CB. Annette Messager y Christian Boltanski’, propone un encuentro entre las obras de ambos creadores y el vínculo personal y creativo que compartieron durante décadas. La muestra puede visitarse hasta el 6 de abril de 2026.
A través de una treintena de piezas, el espacio malagueño invita al visitante a recorrer un paisaje emocional e intelectual donde se cruzan memoria, identidad, pérdida y juego entre lo íntimo y lo colectivo.
Un recorrido por más de cinco décadas de creación
La exposición reúne alrededor de treinta obras realizadas entre 1968 y 2022, procedentes en su mayoría de la colección del Centre Pompidou. Este arco temporal permite observar cómo evolucionan los lenguajes de ambos artistas y cómo se responden, se acompañan y se interpelan.
El visitante se encuentra con libros de artista, vitrinas que funcionan como archivos de historias posibles, fotografías intervenidas, objetos cotidianos cargados de significado y grandes instalaciones que se sitúan en la frontera entre lo real y lo ficticio.
La muestra está pensada como un recorrido. No solo se presentan piezas aisladas, sino un conjunto que sugiere afinidades, resonancias y tensiones entre dos universos creativos que, aunque decidieron desarrollarse de forma independiente, nunca dejaron de dialogar.
Dos trayectorias paralelas unidas por la vida y el arte
Annette Messager (Berck, 1943) y Christian Boltanski (París, 1944–2021) se conocieron en 1970, en París. A partir de entonces compartieron vida y tiempo creativo, pero tomaron una decisión poco habitual: mantener sus carreras separadas para preservar la autonomía de cada uno.
Su obra se mostró junta en algunas exposiciones colectivas durante los años setenta, y después solo de forma puntual. Esta exposición en Málaga busca restablecer ese diálogo con una escala y una coherencia que hasta ahora no se habían planteado con tanta claridad.
El proyecto expositivo pone sobre la mesa una pregunta interesante para el público: ¿cómo se influencian dos artistas que comparten vida, dudas, miedos y búsquedas, pero que defienden su independencia creativa?
Memoria, identidad y fragilidad como territorio común
Cada uno de los artistas desarrolló sus propios temas. En el caso de Boltanski, el foco se sitúa a menudo en el destino y la condición humana, con una atención especial a la memoria, la desaparición y la huella que dejamos.
Messager, por su parte, ha explorado de manera constante el lugar de la mujer en la sociedad, el cuerpo, el afecto y las construcciones culturales que rodean lo femenino.
Más allá de estas líneas personales, la exposición subraya las inquietudes compartidas:
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La memoria, entendida como archivo fragmentario.
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La identidad, siempre en proceso y nunca del todo fija.
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La fragilidad de la existencia, presente en materiales, formatos y narrativas.
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El juego entre lo íntimo y lo colectivo, donde lo personal se convierte en espejo de una experiencia más amplia.
Las vitrinas, los objetos encontrados, las fotografías y las instalaciones se convierten así en lugares de interrogación. Invitan a pensar en lo que se conserva, lo que se pierde y lo que elegimos recordar.
Un homenaje y una lectura conjunta inédita
‘AM CB. Annette Messager y Christian Boltanski’ es también un homenaje. Por un lado, a Christian Boltanski, fallecido en 2021, cuya obra interpela al espectador con una fuerte carga ética y poética. Por otro, a Annette Messager, cuya mirada sigue cuestionando normas y expectativas con notable lucidez.
La exposición se presenta en el Centre Pompidou Málaga con la colaboración de la Fundación “la Caixa” y el respaldo de diversas instituciones culturales. A la inauguración asistieron representantes del Ayuntamiento de Málaga, del Instituto Francés en España, del Musée National d’Art Moderne – Centre Pompidou, de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Pablo Picasso y Otros Equipamientos Museísticos y Culturales, así como la propia artista y el equipo curatorial.
Se trata, en definitiva, de una ocasión para que el público malagueño y visitante se acerque a una lectura conjunta de ambos universos artísticos, algo poco explorado hasta ahora. La muestra propone tiempo para mirar, recordar y preguntarse qué queda de nosotros en los objetos, en las imágenes y en las historias que elegimos contar.
Quienes se acerquen al Centre Pompidou Málaga hasta el 6 de abril de 2026 encontrarán un espacio donde el arte se convierte en conversación: entre dos artistas, entre sus obras y, sobre todo, entre las preguntas del espectador y las sombras de la memoria.












