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Las mujeres en los negocios y los retos del Siglo XXI

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Las mujeres en los negocios y los retos del Siglo XXI

Cuando me reuní con Manuel Quintana, director de Barceló Occidental Fuengirola, para proponerle este almuerzo, me sugirió como tema “La mujer en los negocios”. Había pensado en algo más sectorial como hicimos el verano pasado con las mujeres y la automoción. También me habló del nuevo restaurante que la cadena Barceló está abriendo en una selección de hoteles: Arrozante. Y me invitó a que el encuentro lo hiciésemos allí. Hablar de la mujer en el mundo de los negocios, de los retos a los que nos enfrentamos en el siglo XXI, me pareció casi una gesta tal y como se han sucedido los hechos en los últimos años. 

Lo de Arrozante, que intuyo es una unión entre la palabra arroz y bogavante, me sonaba Quijotesco. Será por el famoso Rocinante. ¿Quiero entrar en el tema? ¿Quiero enfrentarme a tratar y escribir sobre las mujeres en el mundo profesional? He de confesar que no sabía muy bien si tenía ante mi molinos o gigantes. Y me sentí así porque en los tres años que llevo al frente de este medio, y tras muchas conversaciones y entrevistas, ni yo misma tengo las ideas claras sobre nuestra realidad actualmente. Sobre qué queremos las mujeres. La mayoría de las veces termino por contradecirme en algunos puntos y os aseguro que no consigo cerrar en una conclusión concreta. 

Posiblemente sea porque cada una ve y vive este tema por su experiencia personal. He intentado y sigo intentando trascender mi reflexión por encima de mí, por lo que observo, por lo que me cuentan, pero al final sigo pensando que las mujeres como personas que somos, cada una tenemos nuestros intereses, nuestras prioridades, nuestros problemas personales y nuestras fórmulas de solución para los problemas. Aunque también hay cosas que nos afectan a todas o que son intrínsecas al hecho de ser mujer. Así que acepté el reto de Manuel Quintana y agendé el almuerzo con un grupo de profesionales que me parecía que podían aportar su punto de vista. La mayoría de ellas trabaja en sectores que hasta ahora han estado muy masculinizados.  

Cristina Sánchez, Inmaculada Atencia, Ana Porras, Manuel Quintana, Inma Arroyo, Alicia Serrano, Elena Cabeza y Beatriz Gámez

Como supondréis uno de los temas principales en torno a los que giró el almuerzo fue la conciliación. Parece que por mucho que avancemos en otros aspectos, en este seguimos teniendo nuestra gran cuenta pendiente. 

Y si la legislación, las medidas que se implantan desde las instituciones en materia de Igualdad, tienden a generalizar, en este reportaje también vamos a caer en muchas generalidades y en muchos casos concretos que expusieron las asistentes. Sin embargo, como terminaría concluyendo el único hombre que participó en el encuentro, Manuel Quintana, “los problemas de los hombres no son tan distintos a los de las mujeres”. Posiblemente porque hay que dejar de ver los retos de la mujer en el siglo XXI para empezar a hablar de los retos que tenemos como sociedad en el siglo XXI. Y la sociedad la formamos todos/as y cada uno/a de nosotros/as. (Es la única vez y última que voy a emplear este lenguaje. Espero que ninguna ni ninguno se sienta excluido/a al leer este texto).

 

Arrozante

La cita era en Arrozante, la nueva arrocería que ha abierto Occidental Fuengirola. Tiene acceso directamente desde la calle, sin tener que pasar por el hotel.

Tiene una carta con más de 20 tipos de arroces diferentes

Su carta se basa en entrantes, carnes y pescados, pero su punto fuerte son la elaboración de arroces, paellas y fideuás como la de pato o la de boletus y foïe. Arrozante Fuengirola ha abierto hace solo unas semanas. Su carta de arroces se ha confeccionado con el asesoramiento de dos de los mejores maestros arroceros de nuestro país: Carlos Otaola y José Luis Chaparro, cuyos establecimientos han recibido prestigiosos premios gastronómicos a nivel nacional e internacional.

La decoración es fresca, en sintonía con su cercanía a la playa y el Paseo Marítimo, con colores muy mediterráneos. Se convierte en un espacio ideal para ir a comer o a cenar, ya sea con familia, amigos o encuentros de trabajo.  

El menú del encuentro estaba formado por varios entrantes y dos arroces; uno de verduras y otro de marisco. Aunque hay más de 20 opciones para elegir.

La mesa se dispuso en cuadrado para que pudiésemos vernos mientras hablábamos. 

 

Las invitadas

Al llamarlas, como decía antes, tuve en cuenta que estuviesen en puestos de responsabilidad y que trabajasen en sectores que siempre han estado masculinizados. También les advertí de que calculasen que el almuerzo y la charla se extenderían hasta las 17 horas aproximadamente. Sobre todo para que organizasen trabajo y niños.

