La historia de esta entrevista comienza hace unos meses. Concretamente cuando me reuní con Ricardo Martínez de Dios, director en Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla de Globalia Corporate Travel y Globalia Meetings & Events para hablar sobre un posible patrocinio de Cenas con Chispitas para poder traernos a ponentes de fuera. Fue entonces cuando me habló de ella, de Rosa Romero. No me dio muchos datos, pero me dijo que la tuviese en cuenta para el espacio en Primera Persona, que me iba a gustar conocerla. La cosa quedó ahí. Hasta que patrocinaron la cena con Teresa Freixes, y vino Rosa al encuentro como representante de la empresa.
Rosa es la directora comercial de Globalia Corporate Travel en esta zona, y aunque viaja mucho por todas partes, sobre todo su vida discurre entre Sevilla, Málaga y Marbella. Un día aquí y al siguiente allá. Tras conocernos en persona quedamos para hacer la entrevista y que me contase un poco más sobre las diferentes opciones que da Globalia a las empresas y conocer más cerca de su división de eventos. Esa es la verdad.
Igual que es verdad que aquella mañana en la que quedamos en Marbella, descubrí a una mujer que además de hablar de la empresa a la que representa, tenía mucho que aportar.
Le costó decírmelo, sólo ante mi insistencia por las cosas que me decía, y tras preguntarle en varias ocasiones a qué se dedicaba su padre, me dijo que era hija de Antonio, de Los del Río. Entonces despertó aún más mi interés. No por ser hija de un artista tan reconocido como lo es su padre, sino porque hasta ese momento tenía la sensación de que me encontraba ante una mujer luchadora, trabajadora, que se había enfrentado a una separación siendo muy joven. No, no tenía ante mí a una niña de papá con la vida resuelta. Sino a una mujer que había sabido sacarse las castañas del fuego con su trabajo y su esfuerzo cada día. Una mujer con los pies en la tierra que además admira profundamente a las personas emprendedoras. Quizás por eso ella lo es.
Amante y defensora de la familia tiene un hijo con 20 años. Cuando habla de él se emociona. Al igual que cuando habla de su padre y de su ‘tío Rafael’. La unión de Rafael y Antonio traspasa los escenarios. Se han convertido en una gran familia, en la que más allá de los lazos de sangre están los lazos del cariño, el respeto y la admiración.
Es media mañana. Marbella. Nos sentamos en una terraza del Paseo Marítimo. Ante nosotras pasan turistas deseosos de playa. A nosotras nos toca trabajar, pero he de decir que entrevistarla se convierte en una agradable charla en la que en muchas ocasiones se nos olvida que la grabadora está encendida. Las fotos las hacemos antes de la cena con Arturo Fernández en Gran Meliá Don Pepe.
¿Cómo llegas al sector de los viajes?
Me dedicaba a organizar eventos por toda Andalucía con una empresa que tenía, pero cuando me separé me desligué de ese trabajo y me dieron la oportunidad en 2009 de trabajar primero en Halcón Viajes en Dos Hermanas y después en Globalia Corporate Travel en Sevilla con la idea de captar clientes para la división de empresas, me parecía súper interesante y me suponía un reto. Habíamos tenido también tiendas de telefonía, y esa parte comercial la tenía muy desarrollada, aunque lo que había estudiado era interiorismo.
¿Te casaste muy joven?
Con veintitrés añitos y tuve a mi hijo con veinticinco. No cogí ni la baja maternal porque en aquella época estábamos abriendo tiendas de Airtel. Pero tenía a mi familia y a una señora que me ayudaba.
¿Cómo fue el cambio de ser empresaria a trabajar en Globalia?
Muy ilusionante. Primero éramos Halcón Viajes, después nació Globalia Corporate Travel que es la división business, y sumamos Globalia Meeting and Events. Ofrecemos un servicio integral a las empresas lo que nos permite hacer cosas increíbles . Tenemos un equipo multidisciplar con grandes profesionales. Yo estoy muy orgullosa de pertenecer al primer grupo de turismo que hay en España, el grupo Globalia.
