En los últimos años hemos pasado del escepticismo en aceptar las novedades tecnológicas que nos permitían aumentar nuestro nivel de intercomunicación (fax, email, teléfono móvil, internet…), al despliegue e implantación global de una infinidad de herramientas que nos mantienen conectados con todo el mundo las 24 horas.
Sin darnos cuenta, nuestro nivel de conocimiento de dichas tecnologías va creciendo de modo natural con ellas.
Es momento de reflexionar y escoger cuales y para qué nos pueden ser útiles, ya que están ahí para eso. No son las mismas necesidades la de un estudiante que las de una empresa, por ejemplo, pero la misma herramienta puede ser utilizada de distinto modo por distintos colectivos.
En nuestro móvil podemos llevar toda la información necesaria para desarrollar nuestra jornada de trabajo, los contactos y sus direcciones e igualmente transmitir en tiempo real a quien queramos la oferta de nuestros servicios. Y todo esto, desde el tren, una cafetería o desde cualquier sitio imaginable.
El consumidor de hoy es omnicanal, por tanto debemos usar distintos canales para comunicarnos, pero sabiendo quién comunica y a quién va destinado, pues, no todo vale y en estos tiempos hay mucha falta de información y de «conciencia” en cuanto a canales, el más conocido y extendido, Whatsapp.
Hago un pequeño inciso y me detengo más en este canal. Whatsapp es un medio de comunicación P2P (person to person) no B2P (bussines to person). Es verdad que lo utilizamos muchísimo en el día a día laboral, y es muy cómodo, pero ¡OJO!, una cosa es usarlo de forma personal y otra, comercial. ¿No os ha pasado que de repente os meten en un grupo con un montón de «desconocidos” para poner una foto de un evento u oferta comercial?¿O que os llegan constantemente comunicaciones comerciales porque os han metido en una lista de difusión? Eso es lo que no se puede hacer. Los grupos y listas de difusión de Whatsapp no están para eso, ni es profesional, ni es legal. Si quieres mandar algo directamente al móvil de la persona de manera empresarial, el canal debe ser el sms o el mail, y en abierto las RRSS.
También un error muy usual de muchas empresas es mandar mailings de «todo” a «todos”. Estamos sobresaturados de información y de oferta por lo que tenemos que intentar desde el punto de vista empresarial conocer a nuestro cliente y saber sus necesidades, para darle información relevante para él. Si le saturamos de comunicaciones que no son de su interés (al margen de la compra), a la tercera ya ni nos lee, en el mejor de los casos, si no nos ha eliminado de la lista. Hay que segmentar las bases de datos con distintos criterios y segmentar igualmente la información que vamos a mandar por intereses. No hay nada mejor a la hora de la percepción de una información que la persona que lo lea se sienta identificado con la propuesta que le estás haciendo, eso aumenta la atención del lector y la posibilidad de conversión.
La gestión de redes sociales, también muy importante, daría para otro artículo, por hoy ya está bien que no quiero aburrir…
Esto, que parece tan simple, son errores que como persona veo a diario y como profesional analizo. Hay que tener mucho cuidado con lo que trasmite nuestra empresa y cómo lo trasmite, pues la imagen que proyectamos es lo que queremos que piensen de nosotros.
|