Cristina Sánchez

Cristina Sánchez es la recién estrenada directora del Colegio Las Chapas; el colegio de niñas perteneciente a Grupo Attendis situado en Marbella. Si bien es cierto que la mujer ha estado muy presente en el sector educativo, no lo ha estado tanto ejerciendo puestos de responsabilidad y menos aún de dirección. Cristina es de Benalmádena y es madre de 5 hijos, el pequeño de tan solo 8 meses. Quería que además de aportar su visión como directiva lo hiciera también sobre cómo son las niñas que vienen detrás de nosotras, de las que antes que nos demos cuenta serán las encargadas de seguir transformando la sociedad. 

Partimos de la base de que es un colegio católico y en el que se insiste en la formación en principios y valores a la par que en la excelencia académica. 

Si uno de los grandes frenos que encontramos las mujeres tras ser madres para ascender en nuestra carrera profesional es tener tiempo para mejorar nuestra formación, en Cristina esto no se cumple. Es diplomada en Educación Primaria(UMA), diplomada en Ciencias Religiosas (UNAV), master en Ciencias de la Familia, (UMA), máster de Neuropsicología (UNIR) y máster en Dirección de Centros Educativos por el Centro Universitario Villanueva.

Elena Cabeza

Elena Cabeza se ha incorporado este verano al equipo de Yo Soy Mujer. Acaba de terminar la carrera de periodismo, no tiene hijos, y pertenece a la que llaman Generación Z. Me parecía importante tener su testimonio en la mesa y el punto de vista de las que comienzan ahora a dar sus primeros pasos en el mundo laboral. Aunque Elena no es del todo representativa, ya que pertenece a esa generación con una muy alta formación académica pero con menos aspiraciones profesionales que generaciones anteriores. Ella sin embargo, y por lo que he podido comprobar hasta el momento, va a llegar a donde se proponga. Por muchos motivos, pero el más importante, al menos para mí, es su actitud. 

Inmaculada Atencia

Inmaculada Atencia es abogada y la primera Vicedecana que ha tenido el Colegio de Abogados de Málaga. Es madre de 4 hijos. Inmaculada se siente muy orgullosa de haber aportado junto a sus compañeros su granito de arena para implantar medidas de conciliación reguladas y auditadas por la Fundación Más Familia en el Colegio de Abogados y de haber sido capaz junto a sus compañeras, de cambiar el funcionamiento rutinario de la Junta de Gobierno para que fuesen sesiones a horas factibles para compaginar con la vida familiar. Lo que asegura ha aumentado la productividad de estos encuentros.

Inmaculada es socia fundadora de GVA Gómez-Villares & Atencia. 

Beatriz Gámez es la gerente de Maderas Gámez y junto a Elena, la más joven de la mesa. De los 35 trabajadores de la empresa solo 4 son mujeres. Su visión de todo esto cambió cuando hace dos años y medio se convirtió en madre. Y aunque con anterioridad sí había notado que a los hombres de determinada edad les molestaba que les dirigiese una mujer, eso nunca ha sido un freno para ella. Igual que no lo ha sido el incluir medidas de conciliación para todos los trabajadores de la empresa.

Lo que más le entristece y le ha sorprendido tras convertirse en madre es sentirse juzgada continuamente por otras mujeres. Estudió Administración y Dirección de Empresas y Máster en Marketing de Negocios. En 2010 se incorporó a la empresa familiar llenándola de nuevas ideas. 

Beatriz Gámez

Hace solo unos meses dio un giro al negocio que hace 30 años fundó su padre y han abierto 1.000 metros cuadrados de exposición en Mijas Costa, donde se exponen cocinas de última generación, un amplio stock de puertas de paso, armarios, vestidores o suelos, entre otro mobiliario y materiales.

Inmaculada Arroyo

Inmaculada Arroyo es la directora financiera de Grupo Arroyo, aunque la empresa más conocida es Transportes y Excavaciones Arroyo. La central de la compañía está en La Cala de Mijas y ella pertenece a la tercera generación de esta empresa familiar. 

Es madre de dos niñas y también, a raíz de la maternidad, le tocó cambiar los horarios en la empresa y enfrentarse por ello a su padre y su tío. Tiene claro que la empresa es muy importante, pero aún más lo es la familia donde se encuentra la base de cualquier sociedad. En eso estuvieron todas de acuerdo, al igual que en que no le estamos prestando la atención y la importancia que merecen. 

Alicia Serrano

Alicia Serrano es Consejera Delegada de Safa Motor. Tuvo que tomar el relevo de su padre cuando apenas había terminado la carrera. Cuando llegó a la empresa había algo más de 30 empleados. En la actualidad superan los 700. Es la única chica de 6 hermanos y es madre de dos hijos, aunque ella siempre tiene muy presente a las dos hijas de su marido. 