Supongo que no habrá sido fácil en una época en la que cada vez la gente planifica más los viajes por internet…
Ese fue uno de los motivos por los que apostamos por la división de empresas y por el que nació Globalia Meetings and Events. Nos encargamos de todo, no sólo de los viajes, sino de organizar eventos ya sean internos, corporativos, de incentivos… Las empresas cada vez son más conscientes de la importancia y lo necesario que es gestionar todos los servicios de viajes y de eventos estando respaldados por una gran empresa. Y nosotros nos encargamos de todo; traslados, logística, aportamos creatividad… Organizamos eventos sean de la magnitud que sean y dónde sean. Damos un servicio global, llave en mano. Eso para la empresa que nos contrata es una garantía y una tranquilidad. Ahí Globalia Corporate y Globalia Meetings and Events vamos de la mano.
Yo estoy súper orgullosa de trabajar en una empresa así. Soy una gran admiradora de lo que han sido capaces de crear la familia Hidalgo. Tienen una visión muy actual y de emprendedores. Tienen muchísimo mérito. Para mí es un honor trabajar para ellos.
¿El haber sido empresaria te da otra visión como directiva dentro de la empresa?
Yo creo que sí. Tengo un punto de vista más global. He sido siempre muy luchadora. Globalia tiene un potencial muy fuerte y se están unificando todas las empresas, todas pertenecen al sector del turismo y se están creando sinergias entre ellas. Eso es maravilloso porque al unirnos hacemos fuerza y eso supone ofrecer ventajas a nuestros clientes. Trabajar en una empresa como esta te da muchas opciones de desarrollarte profesionalmente.
Por ejemplo, con Globalia Meetings and Events estamos haciendo eventos maravillosos. Tenemos un equipo de creativos propios que son buenísimos. Eso nos permite no tener que subcontratar a nadie y abaratar costes para las empresas que nos contratan. Es verdad que no podemos comunicar muchos de los eventos que hacemos porque hay empresas que quieren guardar su privacidad, pero se están haciendo cosas fantásticas. Recuerdo una empresa que quiso hacerle una sorpresa a sus empleados, y aquello fue espectacular.
Las empresas son las personas que la forman y cada vez se es más consciente de eso y se cuida más al empleado.
Muchas veces es verdad que pensamos que ese tipo de acciones sólo están reservadas a las multinacionales, pero supongo que son eventos que se pueden adaptar a otras empresas más pequeñas…
Claro que sí, nuestro valor es que tenemos nuestra experiencia y la profesionalidad, entonces nos adaptamos al cliente y a las necesidades que tengan.
Supongo que viniendo del sector de los eventos, aunque tu trabajo actualmente sea otro, terminarás implicándote también en esa parte…
Además me encanta. Ya no sólo a nivel profesional. Cuando hay que organizar algo entre amigas también me involucro. Siempre estoy metida en algo.
Además al haber sido madre tan joven ahora tienes más tiempo para esas cosas…
Me siento privilegiada y afortunada. Primero, porque tengo un hijo maravilloso, me emociona hablar de él, porque es brutal en todos los sentidos. Hemos ido creciendo los dos a la vez. Ya tiene 20 años y sigo aprendiendo de él.
No solamente aprendemos de los mayores y de la experiencia. Se habla mal de la juventud, pero tengo la suerte de ver cómo en el entorno de mi hijo hay chicos maravillosos, que son grandes emprendedores, quieren prepararse, quieren estudiar, veo mucha juventud sana y que vienen pisando fuerte. Los que tenemos que prepararnos somos nosotros, porque vienen con ganas.
Tus trabajos siempre han estado muy asociados a la movilidad. ¿Cómo lo has llevado?
La tecnología también es una gran aliada. Es verdad que tengo que ir a Madrid, a Barcelona o a Canarias, pero también haces mucho trabajo por mail o por teléfono. Evidentemente la parte presencial cuenta. Como te decía, las empresas somos las personas. Cuando estoy con un cliente transmito esa confianza que tengo en mi equipo y en la empresa. Eso es lo importante. Transmitir eso estés donde estés, ya sea en persona o por teléfono. Las tecnologías acortan las distancias.
¿Nunca te ha tentado hacer algo de interiorismo que es para lo que te formaste?
Cuando me separé salieron oportunidades, pero no me daban una seguridad y yo en aquel momento la necesitaba. Eso me lo dio Halcón Viajes, a la cual le doy infinitamente las gracias por aquella oportunidad.
