Recuerdo con claridad la alegría Elena, y la fantástica energía de Carlos, de nuestra primera cita. Recuerdo nuestro primer día juntos. Y recuerdo la visita de venues y de forma inmediata su flechazo con el Botánico que eligieron. ¡Cuánto nos hemos reído! En cada paso. Proyectando el menú, probándolo con su hermana que tenía que irse y ‘no sin mi postre’, las sorpresas, (ese buffet que nadie se esperaba…). Su pasión por la música nos ha regalado el milagro de tener a Isabel Rey y a Ana Ibarra en la ceremonia, creando una atmósfera de impacto con sus increíbles voces.
Y siempre esa mirada deslumbrante y entusiasta en los ojos de Elena. ‘Campanilla’ decidió llamarme pero el hada del jardín de ensueño es ella.
La boda de Carlos y Elena
Con esa ilusión inconfundible de quienes comienzan a imaginar cómo será el gran día, Carlos y Elena fueron desgranando sus deseos, lo que nos sirvió para diseñar una boda a medida cargada de delicadeza con el eje principal de la gastronomía.
La ceremonia fue por la mañana en la preciosa Iglesia San Agustín con el jardín cuajado de flores, la decoramos en rosa con moqueta en color nude. Para acompañar el sacramento que ha unido a Carlos y Elena tuvimos el privilegio de contar con las voces de las magníficas sopranos Isabel Rey y Ana Ibarra junto a un cuarteto de cuerda que crearon una atmósfera sublime.
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La celebración tuvo lugar en el Jardín Botánico La Concepción. Un jardín tropical donde tuvo lugar el cóctel, la comida y la gran fiesta. Una copa de forja de la que brotaban con profusión hortensias, rosas y ramas verdes, ubicada en una hornacina antigua era nuestro Seating Plan. Lo adornaba un arco de flores y una alfombra de pétalos de rosa.
Diseñamos el cóctel de Carlos y Elena teniendo en cuenta su pasión por la cocina española. Estaciones de foie, de ibérico, de Chivo de Canillas, de coctelería y de Champagne Bar junto a los sofisticados aperitivos, hicieron disfrutar a los invitados. El Moët Ice, Moët & Chandon, y el Pago de Carraovejas fueron sus elecciones para toda la celebración.
La decoración, muy natural e integrada con el entorno, estuvo protagonizada por la mantelería, estampada en flores rosas y malvas. Las sillas tenían un aspecto envejecido que se complementaba con los tableros sobre barricas elegidos para la disposición de las distintas estaciones. Un tótem multidireccional creado para la boda de Carlos y Elena, con el toque natural que tuvo la zona del cóctel, antesala de la deliciosa comida que se sirvió frente a la fachada de la Casa-Palacio.
Con el rumor del agua de fondo y bajo el cobijo de los árboles, se celebró la comida. Las mesas estaban vestidas con mantelería de lino blanco y fueron decoradas con elegantes centros florales de peonías y hortensias en tenue candy pink y vainilla. El toque ‘glam’ de la cubertería y las sillas doradas dio calidez al sofisticado y a su vez fresco ambiente que creamos.
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Tras la comida Carlos y Elena cortaron la tarta nupcial, una naked cake de fresas y frambuesas glaseadas con polvo en oro que dio paso a una deliciosa estación de postres. Una autentica experiencia visual y de sabor que maravilló a los invitados. Todo tipo de golosinas de pastelería francesa junto a cakepops, macarons, cupcakes, brochetas de fruta, mousse semifríos, croquembouche o fresas con chocolate entre muchos otros, ubicados sobre muebles de capitoné en dorado. Las diferentes alturas las llenamos de hortensias rosas, candelabros, boj dorado y velas.
El cenador de hierro con glicinias fue testigo del primer baile de la pareja. Un momento cargado de emotividad y romanticismo que estuvo acompañado por la mejor música en directo. En esta zona, instalamos un fotomatón. Las divertidas fotografías de los invitados fueron pegadas en un álbum con mensajes para los novios. También hubo un árbol de los deseos, barra libre de gin tonics, una zona de chillo out y un DJ que dio ritmo a la gran fiesta.