Es una persona que analiza continuamente los cambios sociales que se están produciendo y le interesan mucho las personas. Actualmente, como ella asegura, al no tener un puesto directo de gestión, su trabajo le permite estar en contacto continuo con los empleados y saber de primera mano sus miedos e inquietudes.  

Una de sus aficiones preferidas es hablar con su hijo Ángel (adolescente) durante horas e intercambiar opiniones sobre lo divino y lo humano. 

Manuel Quintana

Manuel Quintana actuaba como anfitrión y como único hombre en la mesa. No sé si le dejamos hablar todo lo que a él le hubiese gustado, pero que nos escuchó atentamente, os lo aseguro. Manuel es el director del hotel Occidental Fuengirola donde se ha incorporado hace unos meses tras varios años dirigiendo Barceló La Bobadilla. Es padre de una hija y un hijo de su anterior matrimonio, y de una hija adolescente con su actual mujer. Para Manuel, y no se cansa de repetírselo a sus hijas, que sean independientes económicamente es fundamental para que sean libres para tomar decisiones en su vida. Aunque reconoce que se ha educado en un entorno muy machista, también reconoce que el talento femenino es más que necesario en el ámbito empresarial. 

 

El encuentro

Advierto que nos dejamos muchos temas importantes por el camino, algunos solo los tratamos de pasada. Pero tampoco es el objetivo hacer una tesis doctoral de la situación de la mujer en los negocios y los retos a los que nos enfrentamos en el siglo XXI. Me conformaré con compartir con vosotros los detalles más relevantes de este encuentro, en el que continuamente un tema nos llevaba a otro e incluso a experiencias muy personales. Pero es lo que tiene reunir a 6 mujeres para hablar de un tema que nos interesa tanto a todas y que nos toca directamente. 

Comenzamos por la idea que cada una tiene del feminismo. Eso nos daba una orientación general de la postura de cada invitada. Ninguna de las asistentes estaba de acuerdo con la forma en la que algunas mujeres se han apoderado de el término feminismo en los últimos tiempos desde el radicalismo, victimismo y el rechazo a los hombres, viéndolos por sistema como enemigos.

La palabra, tras el uso que se ha hecho de ella al mal entender el concepto, incluso a muchas mujeres hasta ha terminado por producirles rechazo. 

Cristina Sánchez destacó el avance que las mujeres hemos conseguido en las últimas décadas. Pero también lamentó que la sociedad no haya ido a la par en esa evolución. “Las mujeres nos hemos incorporado al mundo laboral pero la sociedad no se ha estructurado bien para ello. Seguimos necesitando más conciliación y eso empieza por la misma organización dentro de las familias. La clave está en la educación y en las propias familias”. 

«Creo que nuestra principal barrera es la falta de conciliación»

Inmaculada Atencia por su parte señaló que estamos en un momento en el que hay que feminizar la sociedad pero no desde querer quitar al hombre, sino teniendo en cuenta que somos complementarios. “Esto no va de luchar contra el hombre o minusvalorarlo. Va de tener la misma igualdad de oportunidades y no convertirnos en hombres. No estoy de acuerdo con los movimientos radicales, aunque hayamos sido tantas veces infravaloradas. Creo que nuestra principal barrera es la falta de conciliación. 3 de 4 mujeres no están satisfechas con su desarrollo profesional y la principal traba se produce al ser madres. Hay que apoyar más a las familias y seguir apostando y trabajando para que las mujeres estemos representadas en todos los estamentos sociales”. 

Elena Cabeza mostró su rechazo de manera explícita al feminismo radical y aseguró que entre la gente de su edad hay muchas desigualdades que ya están más que superadas. “Creo que los movimientos radicales van contra nosotras mismas. Producen rechazo y muestran una imagen de nosotras de víctimas. Nos infravaloran. Parece que hay que sobreprotegernos, cuando nosotras lo que queremos es tener las mismas oportunidades. Queremos acceder a los puestos por nuestras capacidades no porque nos regalen nada”. 

«Los movimientos feministas radicales van contra nosotras mismas»

Manuel Quintana reconoció que él, por su edad, recibió una educación machista con la que él mismo tiene que luchar para superarla. “Estoy a favor de la moderación. Los extremos no son buenos ni para el hombre ni para la mujer. Entiendo que ha llegado el Siglo de la Mujer. Y no me gusta hablar tanto de movimientos como de la mujer como individuo dentro de la sociedad. Lo fundamental es que tengáis independencia económica y podáis decidir. No dependáis de un hombre. Eso es algo que le repito continuamente a mis hijas. Ese es el mejor feminismo que existe”. 

