María Zamora me llamó hace unos meses para contarme lo que hacía en el ámbito de los emprendedores y que estaba terminando un libro dirigido a mujeres. Quedamos y me habló un poco más sobre cómo a través de esas páginas quería ayudar a impulsar el empoderamiento femenino dándole herramientas a las mujeres para salir y creer por y en ellas mismas. Mujeres que en la mayoría de los casos, aunque estemos en 2017 siguen en cierto modo atrapadas.
Quedamos para estas fechas, cuando se supone que el libro ya estaría en la calle para hacer esta entrevista. Pero el proyecto se ha retrasado y aún no está a la venta, aunque nosotras mantenemos nuestra cita.
Hay mujeres que cuando las tengo de frente, en las entrevistas, me permiten leerlas entre líneas. Quizás uno lo que me cuentan con lo que intuyo de ellas. Con María no termina de pasarme del todo, pero sí entiendo el motivo de escribir ese libro en el que confluyen su experiencia personal con su formación profesional. Detrás de una mujer con aspecto de seguridad en sí misma hay un pasado de lucha por salir a la luz, por hacer aquello para lo que había estudiado. Hoy además de ser mentora residente del programa ‘Go 2 Work’ de la Escuela de Organización Industrial, tiene una empresa en la que trabaja actualmente para desarrollar planes de innovación en el sector turístico.
Es de Puertollano, Ciudad Real, aunque reside en Torrox Costa junto a su marido y sus tres hijos, su vida laboral discurre de acá para allá. Quedamos en el espacio para emprendedores, en el coworking del Palacio de Congresos de Torremolinos.
¿Cómo llegas a Málaga?
Me vine a Málaga porque conocí al que hoy es mi marido. Pero nunca me había planteado vivir en Málaga. De hecho, desde COU estuve estudiando en Salamanca. Allí hice Empresariales y luego Turismo. Terminé la carrera y como mi marido me lleva veinte años me casé enseguida nada más terminar la Universidad. Él es de aquí, así que nos vinimos a Torrox.
Te casas muy joven, entonces…
Tendría veintiún años.
¿Y cómo vio tu familia en aquel momento que te casaras con una persona mucho mayor que tú?
Puertollano es un pueblo de sesenta mil habitantes, relativamente pequeño. Mi familia tanto por la parte materna como paterna son muy conocidos. Fue un poco desconcertante para todo el mundo. El día de la boda fue todo un acontecimiento. Por las circunstancias de mi marido, que es empresario, con contactos en Alemania y socios alemanes, pues vinieron todas las alemanas, todas muy vestidas a la iglesia central del pueblo central, llegaron en limusinas. Fue una boda muy sonada. Además, yo he sido una niña que nunca he dado un ruido, muy divertida pero nunca había hecho nada que llamase la atención y aquello fue un choque muy grande para mis padres y para mi familia en general.
¿Cuánto tiempo estuviste de novios?
Empezamos cuando yo tenía dieciocho años.
Con esa edad alguien de casi 40 años a mí al menos me parecía muy mayor. ¿Qué te llamó la atención de él?
Nunca me habían gustado los chicos de mi edad, siempre me llamaban la atención los que eran más mayores. Creo que me cautivó su manera de tratarme. Los de mi edad me parecían niños y Paco era un señor. Tenía negocios en el mundo de la noche, yo sentía que me trataba entre algodones.
20 años mayor y se dedicaba a empresas de la noche… Supongo que los prejuicios serían muy grandes en tu entorno con respecto a él y la relación…
Horrible. No tenía mi perfil en absoluto, o sea, nada que ver conmigo, que además ya te digo, he sido una estudiante divertida, una persona alegre, muy extrovertida, pero con unos valores internos muy claros. Mis padres me los han inculcado y eso fue como algo muy chocante, pero la verdad es que me gustó y además mucho. Lo que pensaban los demás creaba ciertas dudas en mí, incluso mis amigas no lo entendían muy bien. Recuerdo que me decían: Pero, ¿ cómo te vas a casar con este señor?. Pero yo estaba muy enamorada y al final me case con el señor. Y creo que si volviese atrás volvería a repetir la experiencia.
¿Lo repetirías?
Probablemente, porque a lo largo de mi vida he conocido gente de muy diferente índole. Parece que si decimos señor mayor y encima de la noche es lo peor. Pero hay que ver los «señores menores”, que no son de la noche, que a lo mejor están en un despacho… Todo es muy relativo. A lo mejor tienen menos valores que mi marido. Paco ha sido mi único novio, no me dio tiempo a más, era una niña cuando le conocí. Pero somos todos muy de poner etiquetas. Si trabaja en la noche ya es malo, y ¿si trabaja en un banco es bueno? Pues no lo sé.
