Carolina López

Me cita en un McDonald’s, temprano. En el primero que abrió en Málaga, hace ya 25 años, y de los primeros en España. En el de Los Patios. Aún está cerrado. Carolina López es Doctora en Pedagogía, madre de dos hijos, esposa y empresaria. Muy empresaria. Adora lo que hace y lo que vende. Cree en su producto y eso se transmite. Cree en las personas que forman parte de su equipo. Sabe lo que es ponerse detrás de un mostrador y enfrentarse a una bulla. Sabe lo que es meterse en la cocina y no dejar nada al azar. Y sabe lo importante que es para unos padres la alimentación de sus hijos. Por eso se le llena de boca al decir que todo lo que ofrecen está hecho con materias primas de primera calidad.

Se siente malagueña, aun siendo sevillana y habiendo vivido en Madrid. Reconoce a Málaga como su ciudad. Abre en breve su quinto establecimiento en la provincia, concretamente en Torremolinos, y en estos años ha llegado a gestionar ocho restaurantes.
Asegura que su formación en pedagogía le ha servido para su negocio. Y es que uno de los pilares sobre los que se sostiene es en el servicio y por tanto, en el desarrollo de las personas que lo prestan. Actualmente cuenta con 170 empleados. A estos habrá que sumar los del nuevo restaurante. Que cada uno de ellas se sienta parte de la empresa y cuente con la formación necesaria para ello es fundamental.

Desde que empezaste hasta ahora, ¿ha cambiado mucho la forma de ser de los trabajadores? O sea, ¿las generaciones más jóvenes son distintas a la hora de trabajar?

No sabría qué decirte. Cuando llegamos a Málaga y me hice cargo de este restaurante en Los Patios y el de la Plaza de la Marina, estaban los dos funcionando. La plantilla ya estaba seleccionada. En ese momento, es verdad que sí que había personal más joven, pero han continuado conmigo, todos mis trabajadores son fijos. La edad media de mi plantilla es de treinta y cinco años más o menos.

Lo que me estás preguntando sobre el joven que empieza a trabajar con veinte años pues no lo sé realmente. Ahora, por ejemplo, vamos a contratar a unas treinta personas para el nuevo McDonald’s de Torremolinos; y sinceramente, no son tan jóvenes, creo que la media puede estar entre veinticinco y treinta años. Estamos haciendo esa contratación con un programa de Cruz Roja que facilita la preparación y la formación de personas que están desempleadas y que tienen unas características especiales. Muchas de ellas tienen cargas familiares y necesitan sacar adelante a su familia.

Carolina, en estos años ha habido diferentes ataques contra el tipo de comida que ofrecéis aquí. ¿Cómo has vivido esos momentos?

Creo que ha habido un gran desconocimiento sobre la forma de alimentarnos y la nutrición. Actualmente se habla muchísimo más de todo eso y también la gente está más preparada. Hace veinticinco años nos importaba mucho menos qué es lo que comíamos, cómo lo hacíamos y cómo nos cuidábamos. Sin embargo, actualmente, y afortunadamente, la gente es mucho más consciente de todo esto.

Sinceramente, McDonald’s siempre lo que ha intentado es innovar en todos los sentidos, pero hay una cosa que nunca ha cambiado; nunca, desde que yo empecé, se ha cambiado la alta calidad de los productos, y la calidad de la carne. McDonald’s lo que trabaja es con carne cien por cien de ternera. Y eso el consumidor lo sabe y lo valora. Al igual que valora el esfuerzo que hacemos por tener una gran variedad de productos que te permiten elegir según el momento. Tenemos ensaladas, como en cualquier restaurante, tenemos carne de ternera, como en cualquier restaurante, tenemos pescado, como en cualquier restaurante y por supuesto nuestras patatas fritas. La opción de qué come, cuándo lo come y de qué manera, eso ya entra dentro de la libertad de cada uno para hacerlo.

¿Cómo pasas de Doctora en Pedagogía a franquiciada de McDonald’s?

Aunque pudiese parecerlo te aseguro que no fue como tirarse de un trapecio, en absoluto. Lógicamente hay una evolución. Yo trabajaba en una editorial muy conocida en España, y me dedicaba fundamentalmente a hacer formación de profesorado. En ese tiempo hice colaboraciones con el Ministerio de Educación, con la Universidad y con otras empresas e instituciones educativas. Mi marido sí ha sido empresario desde siempre y de alguna manera empezamos a reconducir esa actividad hacia la empresa.