Al final se sale de todo, ¿verdad? Cuando hablas de la seguridad que necesitabas entonces…¿Qué has aprendido en este tiempo de aquella decisión que tomaste?
He aprendido que los miedos limitan y te paralizan. Si necesitas ayuda, la buscas, pero cuanto antes te quites los miedos, antes sales, antes saltas. Pienso que hay que dar un salto, hay que dar un paso más y todo cuesta. Y es verdad que hay veces que no te ves capaz de algo, pero tienes que tener claro lo que quieres, hacia dónde vas y creer en ti. Sabiendo tus limitaciones y tus fortalezas si hay algo que te mueve, síguelo.
A mí familia le debo lo que soy… Al apoyo incondicional de mi madre, de mi padre, de mis hermanos, de mi hijo… Mis padres me enseñaron que hay que creer en ti, que hay veces que es verdad que te dan ganas de tirar la toalla, que estás cansada, pero que cuando de verdad lo sientes y lo crees, es que te llega…
¿Crees que nosotras estamos cargando con una mochila más pesada que ellos?
No creo que nos hayamos cargado de cosas, lo que creo es que esto está muy mal repartido. Lo que está costando es que el hombre asuma determinadas funciones. Nuestros padres y nuestros abuelos trabajaban ellos fuera y no se reconocía lo que trabajaba la mujer al quedase en casa. Es cuestión de respeto y de que por encima de hombre o mujer, como personas, podamos conseguir nuestros sueños y conciliarlo con la familia asumiendo cada uno la parte que tiene que asumir.
Aunque creo que una madre siempre sigue sintiendo como una madre y actuando como una madre. Esa parte que sólo tenemos las mujeres, y de la que estoy súper orgullosa, nos enriquece. De los hijos se aprende y te hacen ser mejor, te enseñan a tener más paciencia, a tener más disciplina, más organización…
El nombre de tu revista me encanta, Yo soy Mujer, y me encanta ser mujer pero admiro al hombre y me gusta que el hombre que sea hombre. Yo no quiero ser un hombre. Todos los extremos son malos.
Me gusta ver a hombres con carritos, y ya no te estoy hablando de que la madre en ese momento esté trabajando. Aunque sea para que ella pueda ir al gimnasio. Que parece que si estás trabajando sí te cuidan al niño pero que sino es por trabajo no. Tienen que ver que somos personas.
¿Qué papel ha jugado vuestra madre?, porque supongo que tu padre estaría mucho fuera. (Aquí ya sé que es hija de Antonio Romero)
Mi madre es la que lleva la unión familiar, mi padre por su trabajo siempre ha estado fuera, y cuando digo siempre es casi siempre… Si podíamos sentir de alguna forma esa falta paterna, mi madre la ha suplido con creces, con matrícula de honor. Ha criado a sus hijos y ha hecho un gran papel dentro de nuestra familia. Y no se siente menos realizada por ello. Está encantada de haber estado con sus hijos, que también es una suerte para la que tenga esa oportunidad, y elija criar sus hijos, me parece algo maravilloso. Creo que lo ideal sería que cada una haga lo que de verdad quiera hacer.
Y las que quieren y pueden dedicarse a sus hijos hay que respetarlas y darles ese valor que tienen. Me parece una pena las personas que no piensen así.
Deberíamos empezar a respetarnos entre nosotras lo primero…
Es que todo es mucho más simple y lo complicamos mucho…
¿Rosa has sentido esa culpabilidad de tener que irte, viajar y dejarte a tu hijo con alguien?
Como madre claro que sí, como madre no me quiero separar de él, está claro. Disfruto mucho y me encanta estar con él, pero también tengo muy claro hacía dónde voy y cuando tienes tan claro hacia donde vas, creo que todo es conciliable. Como te decía tenemos un gran aliado que es la tecnología. No es como antes. Mi padre estaba en Sudamérica durante meses y nos llamaba cuando podía, y a lo mejor daba la casualidad de que en ese momento no estábamos en casa. Pero hoy en día es todo mucho más sencillo.
¿Y a ti no te ha salido nada de la vena artística de tu padre?