Elena y Carlos. Su historia.
¿Cómo empezó vuestra historia de amor?
Antes de ser pareja éramos muy buenos amigos. Salimos en la misma pandilla y trabajábamos en la misma empresa pero a pesar de que nos llevábamos muy bien, nunca antes había surgido mayor sentimiento entre nosotros.
Con el tiempo el cariño fue creciendo y la amistad cada vez era más intensa. Entonces, llegó uno de los puntos de inflexión en nuestra relación. A Elena la trasladaron por trabajo a Málaga mientras yo seguía en Madrid. En el momento de irse me ofrecí a acompañarla a la estación y fue justo en ese instante, en que la vi marcharse, cuando noté el vació de su ausencia.
Al final fue la distancia la que nos hizo descubrir que nuestros sentimientos estaban por encima de la amistad.
¿Cómo fue vuestra pedida de mano?
Pues lo cierto es que no tuvimos una pedida en familia. Aquel día Carlos me invitó a ir a cenar a un restaurante que habían abierto nuevo. No me esperaba nada, tanto es así que ni me llevé el móvil a la cena.
El lugar era precioso y nos sentamos en un sitio con unas vistas maravillosas. Y en uno de esos momentos mágicos de la velada Carlos me pidió matrimonio. Me quedé muy sorprendida y la emoción me recorrió al instante.
Los comensales que estaban a nuestro alrededor se dieron cuenta de que ocurría algo especial y se fue corriendo la voz de tal forma que incluso el jefe de sala se acercó a felicitarme. Todo el mundo nos abrazaba a pesar de que no nos conocía de nada y el maître nos sirvió champán para celebrar ese momento tan especial. Fue mágico, sacado de película.
¿Cómo nos conociste?
Cuando comenzamos con la organización de la boda íbamos cogiendo ideas y fotografías que nos gustaban. Entonces di con una boda que nos entusiasmó por su cuidada estética y seguimos indagando. Fuimos descubriendo otras que nos maravillaban y al final nos dimos cuenta de que todas ellas estaban organizadas por la misma persona, Sira Antequera.
Todo esto nos llevó a la Web de Sí! Quiero y nos enamoramos por completo. Nos dimos cuenta de que eso era lo que queríamos para el día de nuestra boda. Siempre decimos que ella nos encontró a nosotros y nosotros a ella.
¿Cómo recuerdas nuestra primera reunión? ¿Y la última?
En la primera reunión fuimos a ver a Sira a la oficina. Estábamos muy emocionados y rápidamente nos impresionó el carisma que desprende. Íbamos sin una idea clara de lo que queríamos y no teníamos planteamiento alguno, pero ella nos ofreció muchas posibilidades. Todo lo que nos contaba era precioso.
Estuvimos dos horas con ella. Nos preguntaba tantas cosas que descubrimos el abanico de posibilidades que teníamos frente a nosotros. Entendimos que todo lo que quisiéramos se podía hacer y eso nos conquistó por completo.
La última reunión fue dos días antes de la boda. Tuvimos problemas con la decoración floral en la Iglesia y nos preocupaba enormemente que todo saliera bien. Sira estuvo espléndida, supo ayudarnos a relativizar. Entre muchas de sus virtudes una de las más valiosas que tiene es que sabe trasmitir tranquilidad, favoreciendo a que no sientas estrés durante los preparativos. Sabe resolver problemas con una elegancia abrumadora. Disfruta de su trabajo y eso se transmite en el entusiasmo que le pone a todo lo que hace.
¿Qué fue lo que más te preocupaba de la organización de tu boda? Y ¿cómo te ayudamos a solucionarlo?
