Encontrar a alguien que te hable de energía, conciencia y espiritualidad desde que se presenta no es algo que ocurra todos los días. La vida me permitió conocer a Elena Moradell en una de esas situaciones que no llamo casualidad: coincidimos en la playa paseando a los perros. Sin saber muy bien por qué, le pregunté a qué se dedicaba y su respuesta fue tan directa como intrigante: “Me dedico a la energía”. Ahí se encendió mi curiosidad y, gracias a sus redes y su web, esa primera conversación me llevó a descubrir el universo interior de Elena, hoy protagonista de esta entrevista.
*Entrevista en video al final del texto.
De Madrid a Benalmádena: un cambio guiado por la intuición
Elena viene de Madrid y vive en Benalmádena, siguiendo una intuición que la llevó a cambiar de vida y de ciudad. “Fue como una intuición. Es el momento ahora de moverse y me trajo aquí”, cuenta. Esa intuición, acompañada de la libertad de un trabajo que no requiere una oficina física, le permitió instalarse en la Costa del Sol, desde impulsa el Instituto de Energía Vital. Desde ahí acompaña a personas en sus procesos vitales y de autoconocimiento, ayudando a otros a reconectar con su propia energía y, como ella dice, “acceder a todo tu universo infinito”.
Uno de los aspectos más inspiradores de su historia es cómo la adversidad y la búsqueda interior la llevaron a su misión actual. Elena relata: “Cuando era pequeña, mi papá falleció y ahí algo se rompió. Más tarde, gracias a las constelaciones familiares, fue cuando pude atravesar ese dolor y recordar la magia que sentía de niña”. No es solo un proceso teórico: su camino ha pasado por el dolor, la negación y la resistencia hasta abrazar la integración y la aceptación. “Siento que la vida siempre nos está cuidando, siempre nos está guiando. Lo que pasa es que a veces no escuchamos”.
El trabajo con la energía: respeto, conciencia y autenticidad
Su visión del acompañamiento energético es profunda. Deja claro que no se puede trivializar el trabajo con la energía ni el proceso de facilitación: “No se puede jugar con la energía ni con los procesos del alma. Hay que tratarlo con mucho respeto, como entrar con los pies descalzos, con un acto de reverencia”. Para ella, el crecimiento espiritual es un proceso continuo, con sus propias etapas y ciclos, y subraya la importancia de la comunidad: “Nunca estamos solos, siempre se puede hacer una llamada, respirar con alguien. Cuando una persona se permite sentir, no lo está permitiendo solo por ella, sino por todos”.
A lo largo de la entrevista, Elena va desgranando conceptos que suelen estar presentes en sus talleres y formaciones: el respeto al ritmo individual, la integración del ego, la honestidad radical y la rendición como aceptación profunda. “Aceptar y amar todo tal y como es y a todos tal y como son. Que no es conformismo. Es rendición. Cuando aparece esa aceptación, ya puedes empezar a avanzar y trascender al amor”.
Vivir la espiritualidad en lo cotidiano
Una de las ideas que más resuena en su discurso es la de la espiritualidad práctica y aplicada a la vida cotidiana. “A mí siempre me decían que vivía en los mundos de Yupi. Y ahora les digo que sí, que tenían razón, porque realmente sí que podemos vivir en la magia y ser los creadores de nuestra vida. La realidad depende del nivel de conciencia desde el que vives”. Y añade: “Todos somos espirituales, absolutamente todos. Incluso quien no se lo cree, también lo es”.
En su día a día, Elena reconoce la importancia de agradecer, de escuchar lo que necesita en cada momento, y de disfrutar de una vida sencilla, auténtica, que responde a los sueños de su infancia. “La vida que estoy viviendo ahora es como la vida de los sueños de Elenita, de cuando era pequeña, de vivir a mi manera y estar al servicio”.
El Instituto de Energía Vital que dirige va mucho más allá de una formación técnica. Se trata de una comunidad que acompaña procesos profundos y donde la energía se vive como un campo de transformación colectiva. Tanto en sesiones individuales como grupales, Elena transmite la importancia de la honestidad y la autoindagación. “Honestidad radical y entrar dentro a sanar el subconsciente, porque nos creemos que no somos abundantes, pero entonces me lo estoy creyendo. Si te lo crees, es real, pero no lo es en el fondo”.
Si tuviera que destacar una clave en la propuesta de Elena Moradell, sería su invitación constante a vivir el proceso desde la autenticidad y la confianza: “Donde está la resistencia es el camino. Acepto que no acepto, y así se empieza a disolver”.
Te invito a ver la entrevista completa en vídeo, dejarte inspirar por su historia y descubrir por qué, a veces, la verdadera magia consiste en aprender a rendirse, vivir desde el ser y volver al origen.
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