En ocasiones, necesitamos una pausa forzada para tomar conciencia de que el camino que seguimos ya no resuena con quienes somos. Eso fue lo que le ocurrió a Marta Bernad, zaragozana afincada en Estepona, cuando la pandemia la sorprendió en la Costa del Sol. El confinamiento, la soledad y el silencio se convirtieron en catalizadores de una transformación profunda que ya venía gestándose en modo de insatisfacción y ansiedad. Lo que comenzó como un alto en el camino acabó siendo un punto de inflexión vital. Para escuchar su propia voz tuvo que alejarse del ruido mundano y del hacer continuo.
Creemos que, haciendo y haciendo avanzamos, llenando nuestras agendas de actividades y planes, Y, sin embargo, no es más que una forma de huir del miedo que nos da parar, escucharnos y hacer los cambios que nuestra alma nos está implorando. Porque los cambios suelen dar miedo, nos lanzan a los brazos de la incertidumbre y, a veces, preferimos quedarnos en «lo malo conocido» que emprender la búsqueda de nuestra verdad más profunda.
* Tienes la entrevista en video al final del texto
Una carrera brillante… pero ajena
Durante años, Marta desarrolló su carrera en agencias de publicidad y comunicación. Licenciada en Derecho y con estudios en Administración de Empresas, siguió el camino que se esperaba de ella. Pero en su interior, el arte nunca dejó de llamar y esperar el momento en el que Marta estuviese preparada para darle su lugar. Desde los nueve años —fecha que recuerda con claridad— la pintura, la danza, la música y la creatividad eran parte de su lenguaje. Sin embargo, durante mucho tiempo, esa parte de sí misma quedó relegada.
El confinamiento como antesala del cambio
En marzo de 2020, Marta llegó a Estepona para descansar unos días y acabó viviendo allí el confinamiento, sola, en la casa de veraneo familiar. No había vecinos, ni ruidos, ni distracciones. En ese retiro inesperado, pero en el fondo deseado, se sumergió en un viaje de autoconocimiento, a través del eneagrama, de la escritura, de la pintura… y sobre todo del silencio. Fue allí donde comprendió que ya no podía seguir viviendo una vida que no era suya, que la alejaba continuamente de la paz y que comenzaba a enfermarle el cuerpo.
La decisión de saltar sin red
Poco después, renunció a su trabajo sin tener un plan B. Rechazó varias ofertas de empleo que en otro momento habrían sido su sueño. “Era el sueño de otro, no el mío”, explica. Decidió quedarse en la Costa del Sol, donde comenzó a construir su propio camino. Uno en el que el arte dejara de ser un hobby y se convirtiera en eje central de su vida.
Nos conocimos en aquella etapa. Quizá porque las dos somos Libra, y los astros se alinearon para hacernos coincidir en un momento vital de parar, respirar y recalcular ruta con más autenticidad, dejando atrás muchos personajes que ya no nos representaban.
Artelier21: un espacio con alma
Cinco años después, Marta me recibe en su espacio creativo en el puerto de Estepona. Artelier21 es una galería, un taller de grabado, un lugar para experiencias artísticas únicas y también su casa. Un reflejo de su visión del arte como herramienta de transformación. A esto se suma Al Aire Libra, una agencia con la que diseña experiencias creativas a medida para empresas, eventos y particulares.
Emprender desde el arte (y sin perder el alma)
Su historia también habla de lo que supone emprender sola, desde el arte de vivir en coherencia y alineada con su esencia. Reconoce lo difícil que ha sido —y es— sostener un proyecto creativo sin red financiera ni estructura previa. Pero también reivindica el valor de habitar su autenticidad, incluso cuando implica momentos de vértigo o incertidumbre.
El riesgo de volver al “hacer”
Marta comparte también algo muy común entre quienes hemos formado parte de un modelo empresarial ya obsoleto en muchos aspectos: el riesgo de repetir viejas dinámicas, la autoexigencia y la búsqueda constante de unos estándares de perfección inalcanzable. “Me he vuelto a meter en el hacer constante, en ser una jefa exigente conmigo misma”. Esta vez, sin embargo, ha sabido parar a tiempo. Está aprendiendo a escuchar su cuerpo, a decir no y a recolocar sus prioridades.
Un nuevo punto de partida
Hoy, Marta se encuentra en un nuevo momento de parar, respirar y soltar para avanzar. Con cinco años de recorrido, siente que vuelve a estar en un punto de inflexión, pero con más claridad. Se prepara para lanzar su propia colección de grabado en colaboración con la diseñadora Daniela Poggi, su primera masterclass y nuevos proyectos personales donde su voz artística esté en el centro.
De la crisis al arte como canal de vida
Durante la entrevista hablamos de sensibilidad, intuición, detonantes familiares que cambian el eje, autoconocimiento, y de cómo transformar lo vivido en obra. Marta sabe que su capacidad de movilizar energía, de acompañar procesos creativos y de generar bienestar en quienes participan de sus talleres, es también parte esencial de su talento.
Escuchar la propia voz
Ahora quiere darse ese espacio a sí misma. Darle voz a su obra, a su sensibilidad, a su forma de mirar el mundo. “Estoy empezando a conectar lo emocional con lo artístico desde un lugar nuevo”, confiesa. Y lo hace con la serenidad de quien ha aprendido a confiar en su proceso.
Dale al play. Marta tiene mucho que contar, y lo hace desde un lugar profundamente humano.
Su web https://martabernad.com/
Sus redes https://www.instagram.com/martabernad_/
https://www.instagram.com/alairelibra_/
https://www.instagram.com/artelier21/