«Entiendo que ha llegado el Siglo de la Mujer»

Inma Arroyo mostró su acuerdo con todo lo que se había apuntado hasta el momento.  «Hemos conseguido mucho pero también nos hemos echado mucha tierra encima. Seguimos queriendo demostrar que podemos con todo. Hay que hacer mucho aún en materia de conciliación. Los hombres tienen que sumarse y necesitamos más ayudas a las familias”.  

Beatriz Gámez considera que no hay que enfrentarse a los hombres, que eso no nos lleva a nada más que al rechazo por parte de ellos, cuando deberíamos buscar que fuesen nuestros aliados. “ Tenemos que acompañarnos e ir hombres y mujeres de la mano. Respecto a la maternidad nosotras somos nuestras peores enemigas. Si te incorporas antes de acabar el periodo de baja legal, nosotras mismas nos lo criticamos. Si te coges una excedencia, también nos lo criticamos. Lo primero que tenemos que hacer es no juzgamos nosotras mismas, tenemos que respetarnos y estar unidas. Respeto, tomemos la decisión que tomemos. Porque eso es lo que le estamos mostrando a los hombres de nosotras mismas”. 

«Nos hemos echado mucha tierra encima. Seguimos queriendo demostrar que podemos con todo»

Alicia Serrano estuvo de acuerdo en que tenemos que respetarnos entre nosotras y apuntó a la conciliación como la clave para una sociedad mejor. Una conciliación, que repitió varias veces, comienza por nuestra propia organización vital, analizando prioridades y preferencias. “Creo que muchas veces somos nosotras las que tenemos un lío horroroso con lo que queremos y no queremos”, nos dijo. 

La Igualdad de Oportunidades para acceder a la formación. Una reivindicación de las mujeres del siglo pasado y que ya está superada en nuestro país. De hecho, los mejores expedientes académicos en la Universidad son de alumnas. Durante el encuentro tratamos brevemente la poca presencia femenina en carreras tecnológicas, y todas teníamos la sensación de que tiene más que ver con nuestra forma de ser que nos lleva a interesarnos más por otras carreras académicas y profesionales. Nadie nos impide estudiar Programación o Informática. Sobre esto hay muchos movimientos actualmente que buscan fomentar el interés de las niñas por las tecnológicas. Pero realmente no hay nadie ni nada que nos impida acceder a ellas. 

«Lo primero que tenemos que hacer es no juzgamos entre nosotras»

El famoso Techo de Cristal existe y el Suelo Pegajoso también. Aún hay puestos a los que nos cuesta acceder y puestos a los que no accedemos porque en ese momento valoramos más otras cosas, tenemos otras prioridades. Creo que es importante también tratar este punto de vista y alejarnos del victimismo en el que hemos vivido durante mucho tiempo culpando a los hombres de no dejarnos llegar. Es cierto que el sistema laboral en nuestro país ha estado creado por y para hombres, pero en las últimas décadas hemos avanzado mucho. Este aspecto hay que analizarlo también desde la responsabilidad y la elección personal. Son muchas las mujeres que en un momento determinado descartan una propuesta de ascender si eso va a conllevar más esfuerzos, más sacrificios, más sufrimiento y perderse ellas mismas por el camino.

Toda decisión supone una renuncia, eso sucede en todo en la vida. Siempre que elegimos dejamos de lado otra u otras posibilidades. Pero también es cierto, y en eso sí nos detuvimos, que la vida está formada por etapas y a lo que renuncias de tu carrera profesional cuando tus hijos son pequeños, lo puedes retomar cuando son más mayores. Eso, sin perder de vista en ese periodo el seguir formándose y reciclando conocimientos, para cuando llegue el momento poder acceder a ese puesto que anhelamos. También existe la posibilidad de querer abarcarlo todo, pero en todo no se puede estar al 100 % y habrá que delegar ya sea en el trabajo o en el cuidado de la familia ya sea en nuestro pareja, los abuelos o personas externas. Cada una tiene que valorar el precio que está dispuesta a pagar y por qué está dispuesta a pagarlo. No, ser SuperWoman no se puede. 

» La conciliación empieza por nosotras «

A esa decisión una mujer sin hijos en nuestro país, en un entorno urbano y costero que es donde nos situamos, no tiene que enfrentarse. Aunque hombres y mujeres que apuestan al máximo por su carrera profesional también renuncian, aunque sea a momentos de ocio o aficiones. Aquí ya nos sumergimos de lleno en la conciliación y en la falta de productividad de los horarios españoles. Y está claro que cada uno concilia con lo que quiere. Vivimos en una sociedad que cada vez busca más lo que llamamos “calidad de vida”, algo que en la mayoría de los casos se traduce en tener más tiempo libre. 

Sobre eso tenía mucho que aportar Elena Cabeza, que aseguró que los jóvenes de su generación no se encadenan a nada, no tienen apegos, buscan la satisfacción inmediata y sentirse libres. A lo que Alicia Serrano aportó que eso se refleja también en una falta de compromiso, en la ausencia del sentimiento de pertenencia a una empresa, y dejó en el aire la cuestión de si esa falta de compromiso se reflejará cuando empiecen a tener sus propias familias. 

