Si hay algo que ha cambiado de forma más que significativa en el mundo de los negocios es la manera de hacer contactos profesionales. Hoy impera lo que se conoce con el término de ‘networking’, una práctica basada en la construcción de relaciones con personas de tu entorno profesional que quieran hacer negocios contigo o con las que puedas hacerlo en un futuro de una forma u otra. ¿Se trata de una moda o estamos realmente ante un nuevo modelo comercial de generar clientes para tu empresa? ¡Intentemos aportar algo de luz!
A pesar de lo que podamos pensar, el networking no es una actividad nueva. En absoluto. El germen de lo que hoy nos parece totalmente revolucionario es algo a lo que estamos mucho más habituados. Como seres humanos que somos, somos ‘animales sociales’, es decir, desde que nacemos siempre estamos rodeados de personas con las que interactuamos, estableciéndose entre nosotros una relación bidireccional. Primero, entre nuestros familiares y, después, en el colegio, en la universidad, en el trabajo… en reuniones, cenas, encuentros empresariales, etc. Seguro que si miráis a vuestro alrededor, descubriréis que formáis parte de un sinfín de grupos con los que, a buen seguro, mantenéis sinergias de interés.
En eso consiste realmente el networking. Lo que se busca con esta herramienta es ampliar nuestra red de contactos profesionales de forma paulatina para conseguir así obtener algún tipo de beneficio para nuestras empresas o para nosotros mismos.
El networking es una habilidad esencial que debemos aprender y sobre la que es importante que trabajemos. Es lo que realmente marca la diferencia entre quienes consiguen buenas oportunidades profesionales y los que nunca lo consiguen. Además, se trata de una cualidad muy valorada en algunos ámbitos profesionales. Sobre todo en las empresas de consultoría, servicio o venta de productos, que entienden que sus trabajadores han de tener cualidades especiales a la hora de conseguir nuevos clientes para la empresa o para reclutar a los mejores candidatos.
Cuando el producto que vendes eres tú mismo
Tradicionalmente se ha creído que hablar de networking era hacerlo de un actividad propia de empresarios, autónomos o freelancers que necesitaban ampliar su red de contactos para conseguir más y mejores clientes. Sin embargo, el networking se ha convertido en una actividad cada vez más importante para todas aquéllas personas que se encuentren inmersas en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales. De hecho, ¿sabíais que el 80% de las ofertas de empleo no se ofertan? ¿Y sabíais que las grandes empresas sólo contratan para cubrir sus vacantes al 1% de los CV que les entran a través de sus portales web? Y es que la mayor parte de los contactos profesionales, sobre todo en el último lustro, se consiguen a través de contactos personales. De ahí que el networking se haya convertido en una herramienta más que eficaz para aquéllos que buscan trabajo en un momento de no pocas dificultades profesionales.
Pero, ¿cómo se hace networking realmente para que resulte beneficioso? Esta herramienta es mucho más que acudir a una reunión empresarial y dar y coger tarjetas. Hay una serie de pasos importantes que hay que dar para poder ir tejiendo poco a poco una red de contactos empresariales a nuestro alrededor que, más pronto que tarde, puedan generarnos negocio.
¿Efectividad a la hora de llevarlo a cabo? Entonces debes seguir una serie de normas de forma ordenada, y no dejar nada a la improvisación. Entre ellas: ¿Tienes claro qué ofrece tu empresa? ¿Y lo que ofreces tú? Sin estas dos respuestas, hacer networking no te servirá de nada.
Debes saber con claridad qué objetivos te empujan a acudir a ese evento o café empresarial. Sólo así podrás orientar todos tus movimientos en el mismo a conseguir lo que desea. Sino, el tiempo que pases conociendo a gente e intercambiando opiniones no te servirá de nada.
No dejes tu presentación a la improvisación. Prepara un breve mensaje con el que presentarte. Decide qué puntos fuertes vas a resaltar.
Lleva tarjetas suficientes. Utiliza el reverso de las que te den para apuntar todos los datos que te interesen de la otra persona. Una vez llegues a casa es bueno que ordenes toda la información en una base de datos. De esta manera, tendrás siempre a mano todos los detalles que pudieras necesitar en cualquier momento.
No te limites a relacionarte durante el evento o reunión con las personas que conozcas o te caigan bien. Debes salir de tu zona de confort; de hecho, es algo fundamental. Si nos rodeamos de las personas con las que más afinidades tenemos en un primer momento, es muy probable que no exploremos nuevos campos de actuación y que no seamos capaces de sacarle todo el provecho a esa nueva red de contactos ante la que nos encontramos.
Una estrategia perfectamente definida
Si deseamos hacer networking de forma eficaz y conseguir resultados positivos, entonces debemos actuar acorde a una estrategia perfectamente trazada. ¿Cómo hacerlo? Cinco son los puntos clave para conseguirlo:
1.- Establece un objetivo profesional de forma clara:
¿Buscas trabajo? ¿Eres autónomo y buscas nuevos proyectos? ¿Diriges el departamento comercial de una empresa y buscas nuevas líneas de negocio? Sin un punto de partida claro es difícil obtener beneficios.
2.- Busca a las personas más adecuadas
El siguiente paso es buscar a las personas que puedan reportarnos algún tipo de beneficio y encontrar la manera de establecer el contacto con ellas. Piensa en tus círculos en los que te mueves; seguro que ahí encuentras algún contacto que te puede beneficiar y en el que no habías reparado antes. Usa todas las herramientas que estén a tu alrededor. Créate un perfil en Linkedin, actualiza tus datos y participa en los foros y debates que surjan.
3.- Aprende las reglas básicas
Debemos saber ponernos en el lugar de la persona que nos escucha y vendernos lo mejor que sepamos. Debes convencerle de que tu empresa es la mejor que va a encontrar el mercado para invertir su dinero o que tú eres el mejor candidato que puede incorporar a su compañía. Sin duda, ¡todo un arte que debes aprender!
4.- Crea tu propia agenda de contactos
La disciplina es fundamental. Cuando se hace networking son muchos los nombres, los teléfonos, los cargos… que caen en nuestras manos. Guardar todas las tarjetas en un cajón pude volverse un auténtico caos cuando tengamos que buscar a alguien que nos interese. Una buena idea es crear bases de datos según los criterios que estimemos conveniente. Lo importante es que sepamos en todo momento dónde tenemos la información almacenada.
5.- La constancia, la clave
Hacer networking no es sólo almacenar contactos y tirar de ellos cuando los necesitemos. Has de procurar establecer contactos periódicos con todos ellos. Una llamada de teléfono, un e-mail, una invitación a un evento… lo importante es que siempre te tengan en mente para cualquier oportunidad que pudiera surgir y en la que tú pudieras encajar.
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