¿Cómo es el venirte tan jovencita a Málaga y casada?
Me vengo a Málaga hecha una «niñata» y con mis títulos universitarios. Mi marido no quería que trabajase. Entonces me quedé embarazada y tuve a mi primera hija, que hoy día tiene dieciocho años. Me costó bastante, porque no me vine a Málaga capital, me vine a Torrox Costa, que hoy me encanta, pero el choque de una chica joven que llega allí de una etapa universitaria, de un ambiente como el que hay en Salamanca, fue como sentirme un pájaro enjaulado.
Hoy en día me encanta vivir allí, pero en ese momento en el que se suponía que todo era perfecto, recién casada con un hombre del que estaba enamorada, en un chalet al lado de la playa, me enfrenté a muchos choques. Mi marido tenía veinte años más, con lo cual sus amigos tenían esa edad y como te he dicho se relacionaba mucho con alemanes. Yo no sabía alemán y decidí aprenderlo, porque hice Turismo pero con inglés y francés. Pero todas esas cosas a las que me tuve que enfrentar, que en un principio las viví como dificultades, me han hecho crecer mucho, con todos sus pros y todos sus contras.
¿No hay ningún momento en que te plantees tirar la toalla y volverte a casa?
Sí, claro, hubo momentos en los que me quería volver a Puertollano. De hecho, es que me vuelvo a tener a mi hija y estuve un tiempo allí antes de volver a Málaga. Mis tres hijos han nacido en Puertollano, yo soy muy manchega y muy de Puertollano, a pesar de que no es un pueblo que tenga muchos atractivos, pero soy muy familiar. El hecho de que esté ahí mi familia, mis padres, mi hermano, es un gran apoyo para mí, además somos una familia muy unida. Me fui a tener a mi hija y casi la crío allí, no me quería volver, yo era muy joven y aquí estaba más sola. Pero mi marido lo entendió y lo respetó. En esa relación ha habido mucha comprensión por ambas partes. Después compramos una casa en Torre del Mar pero me gustó menos, con lo cual volvimos a Torrox. Durante muchos años he estado viviendo entre Puertollano y Torrox. Iba y venía y pasaba temporadas allí. Quizás hasta que maduré un poco y los niños se iban haciendo mayores, no podía tenerlos yendo y viniendo porque ya estaban en el colegio y no puedes estar titubeando. Fue en ese momento cuando decidí que tenía que hacerme una vida aquí.
Supongo que lo que te ataba a aquí era tu marido…
Claro, yo es que me casé hiperenamorada. Lo que pasa es que enfrentarme al día a día, me hacía tener muchos vaivenes. La rutina no es el cuento de hadas que pueda tener una niña en su cabeza al principio, eso lo sabe todo el mundo. Pero la verdad, no sé si llamarme perseverante o muy aferrada a lo mío, o con unos valores inculcados a lo mejor a la antigua, que para mí era muy importante que mi matrimonio funcionase. Tú me puedes ver riendo todo el rato, o haciendo bromas y puedes pensar que soy alocada porque soy espontánea y extrovertida, y doy una imagen que probablemente no es la real. Pero sí que es verdad que me tiran los valores, me han educado muy religiosamente, con una serie de condiciones que me han hecho no tirar la toalla aunque haya podido sentirme tentada. Creo en la pareja convencional, y aunque nos llevemos muchos años, que llega un momento que se nota, el perfil de mi marido es el de una persona con un espíritu joven. Yo veo a maridos de mis amigas del colegio que se han casado con hombres de nuestra edad y parecen mayores que él.
¿Cuándo das el paso y empiezas a trabajar?
Cuando tengo al tercer niño, Álvaro. En algunas de mis temporadas en Puertollano había hecho mis pinitos en Repsol Petróleo. Había estado allí en el área de ingeniería haciendo manuales de formación y formando. Cuando el tercero ya va a la guarde, y tengo esa faceta de madre súper desarrollada, es cuando decido empezar a trabajar aunque a mi marido no le haga ninguna gracia. De mis hijos he disfrutado mucho, además siempre con la ayuda de una interna porque aquí estaba sola. Pero ya necesitaba algo más. Así que sin ayuda de nadie me busqué unas prácticas. Mi padre siempre me ha inculcado que tenía que llegar por mis propios medios, así que no tiré ni de conocidos ni de contactos. Me busqué la vida y conseguí unas prácticas en un partido político en Torre del Mar en el terreno del turismo. Allí aprendí muchísimo. Hay gente a la que le horroriza trabajar con políticos pero por mi experiencia cuando he trabajado con partidos, ya sean del signo que sean, siempre he aprendido mucho.