Por otra parte, Cristina Sánchez también compartió con nosotras como hace unos años ya le ofrecieron dirigir un centro educativo de Attendis. En aquel momento su marido se encontraba en pleno ascenso profesional en un empleo que le requería continuos viajes. “Nos sentamos juntos y lo valoramos, y decidimos que no era el momento. Uno de los dos tiene que estar siempre más pendiente de la familia. Dije que no. Cuando me volvieron a ofrecer años después dirigir Las Chapas volvimos a sentarnos y a hablarlo. Él ya está más asentado en su puesto y estamos más organizados en casa. Así que esta vez dije que sí. Pero salgo a las 5 del cole, y aunque siempre estoy disponible para recibir llamadas, cuando tengo trabajo pendiente no me pongo con ello hasta que se acuestan, aunque me lo quite de mis horas de sueño”. 

Antes de llegar a ser directora del colegio, Cristina ha sido Jefa de estudios y Subdirectora que también son puestos de la Junta Directiva del centro. 

Cristina también compartió que en otra etapa en la que tuvo que seguir a su marido hasta Madrid y pedir una excedencia en el trabajo que tenía. El periodo que vivieron en Madrid también estuvo trabajando: “Tienes que tener muy claro cuáles son tus prioridades. Yo tengo claro que mi trabajo me encanta, me apasiona, pero mi prioridad es mi familia. Y mis hijos crecerán y harán su vida, pero la relación con mi marido, encontrar nuestros momentos de estar solos y cuidar la pareja, me parecen importantísimos”. 

«Mi trabajo me encanta, me apasiona, pero mi prioridad es mi familia»

Manuel, al hilo de lo dicho por Cristina, recordó cómo su mujer ha tenido que seguirle a los destinos a los que a él le han mandado, algo habitual cuando hablamos de hotelería. “En ese momento valoramos que era importante que siguiésemos unidos, quién cobraba más y quién estaba mejor situado en su empresa. Ahora estamos los dos muy bien, ella es directora comercial de un hotel y está muy reconocida”.

Las cuotas y las listas paritarias que tanta controversia crean y tanto nos dividen a nosotras mismas fue otro de los puntos que tocamos. Si Elena destacaba que para ella era muy importante que a las mujeres no nos regalasen nada, porque somos capaces de llegar donde queramos por nosotras mismas y no ve necesaria la discriminación positiva, Inmaculada Atencia defendió la contrario. 

“Lamentablemente, si no es así en muchas casos no van a contar con nosotras. Es necesario que empresas, partidos políticos y órganos de gobierno público tengan a mujeres que expresen su opinión y aporten su talento. Somos más del 50% de la población y nuestro punto de vista tiene que estar reflejado en las decisiones que se toman. Por supuesto, teniendo en cuenta que la mujer que acceda a ese puesto de cuota sea una mujer válida, no que se lo den por el hecho de ser únicamente mujer».

«A mí me ofrecieron hace unos años formar parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados y dije que no. Porque es cierto que nosotras somos en muchos casos las que nos frenamos. Pero esta vez dije que sí y ha sido importantísimo que seamos un equipo paritario en el que la mitad son hombres y la otra mitad mujeres. Antes las reuniones eran a horas intempestivas y poco productivas. Al entrar nosotras eso lo hemos cambiado y todo se hace pensando en la productividad. Ojalá algún día las cuotas no sean necesarias, pero por el momento, lo son”, nos razonó su posición. 

«Somos más del 50% de la población y nuestro punto de vista tiene que estar reflejado en las decisiones que se toman»

No hubo mucha más conversación en torno a esto, porque en la mayoría de los casos las asistentes no teníamos una postura clara sobre el tema. 

 

La conciliación lo toca todo y es algo de todos; de la propia familia, de las empresas y del gobierno. El poder compaginar las distintas facetas de nuestra vida tanto la personal como la profesional. La familia, los hijos o el cuidado de los padres entran dentro de esa Conciliación que tanto deseamos pero que mientras se consigue nos tiene haciendo malabarismos. Cada vez se reducen más las tasas de natalidad y eso supone un grave problema para el conjunto de la sociedad.  

Alicia Serrano entiende la conciliación como madre y como empresaria con 700 personas en nómina. Su visión sobre este tema es muy completa: “Este año no hago más que repetir que la conciliación empieza por uno mismo. Vienen a buscarte para que les organices tú la vida. Lo primero es ordenarse uno mismo, saber qué se quiere, que se está dispuesto a dar y qué se está dispuesto a recibir. Después, cuando lo tengas claro, es el momento de exponérselo a la empresa o a tus compañeras. Lo que me encuentro es que el 99 % busca que seas tú quién le ayude a salir de este embrollo en el que estamos. Es difícil. Como empresa os aseguro que casi todo está legislado ya. El 78% de las empresas tienen ya convenios colectivos, y esto está más que depurado. Pero es que primero tenemos que conciliar con nosotros mismos. Y en cada momento de nuestra vida necesitamos conciliar con algo distinto». 