En aquel momento la editorial Anaya, desde su Fundación, empezó a hacer algo muy innovador para la época; trabajar sobre la formación dentro de la empresa. Era más o menos el año ochenta y nueve. Por aquel entonces nadie se planteaba hacer algo así, y sin embargo, empecé a trabajar en ese ámbito y lógicamente, esto me llevó a interesarme mucho más por el mundo empresarial. Desafortunadamente, y mientras las cosas no cambien, en España se le dedica poca atención a la educación, y como se le dedica poca atención, pues se destinan pocos fondos.
De alguna manera todo aquello me llevó a pensar que prefería dirigir una empresa a un establecimiento educativo, por decirlo de alguna manera.

¿Cómo recuerdas aquellos primeros años en McDonald’s? Supongo que al ser la novedad sería un «boom”.

Con muchísima ilusión. Cuando yo llegué ya se conocía algo la marca, pero muy poco. Este donde estamos, el de Los Patios, se abrió muy al comienzo de McDonald’s en España. Entonces era «esa hamburguesería”. Mucha gente pensaba que era una cosa de moda. No entendían cómo me había venido de Madrid con toda mi familia para apostar por un negocio que era seguramente una moda pasajera. Afortunadamente no ha sido así. Yo estaba convencida de que no lo sería.

Los malagueños son extremadamente amables, y además es gente muy abierta de mente, con lo cual está muy abierta a todo lo nuevo que venga. Me sentí muy acogida en Málaga por su gente, por sus empresas, por los compañeros que iba conociendo en el mundo empresarial. Tengo que decir que todo fueron facilidades. No lo recuerdo en absoluto como nada duro o heroico. En absoluto. Creo que esta población se ha portado siempre muy bien con nosotros.

Y seguimos manteniendo clientes desde entonces. Clientes que de alguna forma se han convertido en amigos. Los he conocido como venían con los uniformes del colegio -las chicas y ellos- y como empezaban sus relaciones. Los he visto crecer, los he visto cuando se han casado y finalmente nos traen a sus hijos y hacen la fiesta de cumpleaños aquí con nosotros. Eso es maravilloso.

 

¿Te ha gustado estar en los restaurantes más allá de gestionarlos desde una oficina?

Muchísimo más. Siempre he estado muy dentro del restaurante; además era muy normal que me pudieras encontrar en la caja, atendiendo a los clientes o en el salón, como hoy en día, vamos. Sin ningún problema.

Si tú marido es el que siempre ha estado relacionado con el mundo empresarial, ¿cómo es que fuiste tú la que tomaste las riendas de McDonald’s?

Fundamentalmente porque hay que dedicarse un año completo y por entero a hacer una formación para McDonald’s. Entonces, como en todas las casas, hay que tomar decisiones. La nuestra fue cuál de los dos dejaba su trabajo y sus ingresos para dedicarse un año al completo a hacer la formación. Esa fue una decisión importante, y fui yo quien dejé mi profesión para dedicarme a esto.

En todos estos años, ¿habéis tomado las decisiones conjuntamente o has llevado tú la voz cantante? 

(Se ríe y bromea) Bueno, yo canto muy mal, así que voz cantante poco… Trabajamos los dos en este mundo. Él siempre me ha hecho el asesoramiento fiscal, laboral y contable. Lo ha llevado él, con lo cual, está estrechamente relacionado y ligado con las decisiones que se toman en la empresa, pero la decisión de lo que se hace en el restaurante las tomo yo. Ya te digo, trabajamos conjuntamente. Nos ayudamos muchísimo. Pero yo soy la que tiene más información sobre el mundo de McDonald’s. Y para tomar una decisión hay que tener información y formación. Soy yo la que he estado más implicada en la evolución y la innovación de la marca y por tanto quien la ha desarrollado. Pero siempre con su asesoramiento.

Carolina, cuando una pareja trabaja en un mismo proyecto, hay una pregunta ineludible. ¿Conseguís desconectar en casa?

Depende del momento… Está muy claro que los dos empujamos en el mismo sentido. Mi marido tiene una forma de ser completamente diferente a la mía, con lo cual, nos complementamos muy bien. Para nada vemos las cosas de la misma manera, pero también es verdad que él me quiere con locura. No es que yo no lo quiera a él, pero él además lo dice todos los días. Y la verdad es que eso sí que es muy importante para mí. Nos respetamos y confiamos el uno en el otro, eso es lo básico para caminar por la misma senda.