En aquel momento estaba como de jefe de turismo en Torre del Mar Paco Villalobos, primo hermano de Celia Villalobos, un señor encantador, muy mayor, a punto de jubilarse. Y allí llegué yo con todas mis ideas innovadoras turísticas con las que estaba muy ilusionada y que aceptaron muy bien.
¿Estuviste mucho tiempo?
Lo que duraban las prácticas, porque de ahí me fui para Sayalonga donde empezamos a promover los nísperos y la ruta Mudejar del sol y del vino. Es entonces cuando me fichan en un proyecto que hace la Junta de Andalucía con Medio Ambiente y turismo en el área de los parques naturales de Sierra Tejeda, Almijara y Alhama, y ahí es cuando despego y creo mi propia empresa. Me llevan a la Mancomunidad de Municipios donde ya empezamos a hacer el plan estratégico y me doy cuenta de que me encanta lo que estoy haciendo y que quiero seguir en eso.
¿Todo relacionado con el turismo?
Sí, el turismo y la empresa. Es donde me muevo y para lo que me muevo realmente. Con ese proyecto de la Mancomunidad me doy cuenta que quiero hacer muchas cosas más y que no quiero estar solamente vinculada a algún ente público. Así que ya con mi empresa comienzo con lo que son planes estratégicos de turismo y formación en el área del sector turístico y emprendedor. O sea, cualquier emprendedor que quiera hacer un plan de negocios se le dirige, se le conduce, se le mentoriza para que lo lleve con éxito. En ese momento me homologan en la Escuela de Organización Industrial y empiezo a colaborar bastante con ellos ya sea en Málaga, Granada o Cádiz pero también en La Mancha.
¿Qué hacéis concretamente en la empresa?
En la empresa nos estamos dando cuenta de la importancia que tiene el factor humano en todo el desarrollo estratégico, turístico o empresarial. Ahora estamos viendo muy bien qué perfil tiene que tener la persona que se dedica al sector turístico, y cómo podemos potenciar todo ese perfil en positivo. Es decir, vamos a trabajar las habilidades, las competencias que cada persona tiene, para desarrollar mejor esas estrategias turísticas. ¿Qué estamos haciendo? Nos estamos basando en una metodología donde vemos la capacidad que tenemos cada uno de nosotros en salir de nuestra zona de confort para innovar. Porque la innovación en el sector turístico es clave para crear esas experiencias de las que hablamos. Por eso es ahora mismo muy importante, y como elemento diferenciador, el evaluar a las personas que tenemos delante. Es decir, yo tengo mi equipo, lo siento, lo evalúo y saco lo mejor de él, mediante una metodología aplicada. A ver si llegamos a tener claro esos pasos para innovar, porque hablamos de innovar pero en general las empresas están muy perdidas en cómo debe ser el proceso para conseguirlo, y hay que empezar por las personas que forman la empresa.
¿Quién es tu cliente?
Mi cliente mayoritario hasta el momento es el ente público. Nos estamos acercando al sector privado, vamos a seleccionar para desarrollar este proyecto a cadenas hoteleras fuertes, estamos en conversaciones con ellos y vamos a ver cómo podemos evaluar a las personas que ya están trabajando dentro. Esto es un proyecto piloto que creo que va a tener mucha trayectoria. Estamos en la UMA, en la Universidad de Málaga, en Turismo. Yo vengo participando en el máster de habilidades directivas desde hace bastante tiempo. De ahí toda esta gama de cosas nuevas, porque es imprescindible que los chicos que están estudiando ya vayan captando y moldeando el perfil que realmente luego nos va a demandar el mercado.
Cuando hablamos de sostenibilidad o de calidad, pues ya se hacen planes de calidad o planes de sostenibilidad, ¿pero la innovación…? Hablamos de innovación, pero no nos hemos sentado y hemos creado un plan de innovación a todos los hoteleros, le vamos a dar esta metodología.
¿Qué te vincula a estos espacios de coworking como en el que estamos?