La conciliación en España no es real porque no está bien vista por la propia sociedad. El problema no es del jefe o del empresario, es que es tu propia compañera a la que le sienta mal que te hayas dado de baja porque estés embarazada o hayas tenido un hijo. La sociedad a niveles básicos no respeta esas necesidades de conciliación. Entre las propias mujeres en la empresa, hasta que no somos madres, no entendemos a nuestras compañeras. Somos nosotras mismas las que tenemos que empezar a desenredar este lío. 

«La sociedad a niveles básicos no respeta esas necesidades de conciliación»

Cristina Sánchez insistió en que la conciliación empieza por la estructura familiar y por llegar a acuerdos entre la pareja. Algo que resulta complicado en casa de familias uniparentales. “ Uno de los dos, ya sea hombre o mujer, tiene que estar más pendiente de la familia. A lo mejor en unas épocas es uno y en otras épocas otro. Pero no pueden tener padre y madre horarios infinitos y dejar de lado a los hijos. Hay que decidir. Y yo conozco hombres que son ellos los que están pasando más tiempo en casa y dejan su ambición profesión en pausa. La conciliación empieza desde dentro».

«En las aulas se está notando mucho. Si se decide crear una familia hay que ser coherente y saber que a los hijos hay que dedicarles tiempo. No me vale lo de “calidad de tiempo”. Todos tenemos que echar mano de ayuda externa ya sea contratada, abuelos o tíos. Pero los padres también tienen que estar en casa con ellos. Otra cosa es que estemos al servicio de nuestros hijos, que ese es otro tema. Pero se está notando esa ausencia en el comportamiento de los niños. Cuando hay problemas e indagas un poco, en la mayoría de los casos está relacionado con cosas que pasan en la familia. Padres y madres ausentes. Queremos mantener el ritmo de vida familiar pero, ¿a costa de qué? Queremos todo; viajes, coches, marcas… Hay que tener muy claro el orden de prioridades”. 

Beatriz Gámez intervino para poner en duda si existe el mismo interés entre mujeres y hombres por conciliar. Desde que asumió la gerencia de Maderas Gámez ha implantado horarios continuos precisamente para facilitar la conciliación de los trabajadores, en su mayoría hombres. “Desde que mi padre fundó la empresa los horarios eran partidos. Llegué queriendo dar una visión más actual y durante dos meses estuve trabajando en un plan de conciliación para que pudieran pasar más tiempo con sus familias y creé tres turnos de jornadas continuas. La sorpresa es que los trabajadores ese tiempo lo emplean en hacer chapuzas fuera de la empresa. Y ese no era el objetivo. Me ha dolido. Sin embargo, las 4 mujeres que hay en la empresa tienen reducción de jornada porque lo han pedido ellas al ser madres. Y una de ellas está en excedencia”. 

“Es que el lazo de unión y el vínculo que hay entre la madre y el hijo tras el embarazo no lo hay con el padre. También hay un factor de educación que hay que fomentar desde pequeños para que los hombres también nos hagamos cargo con naturalidad de los hijos. Las niñas juegan con muñecas desde pequeñas”, resaltaba así Manuel la diferencia biológica y cultural que hay entre hombres y mujeres tras la llegada de un hijo y destacaba la necesidad de que los hombres hagan suyo también la cuestión de la conciliación, que se deje de ver como algo de mujeres. 

Todas reconocen que ya a sus hijos los están educando para que sean autónomos y sepan hacer de todo. 

Eso dio pie también a tratar el tema de las bajas por maternidad  y el gasto que supone para las empresas. Algo para que lo piden ayudas por parte del gobierno, ya que esas bajas son necesarias, incluso la mayoría cree que deberían ser de más semanas. 

“Una empleada se dio de baja a la semana 18 de embarazo. Le dieron de baja por enfermedad común. Así que he tenido que estar pagando seguridad social y su sueldo durante todo el embarazo y además tuve que contratar a otra persona para sustituirla. Eso puede destrozar a una pequeña empresa. Si le dan la baja por Riesgo durante el embarazo yo no hubiese tenido que pagar todo eso. Las leyes deberían apoyarnos”, compartía Beatriz. 

Inma Arroyo que trabaja en el sector de la construcción apuntaba a que mientras en la oficina casi todo el personal son mujeres, los camioneros y maquinistas son hombres que ni se plantean lo de la conciliación. Sobre todo entre los más mayores. “Cuando yo empecé a trabajar en la empresa la oficina estaba abierta 12 horas y eso era lo normal. De 9 am a 9 pm y yo trabajaba a ese ritmo y esas horas. Hasta que me quedé embarazada y decidí que quería estar con mis hijas y ser madre. Cosa que mi hermana no hizo y buscó ayuda de mi madre para criar a sus hijos. Mi padre no entendía mi decisión».