También es cierto que no todas las decisiones que hemos tomado han sido las más adecuadas, pero no por eso nos lo reprochamos. Creo que en cada momento hay que ser consciente de lo que se tiene y cuando se toma una decisión que es tan meditada, pensada, estudiada, estructurada… Pues lógicamente, después hay que apechugar con lo que viene, y si te has equivocado, hay que rectificar, pero nada más. No nos vamos a reprochar eso.

Carolina, y tus hijos, ¿han querido entrar en la empresa o han querido volar cada uno por su cuenta?

Mi hija ha trabajado en McDonald’s -la mayor- y tiene muchísimo interés por el negocio. El pequeño no tanto, se dedica a otro mundo completamente diferente. Pero cada uno de ellos tiene su vena empresarial, -digamos- y cada uno de ellos tiene su proyecto empresarial en estos momentos. Por supuesto que mi hija fue la que más interés tuvo y la que dijo: «Mami, me gustaría dedicarme a ese mundo también”. Pero yo siempre he pensado que primero tiene que tener una experiencia fuera de McDonald’s para que cuando entre en este mundo tenga algo más que aportar, no solamente una formación buenísima. Creo que es imprescindible traer también una experiencia profesional diferente  porque es la mejor forma -bajo mi punto de vista- de aportar cosas nuevas, de traer un bagaje y desarrollar su impronta.

 

¿En qué momento llega la Fundación McDonald’s a vuestras vidas?

Muy pronto. Antes incluso de comenzar a pedir ni siquiera la información a McDonald’s para ver si este negocio era de nuestro interés, mi marido me regalo un libro que se llama «McDonald’s, la empresa que cambio la forma de hacer negocios en el mundo”. Yo estaba embarazada de mi hijo pequeño y me había tomado unos días libres. Me bebí aquel libro. En él ya se hablaba de la Fundación Infantil Ronald McDonald’s, que empezó en Estados Unidos. Así que cuando entré en la empresa, ya tenía eso en mente.
La Fundación nace en cada país de la mano de sus franquiciados, así que hasta que no fuimos suficientes como para poder mantenerla no llegó a España. Si no recuerdo mal fue en mil novecientos noventa y siete. Afortunadamente, y por ese cariño que  siempre mostré por la Fundación y por la labor que se hace, el presidente de McDonald’s España me dio la oportunidad de ser patrono fundacional. Estoy muy orgullosa de eso. Siempre he trabajado por su causa. Primero con mucho esfuerzo para tener los recursos necesarios para abrir la primera casa Ronald McDonald’s en el año dos mil en Barcelona, y después con un orgullo enorme y una gran satisfacción personal por haber conseguido que la segunda casa en España fuese aquí en Málaga.

¿Hay algún vínculo especial entre las franquiciadas?

Nunca me he sentido diferente por ser mujer dentro de la compañía. No hay ningún tipo de amistad especial por ser mujer, en lo absoluto. Ni siquiera nos sentamos juntas cuando vamos a las asambleas.

Cada una tiene sus amistades y lógicamente, me llevo muy bien con todas ellas y nos entendemos muy bien, pero tampoco tengo una relación especial y diferente a la que pueda tener con mis compañeros franquiciados.

¿Cuál es el momento que más te gusta, cuándo está funcionando, cuando se proyecta o cuando arranca un nuevo McDonald’s?

Pues mira, es que el disfrute es diferente. No te puedo decir que este momento es más interesante que aquel o que el otro. El proceso de creación es súper interesante, me apasiona, de verdad te lo digo. Me da una fuerza tremenda. Por ejemplo, ese momento en el que nos encontramos con el restaurante de Torremolinos en el que tienes la oportunidad de ofrecer treinta puestos de trabajo con el paro que hay…Eso da un subidón grandísimo.

Y sinceramente, el agradecimiento que siente la gente a la que contratas…Y la más agradecida eres tú porque vas a contar con esa gente que en definitiva se van a convertir en tus pies, tus manos, tu cabeza, tu cara, tu sonrisa a la hora de atender en un restaurante. Yo me siento muy agradecida con todos mis empleados. Además, me gusta darles las gracias, ellos lo saben.
El momento de la creación de cualquier negocio, de cualquier cosa, de cualquier proyecto, para mí es de los más bonitos. Sobre todo, a mí me gusta mucho la estructura. Soy una persona muy estructurada. Entonces, me encanta crear. Me encanta crear esa estructura que es la base para que todo funcione. Me encanta la parte de la formación, la importancia que le das a cada uno de los puestos que hay dentro del restaurante, pero también cuáles son los servicios que vamos a contratar. Hay mucho empleo indirecto dentro de McDonald’s.