En general estábamos muy tranquilos con la organización de la boda porque sabíamos que contábamos con el equipo de Sí! Quiero para ello, pero quizá lo que más nos preocupó en su momento fue la decoración floral de la Iglesia porque de manera inicial había inconveniente en que la pusiéramos personalizada.
La climatología también era otra de nuestras preocupaciones pero Sira siempre consigue tranquilizarte con su seguridad. Ofrece alternativas y opciones suficientes para que cualquier inconveniente se diluya fácilmente.
Define tu experiencia en el día de tu boda. ¿Cómo lo viviste?
Fue un día extraordinario. Disfrutamos por completo de ese día en el que surfeamos continuamente por una oleada de emociones. Fue una montaña rusa de felicidad, tranquilidad y alegría.
¿Nos compartes tres elementos que consideres clave para que tu boda fuese un éxito?
– El buen rollo de la gente. Nuestros invitados tenían muchas ganas de disfrutar de ese día junto a nosotros y eso se notó en el ambiente. Antes de la boda recibimos muchos mensajes de amigos en el que nos trasmitían sus ganas de que llegara el día. Y tanto fue así que excedimos el límite de tiempo del DJ. Fueron unos invitados incombustibles.
– El lugar de la celebración. El Jardín Botánico ofreció una estética única. De hecho muchos de nuestros familiares y amigos nos dan las gracias por haber estado en un entorno tan bonito.
– La experiencia para los invitados. Sira logró crear un ambiente único que disfrutamos todos muchísimo.
Comentadnos algo que os parecía muy fácil al principio pero que después os trajo más de un dolor de cabeza.
Cuando comenzamos a visitar sitios donde celebrar la boda fuimos al Jardín Botánico pero esa vez lo hicimos solos. La persona responsable de las visitas nos ponía inconvenientes a algunas de las ideas que teníamos pensadas para ese día así que lo desechamos en un primer instante.
Fuimos a visitar otros sitios pero ninguno nos entusiasmaba por completo. Estábamos enamorados del Jardín Botánico así que volvimos junto a Sira, que resolvió todos los problemas iniciales que había para que pudiéramos celebrar allí nuestra boda.
Cuéntanos alguna anécdota de tu boda.
Cuando íbamos con el fotógrafo de camino al Jardín Botánico el coche comenzó a indicar que le faltaba gasolina y tuvimos que parar a repostar. El fotógrafo no paraba de bromear con la situación.
¿Qué dirías a aquellos que no se atreven a contratar los servicios de una ‘Wedding Planner’?
Les diríamos que no hay color. Contar con Sira nos hizo disfrutar del día de nuestra boda con los cinco sentidos. Ganas en seguridad, ganas en tranquilidad, ganas en estética, ganas en diseño, ganas en todo.
Te ayuda a contar con los mejores profesionales del sector y te guía en todo el proceso hasta descubrir elementos únicos. Todo fue maravilloso en nuestra boda y lo fue porque contamos con ella.
¿Qué momento es inolvidable para vosotros?
El momento de entrar en la Iglesia y ver a Carlos esperándome en el altar. Fue precioso. Disfruté mucho de los preparativos pero estaba emocionada por reencontrarme con él y que me viera. Al fin y al cabo era nuestro día.
Si volvierais a casaros, ¿De qué prescindiríais y qué repetiríais con seguridad?
Lo repetiríamos todo, aunque con absoluta seguridad el catering. Fue increíble. Los invitados quedaron encantados y nosotros todavía más. Tenemos familiares que quieren volver a casarse solo por contar en su boda con nuestro catering.
Da un consejo a los futuros novios.
Disfrutar de ese día al completo y no preocuparos por nada. Contad con Sira porque ella es la respuesta para vivir un día mágico. No descartéis nada porque a veces, lo que menos os entusiasma inicialmente es lo que luego os roba el corazón por completo.
Vestido de la novia: Pol Nuñez | Zapatos: Jimmy Choo |
Fotografía: JJ Palacios
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Felicidades Sira!!! Todo fue perfecto!!!
Gracias