«Mi teléfono está siempre abierto y en momentos puntuales me quedo las horas que haga falta, pero por sistema, para estar en la oficina muchas veces sin hacer nada, no. Sigue habiendo mucha mentalidad de que pasar muchas horas en la empresa es sinónimo de productividad y es todo lo contrario. Nosotros cambiamos los horarios de la oficina, implantamos la jornada continúa, y os puedo asegurar que mis compañeras trabajan ahora mucho más contentas y rinden más. Pero eso me ha costado muchísimo y lo he podido cambiar solo en la oficina”. 

«Implantamos la jornada continúa, y trabajamos ahora mucho más contentas y rendimos más»

Inma Atencia estuvo de acuerdo en que en nuestro país aún existe esa costumbre de calentar la silla y estar muchas horas en la empresa aunque no se esté haciendo nada de provecho. Ella también se ha enfrentado a eso: “En mi profesión hay mucho presentismo. Tengo compañeros que están 12 horas en el despacho, y a lo mejor ahora que mis hijos son más mayores podría hacerlo. Pero es que ni puedo ni quiero. Me quiero desarrollar en otras cosas como persona. Si nosotras nos plantamos y hacemos eso, los hombres que vienen detrás, los que son más jóvenes, van a tomar nuestro ejemplo, porque también quieren vivir además de trabajar. Pero queda mucho por hacer, hay una mentalidad muy antigua. Hay que demostrar que estando en la empresa con un horario razonable eres más productivo. Con esos pequeños hitos, entre todos, lo vamos implantando en la sociedad. No se trata de trabajar menos, pero sí de una mayor flexibilidad”. 

«Hay que demostrar que estando en la empresa con un horario razonable eres más productivo»

Manuel Quintana aseguró entonces que precisamente la falta de productividad es un problema que tenemos en nuestro país: “Es un problema muy español derivado de nuestros sistemas de trabajo. Esto en otros países no pasa”.

En contra de la flexibilidad, apuntó Inma Arroyo, está la nueva medida implantada por el gobierno de tener que fichar en la empresa:  A una compañera le podía decir antes, si tenía a un niño malo, que se quedase en casa trabajando. ¿Ahora cómo acreditas que ese día ha estado trabajando?”, mostró así su preocupación. 

Es necesario aumentar las tasas de maternidad, y eso es innegable, al igual que lo es que cada vez las mujeres decidimos más no ser madres o dejarlo hasta edades en las que concebir de manera natural se hace casi imposible. 

Sobre las bajas de paternidad tampoco nos llevamos una conclusión clara. Por un lado hay quien apuntó a que es necesaria para que no vean en la posibilidad de un embarazo una traba para contratar a mujeres, pero por otro, la mayoría veía más necesario ampliar los periodos de baja por maternidad… “Quizá se están tomando medidas políticas para las que la sociedad aún no está preparada, como que un hombre tenga la misma baja por paternidad que una mujer”, comentó Beatriz. 

«Quizá se están tomando medidas políticas para las que la sociedad aún no está preparada»

 

“Hay que solucionar más cosas que no estamos teniendo en cuenta si queremos fomentar la maternidad. Cuando nos incorporamos de las bajas de maternidad estamos más pendientes de la llamada de la guardería o de la persona con la que hemos dejado al bebé que del trabajo en sí. Eso produce mucha ansiedad. Y tampoco podemos estar por sistema conciliando con los abuelos. No podemos ser tan egoístas”, aseguraba Alicia Serrano invitando a la reflexión y apuntó a la posibilidad de que el Estado contribuya y facilite que aquellas mujeres que sientan y quieran libremente estar más tiempo con sus hijos antes de volver al trabajo, puedan hacerlo y que luego se les facilite la reincorporación. Igual que recordó que hay una conciliación con nuestros mayores que tenemos olvidada y que es más que necesaria. Y aunque en un principio habló de mujeres después puntualizó que estas medidas deberían ser también extensivas a los hombres, aunque está convencida de que seguiríamos siendo nosotras, por nuestra actitud, las que nos acogeríamos a ellas.

«No podemos estar por sistema conciliando con los abuelos»

La flexibilidad y conciliar no solo con la familia, sino con el ocio y la vida personal, es algo que vienen imponiendo los jóvenes. La generación Z antepone su bienestar al trabajo. Así nos lo confirmó Elena y lo refrendó Alicia: “Ahora tengo que poner taquillas para que guarden las bolsas del gimnasio. Algo está cambiando. Las prioridades han cambiado. Como clientes son también poco fieles los más jóvenes. Pero es que te vas a comer fuera y todos los niños están en la mesa con un móvil o una tablet…¿Qué queremos? Somos nosotros los que tenemos que educarlos en la coherencia y el compromiso”.