Yo nada. Mi hermano Antonio sí ha sacado esa vena y tiene un grupo que se llama Machukamba junto con su mujer, Rocío y con la hija pequeña de mi tío Rafael, mi prima Carolina y mi hijo es músico sin qué nadie le enseñe, es autodidacta.
Tu padre tampoco habrá tenido la oportunidad de estar con él mucho tiempo como para influirle…
Sí comparte mucho más con él, porque vivimos en casa de mis padres la mejor forma de conciliar con mi trabajo. Ellos nos han inculcado mucho la unión familiar y le cuida como un hijo más.
Hace unos años mi padre y mi tío Rafael se plantearon que nos fuésemos todos a vivir a Madrid y ‘las madres’ dijeron que no. Nosotros le llamamos las madres, claro. Ahora somos ocho, en aquel tiempo éramos seis niños. Ellas nunca se han querido meter, pero en aquel entonces se negaron porque en Sevilla era donde estaban nuestras familias y ellos sin embargo iban y venían.
Ahora cuando están en casa nos exprimen. Tienen esa falta de haber estado más con nosotros. Cuando mi padre está en casa tenemos que estar todos allí.
Tienen 70 años y siguen sin parar. Este verano han estado en Holanda con 15 conciertos, tienen ahora otro proyecto… Y ese es el mejor ejemplo que tengo. Siempre les digo que nos han puesto un listón muy alto. Estoy muy orgullosa de ellos.
¿Consideras que ha sido positivo o negativo ser hija de uno de Los del Río?
Siempre positivo. Ellos nos han mantenido muy al margen, han sido famosos por su trabajo. Pero sí es verdad que gracias a ellos conocemos a mucha gente. Ellos son súper queridos y a nosotros nos abren las puertas en todos sitios.
Que el rey Don Juan Carlos nos diga que son enormes… Es que se me ponen los vellos de punta. Todo el mundo los quiere mucho, pero es que ellos se lo han ‘currao’.
¿Cómo vivisteis el bombazo de Macarena?
Pues contentos por un lado, pero muy tristes por otro porque los hemos echado mucho de menos. Nadie sabe lo que es vivir con un artista. Nos perdimos nuestra infancia con ellos. Cada vez que venían era una fiesta. Nos perdimos tenerlos cerca, igual que muchos de sus amigos. Aquello marcó un antes y un después.
Hace unos meses les dieron el Grammy a la Excelencia Musical, que es algo que muy pocos han conseguido, y después de veinticinco años. Así que se unen la alegría y el orgullo por ellos y la tristeza como hija de no haberlo tenido más cerca.
Pero me da la sensación que a vosotros os han criado con los pies muy en la tierra…
Nos han transmitido que las cosas cuestan, que todo es a base de trabajo, de saber estar, de tener claro lo que quieres… Mi padre siempre tiene un lema que nos ha inculcado: «No hagas al de al lado lo que no quieres que te hagan a ti». Y “estate en tu sitio siempre”, el saber estar.
Mi padre es feliz en un tractor. Son dos personas muy sencillas y todo lo que han hecho lo han hecho con el corazón. Eso es otra cosa que siempre nos dicen, que hagamos lo que hagamos, lo hagamos con el corazón. Yo creo que ese es uno de sus grandes éxitos, y por eso tienen tantos amigos.
¿Cómo te planteas tu futuro Rosa?
Cada día que pasa vivo más el presente, no vivo tanto pesando en el futuro. Me encantaría seguir como estoy, rodeada de mi familia, por eso no quiero pensar en el futuro, soy de las que vivo el presente y lo disfruto mucho. Mi familia es mi pasión, son mis grandes pilares, al igual que mis amigos, y lo que estoy haciendo me encanta.
El éxito no es algo material, para mi el éxito es lo que tú tienes a nivel alma, que es lo que de verdad te pone las pilas, te inyecta.
Para mi el éxito es caminar junto a mi familia y la gente que quiero en mi vida y ser siempre tu mejor versión, al final lo que queda es lo que dejes en el corazón de cada persona. Entonces no creo que el éxito sea nada material, porque al final te vas y todo se queda aquí.
Redacción: Ana Porras Fotografía: Manuel Martos
Agradecimiento: Gran Meliá Don Pepe
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Audio transcripto por Atexto