La cadena hotelera Well & Come, de origen barcelonés y espíritu familiar, ha elegido Málaga para abrir su segundo hotel en España. El nuevo establecimiento, situado en la calle Madre de Dios 19, en pleno corazón del centro histórico, se presenta como una propuesta que va más allá del alojamiento: busca integrarse en la vida de la ciudad ofreciendo espacios abiertos al público local y una experiencia estética y sensorial única.
Con 49 habitaciones, spa, zona wellness, piscina en la azotea, parking propio y una terraza abierta tanto a huéspedes como a malagueños, este hotel de cuatro estrellas quiere convertirse en punto de encuentro para quienes buscan un ambiente relajado y cuidado. La terraza, que abre todos los días de 19:00 a 23:30 h, ofrece una carta de cócteles, buena música y vistas al cielo malagueño, pensada para las tardes y noches estivales.
Un proyecto con vocación local
“Queremos que este hotel no sea solo para quienes visitan Málaga, sino también para quienes la viven”, afirman desde la propiedad. Una declaración de intenciones que se materializa en una terraza diseñada como un lugar de encuentro, abierto a la ciudadanía, donde el arte y la hospitalidad mediterránea son protagonistas.
Este enfoque fue compartido con el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Málaga, Jacobo Florido, y la directora de Málaga Convention Bureau, Carmen Arjona, durante su visita al hotel. Ambos responsables institucionales conocieron de primera mano este nuevo proyecto acompañado por los miembros de la familia propietaria, así como por el equipo directivo y el arquitecto del edificio.
Arte y diseño con sello familiar
El hotel de Málaga continúa la línea estética del primer establecimiento de la cadena, inaugurado en Barcelona en 2016. La decoración combina materiales nobles, tonos orgánicos y una atmósfera cálida y acogedora, en la que el arte ocupa un lugar central. Las obras que decoran sus paredes han sido creadas por Atachi Daza, madre de los propietarios, cuya visión artística personal aporta carácter y autenticidad al espacio.
Su hija, Lorena García Daza, interiorista y copropietaria de la cadena, es la responsable del diseño interior, que transmite un estilo mediterráneo, elegante y natural. Esta apuesta estética se integra en un modelo de crecimiento que pone el foco en la propiedad y el control de cada proyecto, priorizando la calidad frente a la expansión masiva.
Málaga, epicentro de crecimiento
La elección de Málaga como segunda sede no es casual. La ciudad atraviesa uno de sus momentos más dinámicos a nivel turístico, cultural y económico, consolidándose como uno de los destinos más atractivos del sur de Europa. “Málaga tiene alma, tiene presente y tiene futuro. Por eso la elegimos”, destacan desde Well & Come.
Con esta apertura, la familia García Daza refuerza su modelo de expansión pausado y consciente, basado en construir y gestionar sus propios hoteles. Actualmente estudian nuevos emplazamientos en la provincia de Málaga y en otras ciudades de España y Portugal, con el objetivo de llevar este concepto a destinos con identidad y atractivo cultural.