“Tenemos un estudio en la abogacía que dice que antes predominaba la estabilidad, seguridad en el trabajo y el salario. Ahora priorizamos flexibilidad, tiempo libre, autonomía y conciliar. Y los más jóvenes lo que quieren es vivir, calidad de vida”, aseguró Inma Atencia. Continuó asegurando que si queremos retener al talento joven en la empresa, tenemos que empezar por cambiar nosotros y adaptarnos a los nuevos tiempos que vienen, que ya están aquí.

Elena aseguró que lo de la conciliación le pilla muy lejos. Tiene 24 años y ni siquiera se plantea la maternidad a los 30. Algo que extendió como algo común en su entorno.

Cristina apuntó a que en las empresas cada vez hay que hacer un esfuerzo mayor en la gestión de personas para retener el talento joven e intentar que los trabajadores estén contentos más allá del sueldo. A lo que Alicia y Beatriz estuvieron de acuerdo en que lo más importante de un empresa es el capital humano pero mostraron cierto temor a saber diferenciar dónde está la línea que separa la atención personalizada al trabajador y el caer en el paternalismo.

“La sociedad actual es muy superficial, muy convulsa, muy rápida, muy volátil, de vivir en el día a día… He ofrecido formación a personas que estaban en puestos muy básicos para que puedan mejorar y te dicen que no tienen tiempo. Pero es que te cuentan su día a día y es verdad que vamos todos demasiado acelerados.

Este año le hemos ofrecido un ascenso a 4 personas que nos han dicho que no. Porque a lo mejor solo cambiarlas unos kilómetros de ubicación ya les descolocaba todo, y eso que eran mejoras laborales con una subida de sueldo en algún caso del 30%”, nos contó Alicia.

“Llegué a tener unos nivel de estrés que lo manifesté en un cáncer. Cuando no te paras, la vida te para. Después me reprochaba que hubiese tenido que llegar hasta ahí para ver la vida de otra forma”, confesó Inma Arroyo.

Hablamos de muchos más temas que a la mayoría nos preocupan y que estamos percibiendo en la sociedad actual. Una sociedad de la que formamos parte y que hemos construido juntos. Debemos asumir nuestra responsabilidad.

La dependencia a las nuevas tecnologías, el materialismo al que todos nos hemos apuntado, lo exigentes que somos con nosotras mismas… y así os puedo asegurar que seguimos hablando y compartiendo experiencias vividas durante una hora más. La conversación derivó en un análisis de la sociedad en general más allá de hombres y mujeres. Y aunque fue una conversación seria, también hubo muchas risas. Porque si es algo a lo que hemos aprendido la mayoría es a reírnos de nosotras mismas.

No sé si después de este almuerzo me fui con las ideas más claras sobre las mujeres en los negocios o los retos de las mujeres en el siglo XXI, pero sí creo que hay algo que por encima de todo lo demás estuvo presente durante todo el almuerzo por parte de todas, y es la necesidad de más medidas para proteger a las familias y fomentar y favorecer la maternidad. Así ganará una sociedad que cada vez vive más rápido, es más multitarea y en  la la gran parte de la población convive con la ansiedad. El objetivo debería ser conseguir una sociedad con personas más equilibradas.

Al concluir el almuerzo, Manuel aseguró que el tema había sido sumamente enriquecedor y que se había sorprendido de la capacidad de hablar de tantos aspectos diferentes sin desviarnos del todo del tema principal. “Creo que si hubiésemos sido todos hombres hubiésemos terminado hablando de fútbol”, bromeó. Y añado que posiblemente hubiesen seguido disfrutando de tan agradable encuentro quizá con un gin tonic en la mano. Lo cual no critico.

La conciliación empieza por uno mismo. Y al igual que Inma Atencia, Beatriz o Inma Arroyo han apostado por intentar aportar su granito de arena en su entorno más cercano, así deberíamos hacer todos. Las grandes guerras se ganan en pequeñas batallas. Y que nadie entienda que veo esto como una guerra.

Y hasta aquí este almuerzo en Arrozante, donde mientras disfrutamos de una excelente comida, mantuvimos una estupenda charla y tuvimos la oportunidad de conocer a otras personas y otros puntos de vista.

Gracias a todas las que participasteis y a Manuel por recibirnos en su casa. No sé si el reportaje os deja conclusiones a los que lo habéis leído, pero al menos espero que por un momento os haya llevado a hacer vuestra propia reflexión.

 

Redacción: Ana Porras Fotografía: Manuel Martos

Vídeo: Pablo Navarrete

Agradecimientos

Restaurante Arrozante– C/ Heroes de Baler (Fuengirola) 

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