Estos son espacios para emprendedores, donde ayuntamientos y escuelas de humanización industrial hacen un convenio para desarrollar estas ideas emprendedoras. Aquí soy mentora residente, que es la persona que coordina, lleva y dirige el espacio. En este caso tenemos veinte proyectos, tenemos mentores propiamente dicho, mentores de proyecto, que se les llama, y mentores especialistas. Aquí están cinco meses desarrollando todas sus ideas, yo les dirijo y coordino. Después tienen su mentor con el que hacen su plan de negocio, se le visualiza, se le analiza y se le van poniendo mentores especialistas dependiendo de las necesidades de cada negocio. Llego aquí gracias a mi vinculación con la Escuela de Organización Industrial.
¿Y cómo es tu incorporación de ser mami cuidadora de tres niños, señora de tu casa, a de repente empezar a meterte en todo esto?
Vamos a ver, me considero una persona muy dinámica. No sé si decirte hiperactiva, pero sí muy dinámica. Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, porque yo soy muy mami, aquí donde me ves me encanta estar con mis hijos, me encanta disfrutar de ellos. Tengo una adolescente a la que tienes que dedicarle tiempo, pero también tengo tanta ilusión, estoy tan motivada con las cosas que hago, que he intentado gestionar mi tiempo para que ambas cosas estén en equilibrio. Lo que pasa es que soy demasiado creativa. Es verdad que me he metido en demasiadas cosas y a veces me supera, me siento cansada, que no llego a todo. No doy abasto, pero no me ha ido mal, no lo llevo mal y tampoco lo llevaba mal cuando era una señora de mi casa, porque he disfrutado mucho de mis hijos. En aquello etapa seguí formándome, hice el CAP en la Universidad de Málaga. Ser «maruja” como yo era es bonito, es divertido, pero porque yo ocupaba mi tiempo, no me aburría en ningún momento. Yo que conozco las dos cosas creo que lo ideal es algo intermedio entre la faceta de madre entregada y trabajadora. Aunque es verdad que ahora con lo ilusionada que estoy y el entusiasmo que tengo con la empresa le dedique mucho más tiempo. Supongo que cuando se establezca un poco y hagamos lo que queremos hacer todo estará más equilibrado.
¿Y tu marido cómo lo ha afrontado?
Fatal, de hecho hemos tenido una época complicada. Mi trabajo ahora me requiere muchas horas, ir a eventos y presentaciones a la hora a la que se supone que debería haber terminado mi jornada. Entonces eso lo lleva mal. Además, es verdad que como te he dicho antes, tengo claro quién soy yo, pero a lo mejor esa manera de ser tan abierta, tan simpática, da lugar a equívocos. Yo soy muy natural, muy parlanchina, muy alegre y creo que tengo que empezar a gestionar mi naturalidad, porque hay gente que la malinterpreta.
¿A qué te refieres concretamente?
Que conduce a errores, pero a errores muy ridículos en algunas ocasiones, pero también estoy aprendiendo mucho de eso. Es que en este mundito aprendes mucho sobre todo de las personas. Cuando empezábamos la conversación te hablaba de las etiquetas que le habían puesto a mi marido por ser 20 años mayor y dedicarse a la noche. Al final yo tengo ahora una hija, y a mí no me gustaría que se casara con un señor que le sacara veinte años, pero a lo mejor tampoco me gustaría que se casara con uno de su edad o un poquito mayor que fuera una persona sin valores. Todo es estudiable y valorable y es lo que tenemos que hacer y no juzgar tanto desde el principio.
María, estás a punto de sacar un libro al mercado. Me gustaría que me hablases de él.
Después de estar dando vueltas por Málaga y por La Mancha con el tema de los emprendedores me doy cuenta de que me encanta ayudarles y me involucro mucho con ellos. Así que decido formarme para poder ayudarles más y hago un máster de Coach. Para poder terminar el máster tenía que hacer obligatoriamente unas sesiones de coach y me centré en las mujeres. Soy mujer y madre y además vivo en la Axarquía, donde hay pueblos muy pequeñitos con mujeres que probablemente no estén tan metidas en el mundo laboral y en La Mancha nos pasa exactamente lo mismo. Entonces me di cuenta de que tienen unas necesidades específicas y decido escribir el libro. Lo hago junto a una compañera manchega, Esther.
Ahora estamos hablando de corresponsabilidad, del maltrato, de cómo tenemos que gestionar todo lo que la mujer lleva consigo. Es un libro que va dirigido a la mujer, a ayudar a la mujer y a decirle que ella puede. Dentro de nosotras siempre hay algo, aunque tengamos al lado una pareja que nos diga que para qué vamos a trabajar. Cuando tienes al lado una persona así, o los mismos condicionamientos sociales con los que viven muchas mujeres, necesitas alguien que te recuerde que el ánimo, el entusiasmo, la capacidad y la autosuficiencia empiezan por creerte lo tú que vales, que no te puedes quedar relegada, reprimida, frustrada, triste y deprimida. Entonces, nos dedicamos a la mujer, a sacar lo mejor de ella y cada cuál con lo que tenga y con sus capacidades. Espero que en un mes y medio más o menos esté ya en la calle.