Pero también es súper bonito cuando vas viendo la evolución del negocio y el crecimiento del restaurante. Estar en un McDonald´s como este que cumple treinta años en agosto y comprobar que es un sitio más bonito, más luminoso, más actual, con una maquinaria puesta a punto, con una gente fantástica que lleva prácticamente esos treinta años trabajando con nosotros, ¿te puedes imaginar? Treinta años trabajando en McDonald’s…

¿Somos hombres y mujeres- generalizando- distintos a la hora de desempeñar nuestro puesto de trabajo?

Somos distintas trabajando, por supuesto que sí, pero yo les exijo lo mismo, a las mujeres y a los hombres. Y lo primero que les exijo es un compromiso; nuestro compromiso es la atención al cliente y es que ese cliente se sienta satisfecho con lo que nosotros le damos. Cuando tú vienes a gastar tu dinerito -sea poco o sea mucho- quieres tener un valor añadido por ese dinero que tú das y ese valor está, por supuesto, en la comida que ofrecemos, en la calidad de esa comida, en el sabor de esa comida, pero también en la atención y en el servicio que le prestamos. Tiene tanto valor el que limpia y prepara el establecimiento para cuando se abra al público como el gerente a la hora de hacerse responsable de todo el restaurante y en ese compromiso, yo creo que es igual, hombres y mujeres. Nosotras solemos ser más detallistas, pero por eso intentamos formar también a nuestros empleados hombres a que estén en los detalles.

Una pregunta y si quieres no me la contestes. ¿Has comulgado siempre con McDonald’s, con las decisiones que se han tomado desde la compañía? Porque cuando una es franquiciada hay veces que a lo mejor tiene que acatar unas decisiones impuestas con las que no se está de acuerdo…

Estoy encantada en que me hagas esa pregunta. Primero, yo confío plenamente en las decisiones de McDonald’s. No es una persona la que decide, hay muchos departamentos que entran a la hora de tomar una decisión. Cada vez que se lanza un producto, una nueva hamburguesa, o una nueva forma de trabajar o una maquinaria que haya que incorporar al restaurante siempre confío plenamente en ellos. Te lo digo aquí y lo diré alto, altísimo. Y sinceramente, si no fuera así, ya me hubiera marchado. Son muchos años y si no tenemos una relación de confianza con nuestro socio que es McDonald’s yo no estaría aquí, porque soy una persona con mucho empuje y con muchas ganas y si no estuviese de acuerdo hubiese chocado y no podría seguir con ellos.

Tengo el orgullo de decirte que Mc Donald’s sigue confiando en nosotros porque vamos a abrir un nuevo restaurante, lo que supone un compromiso de veinte años. Es cierto que hay veces que no estoy de acuerdo con algunas decisiones, pero nosotros formamos una cooperativa entre franquiciados y McDonald’s Corporación para tomar las más importantes. Te aseguro que siempre que he tenido un punto de vista diferente lo he comunicado, porque ellos siempre están dispuestos a escucharnos, porque eso es lo que nos hace avanzar a todos. Hay muchas cosas que se han cambiado por las opiniones de los franquiciados. Te diré que nuestra hamburguesa estrella que es el Big Mac es obra de un franquiciado. Tenemos un representante de los franquiciados que participa, junto con McDonald’s y con el resto de franquiciados del mundo, en una plataforma que estudia los procedimientos que hacemos en cocina y todos los materiales que se utilizan; desde el salero hasta la freidora o la plancha. Y tenemos la capacidad de elevar hasta esa plataforma todas nuestras opiniones.

¿Cuál es tu menú favorito?

Me encanta la carne que está preparada de la forma más mediterránea, con lechuga, tomate y mayonesa y ese es el Royal Deluxe. De todas formas, es también cierto que todos los clientes tienen la oportunidad de elegir la hamburguesa como ellos quieran. Pueden quitar cualquiera de los elementos que tenga, cualquiera de los productos que lleva y añadirle el producto que desee.

Carolina López es una mujer de esas a las que gusta escuchar su visión sobre el mundo empresarial, sobre la forma de gestionar equipos. Siente pasión por su proyecto, por su trabajo y lo transmite con sus palabras, y con los hechos.

Fotografía: Lorenzo Carnero

 

Carolina López Franquiciada y Gerente en McDonald's Twitter      Facebook      Instagram      YouTube      Google+