Juan mira a su mujer y no sabe ni qué decirle. De su boca solo sale una y otra vez que esto “va a ser su ruina”. Tras quedar en el desempleo en la anterior crisis, y rozando los dos casi los 50, decidieron abrir un pequeño negocio juntos para salir adelante. Tres hijos aún a su cargo, dos que están estudiando en la Universidad y uno que decidió que prefería echarles una mano, a los que tienen que sumar 4 trabajadores en plantilla. Juan y Carmen no se quejan, hasta ahora no les ha ido mal. Les ha dado para salir adelante, sin lujos, y para dar de comer a 4 familias, pero ahora… Ahora todo esto se les hace muy cuesta arriba. ¿Cómo van a poder pagar las nóminas y los seguros sociales a fin de mes si el negocio estará cerrado? No, no tienen la posibilidad de recurrir al teletrabajo. Lo que van a ingresar a partir de este momento, y hasta que acabe todo esto del coronavirus, será 0. A eso hay que sumar el pago a proveedores que por el momento se quedará pendiente.
¿Cómo van a poder pagar las nóminas y los seguros sociales a fin de mes si el negocio estará cerrado?
A eso Carmen y Juan suman la preocupación de pagar los préstamos del banco, los mismos que pidieron para abrir su pequeño establecimiento y para que uno de sus hijos se fuese a estudiar fuera, la hipoteca de la casa y el préstamo de la furgoneta que tuvieron que comprar. A Juan desde hace unos días no le preocupa tanto caer infectado por “el bicho” como caer en la más absolutas de las ruinas económicas.
María tiene una pequeña agencia de comunicación. Aunque desde hace unos años cuenta con una clientela fija a la que le cobra un ‘fee’, lo que de siempre se ha llamado una iguala, el que ya llaman el viernes negro recibió llamadas de la mayoría de ellos cortando la relación laboral. Aún así María sigue teniendo dos personas a su cargo, que aunque podrían teletrabajar, no sabe cómo les va a pagar ya que se ha quedado prácticamente sin clientes a los que no podrá facturar este mes. María solo piensa que después de esta tendrá que reinventarse. No sabe cuánto podrá aguantar.
Casos como los de María, Juan y Carmen, se multiplican hoy en nuestro país. Autónomos y pequeños empresarios que no tienen muy claro cómo se les va a proteger ahora que se ven obligados a cesar su actividad por la crisis del COVID-19. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado medidas como el aplazamiento en los pagos. Pero pagar habrá que pagar. Por eso recurrimos a la abogada Maribel Luna, para que resuelva sus dudas que posiblemente serán las tuyas si estás en la misma situación.
La abogada Maribel Luna responde a nuestras preguntas
Maribel, ¿qué medidas contempla actualmente para estos autónomos y pequeños empresarios?
En primer lugar, tenemos que partir de que estamos ante una situación de fuerza mayor, que según nuestra legislación se define como una circunstancia imprevisible e inevitable que altera las condiciones de una obligación. Tal como indica nuestro Código Civil, fuera de los casos expresamente mencionados en la ley, nadie debe responder de los sucesos que no puedan haberse previsto, o que fueran inevitables aunque se hubieran podido prever.
En nuestro caso, será la Autoridad Laboral quien determine que existe fuerza mayor, punto que ya ha establecido el Real Decreto que ha declarado el estado de alarma.
¿Podrían plantear un ERTE?
Nuestros tres pequeños empresarios podrían iniciar un ERTE dado que se da esa circunstancia de fuerza mayor.
¿Cómo deberían hacerlo? ¿Cuál es el procedimiento?
El procedimiento se inicia mediante solicitud de la empresa dirigida a la Autoridad Laboral, acompañada de los medios de prueba que la justifique. Simultáneamente se comunica a los representantes legales de los trabajadores.
En este caso, como no hay representante de los trabajadores, con estos directamente.
Resuelve la Autoridad Laboral en el plazo de 5 días desde la solicitud y la resolución tiene efecto desde el día que esta se presentó.
¿A qué ayudas se pueden acoger?
Los trabajadores, a la prestación por desempleo en el caso de que tengan derecho a ella; para ello, necesitan haber cotizado al menos 360 días durante los últimos seis años. Además del paro, en aquellas empresas que así lo pacten, la compañía podría abonarles una cantidad más e incluso en ocasiones se puede cobrar el 100% del salario, dependiendo de los convenios.
Por su parte, los empresarios, seguirán con su obligación de pago de seguros sociales y su cuota de autónomos, salvo que el Gobierno en estos días adopte alguna medida al respecto, pues a trabajo cero, ingreso cero, cotización cero.
En el primer paquete de medidas del Gobierno se establecieron ayudas financieras a través de prestamos ICO para los empresarios y autónomos, que pueden ser otra solución cuando esta crisis termine.
¿Qué trabajadores podrían incluirse en esta medida?
Los que el empresario considere oportuno, dado que está en su derecho de aplicar las medidas que considere oportunas para el buen funcionamiento de la empresa.
¿Qué consecuencias puede tener?
La consecuencia inmediata de un ERTE es la suspensión del contrato o su modificación, por reducción de horas de trabajo y salario.
Casos como el de María en el que podrían teletrabajar pero se han quedado sin clientes, ¿podrían acogerse a esta medida?
Sí, porque la fuerza mayor hace que la actividad empresarial se paralice y con ella la entrada de ingresos con el que afrontar los salarios. La cuestión no se centra en que se pueda trabajar desde casa, sino en la fuerza mayor que afecta a la empresa.
¿Puede un cliente que tiene una relación de un fee con un autónomo dar por terminado un contrato en estas circunstancias?
En principio sí, pues estamos hablando de fuerza mayor, pero siempre debemos tener en cuenta el contrato que firmaron ambas partes, y las condiciones del mismo.
¿A quién podrían acudir para gestionar todos estos trámites?
Por supuesto, siempre a su abogado o gestor de confianza.
A través de Change.org se ha lanzado una campaña con la que se busca que el gobierno adopte medidas excepciones para PYMES y autónomos. Te puedes sumar AQUÍ
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