Hay muchas mujeres que por las circunstancias que sea se dedican a cuidar a sus hijos y cuando quieren volver a trabajar lo tienen muy complicado. ¿Es el auto-empleo la solución para esas mujeres?
Yo creo que por desgracia es así. Y digo por desgracia porque no todo el mundo quiere ser empresario, no tienen ese impulso. Lo veo a menudo. Personas que se dirigen al auto-empleo porque no ven otra salida.
Yo lo pienso muchas veces, yo animo a la gente a emprender pero las circunstancias de cada persona son diferentes. No es lo mismo que tú no tengas necesidad para comer, porque en cierto modo eso lo tienes cubierto y te pongas a emprender, que puede ser mi caso, a una persona que lo hace por estricta necesidad. Dime qué entusiasmo puede tener esa señora que no tiene ni un duro y que tiene tres hijos, por mucho que yo le diga «motívate»; es muy complicado. Porque lo que necesita es darle a sus hijos de comer. Por eso creo que hay que adaptarse a las situaciones de cada persona. ¿Y sabes las que me gustan más?, las que están casi en el límite de la exclusión social porque con ellas hay que trabajar más y hay que depositar muchas más energías, pero la recompensa es mucho mayor. De hecho estamos trabajando con tres personas en Castilla La Mancha que como eso salga, para mí va a ser conseguir dos puntos más de felicidad.
¿Cómo es el emprendedor con el que tratáis ahora?
Pues, generalmente no está muy entusiasmado porque como he dicho, emprende porque no le queda otra. Muchos lo hacen por necesidad, no vienen motivados, tienen problemas en algunos casos económicos, eso al final afecta. Podemos darles una inyección de motivación muy grande pero si les falta ese espíritu emprendedor, ese toque de valentía, o de locura, es muy complicado. Yo he vivido ese espíritu emprendedor en mi familia, desde mis abuelos, y lo que suelo ver en las personas que acuden a estos programas para emprendedores es necesidad.
Cuando hablas con un emprendedor no sabes lo duro que es que se te ponga a llorar, que te traiga la idea, y que le mires a la cara, y que lo único que necesita realmente es una salida para una situación muy dura. A lo mejor lo que necesitan esas personas no es emprender, si no un trabajo por cuenta ajena que les permita en ese momento salir adelante. Hay grandes titulados universitarios que no tienen nada. Es muy penoso. Por eso también hice el máster de coach, para poder ayudarles un poco más, para tener herramientas con las que poder guiarles.
María, en el caso de la gente que verdaderamente tiene ese espíritu empresarial, ¿Qué diferencia hay generalmente entre una persona que empieza buscando una mentorización para montar su proyecto empresarial a una persona que empieza en solitario?, ¿Recomendarías a todo el mundo que fuese a emprender que se metiese en un proceso tutorizado?
Yo sí. Y digo sí objetivamente y no es porque yo este involucrada con nada de esto. Ojalá en mis tiempos yo hubiera tenido esto gratuitamente para asesorarme y reconducirme a lo que quería. Aquí empiezan proyectos que no tienen ni pies ni cabezas, si tú tienes una persona externa, fuera de tu idea, fuera de todo, que te va pautando, guiando y dándole forma a la idea es distinto. Tú puedes tener la idea pero nosotros le ponemos los cimientos para que la puedas desarrollar y funcione. ¿Qué necesitas? Pues no te preocupes que te voy a traer un abogado para que legalmente lo lleves controlado. Y a nivel de marketing te voy a traer un chico que te va a hacer una página. Y así con todo. Es que es reconducir y llevar de la mano un proyecto que tiene de esta manera muchas más posibilidades de éxito que de la otra manera. A pesar de que quien es emprendedor, es emprendedor, pero si esas habilidades se conducen, puede salir un crack.
También hay ideas que no tienen sentido, que son surrealistas. Entonces también te toca mostrarles la realidad y ajustar la idea a lo que realmente se puede hacer. Por eso creo que lo que hacemos aquí es vital.
María seguirá guiando a «sus emprendedores» como ella les llama, ayudándoles a encontrar su camino, como ella lo encontró.
Fotografía: Lorenzo Carnero
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Transcripción de audio a texto realizada por Atexto.com.