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«Septiembre siempre guarda un comienzo» por Juande Serrano

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«Septiembre siempre guarda un comienzo» por Juande Serrano

Hay algo en septiembre que nos susurra que la vida todavía tiene segundas oportunidades. No hace falta esperar a los brindis de Año Nuevo ni a los fuegos artificiales que iluminan el cielo en enero para decidir que vamos a empezar de nuevo. Basta con la brisa fresca de la mañana, con el olor a cuadernos nuevos, con esa luz que cambia de tono y anuncia que el verano se despide.

Septiembre huele a comienzos, y ese aroma se cuela en nuestra memoria como un recordatorio de que siempre podemos reiniciarnos.

El regreso a la rutina como símbolo de reinicio

En la memoria colectiva, septiembre lleva impregnado el regreso a la rutina. Vuelve el colegio, los horarios más estables, los proyectos que parecían dormidos en el letargo veraniego. Pero si nos detenemos a escuchar, descubrimos que septiembre es más que un regreso: es una invitación a mirar hacia adentro y preguntarnos qué queremos hacer con este nuevo ciclo que comienza.

El calendario escolar nos marcó desde pequeños. Septiembre significaba estrenar mochila, lápices con punta perfecta, libros que olían a tinta fresca y la promesa silenciosa de que este año lo haría mejor. Tal vez estudiar más, tal vez no distraernos tanto en clase, tal vez atrevernos a hablar con aquella persona que nos gustaba en silencio. Esa sensación de oportunidad nueva no se perdió con los años: quedó guardada en el inconsciente como una puerta que se abre sola cada vez que el mes noveno aparece.

El poder psicológico de septiembre

Por eso septiembre es un símbolo psicológico poderoso. Nos recuerda que no es necesario esperar al calendario oficial de los “propósitos” para tomar decisiones. Podemos empezar cuando lo sintamos. Cada mes, cada día, cada instante es un umbral.

Muchas personas esperan a que la vida les dé una señal espectacular para empezar de nuevo. Un cambio de año, una mudanza, un nuevo trabajo, una ruptura amorosa, un golpe de suerte o incluso una crisis. Pero la verdad es que la mayoría de los comienzos auténticos son discretos. No vienen con tambores ni con confeti, sino con el susurro de una intuición que dice: todavía puedes.

La psicología transpersonal nos enseña que los grandes cambios de la vida no siempre llegan por la vía de lo extraordinario, sino a través de lo cotidiano. Como cuando decidimos respirar profundo en medio de un conflicto en lugar de gritar. Como cuando nos damos permiso para soltar una relación que ya no nutre, aunque la despedida no tenga aplausos. Como cuando elegimos descansar, aun sabiendo que el mundo seguirá girando.

Ese es el verdadero poder de septiembre: recordarnos que empezar de nuevo no requiere fuegos artificiales, sino disposición interna.

Recordarnos que empezar de nuevo no requiere fuegos artificiales, sino disposición interna.

 

Nunca es tarde para volver a intentarlo

No obstante, en ocasiones vivimos atrapados en la ilusión de que el tiempo se nos escapa. Miramos al calendario y sentimos que ya es “tarde” para muchas cosas. Tarde para estudiar aquella carrera, tarde para enamorarnos, tarde para reconciliarnos con alguien, tarde para sanar una herida. Pero septiembre nos recuerda que todavía hay tiempo.

Tiempo para intentarlo otra vez.
Tiempo para perdonar, aunque no podamos olvidar.
Tiempo para soltar lo que pesa demasiado.
Tiempo para abrazar con fuerza lo que sí importa.

El tiempo no es un enemigo que nos persigue; puede ser un aliado si lo miramos con paciencia. Porque mientras respiramos, siempre hay posibilidad de transformación.

En terapia, una de las frases más liberadoras que escucho es: “¿Y si vuelvo a intentarlo?” Hay personas que sienten que ya gastaron todas sus oportunidades, que fallaron demasiado, que decepcionaron a quienes amaban o que se alejaron de sí mismas al punto de no reconocerse.

Pero septiembre viene con una certeza suave: nunca es tarde para darse otra oportunidad. La vida no lleva un registro estricto de cuántas veces caímos, sino que guarda un espacio secreto para volver a levantarnos.

Podemos volver a empezar una y otra vez. No importa si la primera vez no funcionó, si la segunda se complicó, si la tercera fue un desastre. Cada intento es semilla de aprendizaje, y cada caída fortalece la musculatura de nuestra alma.

Avanzar sin perfección, con continuidad

Y no, no se trata de llegar perfecto. La perfección es un espejismo que nos paraliza. Muchas personas no inician porque esperan el momento perfecto: el trabajo ideal, la pareja ideal, el estado emocional perfecto, la motivación inagotable. Pero la vida no espera a que tengamos todo bajo control; la vida sucede mientras aprendemos a improvisar.

El verdadero camino no se trata de llegar perfecto, sino de avanzar aunque sea despacio. De dar un paso pequeño en medio del ruido, de elegir la calma aunque afuera todo grite prisa. De confiar en que un paso hoy vale más que mil planes para un mañana que quizá nunca llegue.

En psicoterapia solemos trabajar con esta idea: la vida no pide heroicidades, pide continuidad. Un gesto diario de autocuidado, una palabra amable a nosotros mismos, un compromiso con algo que nos nutra. Avanzar sin prisa, pero sin pausa.

Septiembre como bálsamo y aliado

Cierto es que en la vida hay meses que llegan como tormenta y meses que llegan como bálsamo. Septiembre pertenece a los segundos. Su voz no es la de un general que ordena, sino la de un amigo que acompaña. No te empuja a la carrera; te invita a caminar.

“Todavía puedes”, susurra. Puedes reconstruirte. Puedes dar ese paso que aplazaste. Puedes reconciliarte contigo misma. Puedes comenzar un proyecto pequeño que cambie tu manera de habitar el mundo. Puedes perdonar tu propio pasado y elegir con más ternura tu presente.

Ese es el milagro de septiembre: recordarnos que la vida siempre guarda un comienzo para quien lo necesita.

Claves prácticas para empezar de nuevo en septiembre

Si quieres aprovechar este mes como un renacer íntimo, aquí tienes algunas claves:

  1. Escribe en una hoja en blanco. Empieza un cuaderno, un diario, un listado de intenciones. No tienen que ser promesas gigantes; basta con frases sencillas que te conecten con lo que anhelas.

  2. Haz espacio en tu entorno. Ordena un cajón, limpia tu mesa, dona lo que ya no usas. El acto físico de soltar cosas abre espacio simbólico para nuevas experiencias.

  3. Crea un ritual sencillo. Puede ser encender una vela al amanecer, caminar diez minutos sin el móvil o beber tu café en silencio. Lo importante es marcar un inicio consciente.

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  4. Permítete fallar. No te castigues si no cumples al pie de la letra tus intenciones. Lo importante no es la perfección, sino la continuidad.

  5. Abraza la paciencia. Los cambios más duraderos son los que se cocinan a fuego lento. No exijas resultados inmediatos; confía en el proceso.

  6. Escucha tu cuerpo. A veces el comienzo no es un gran plan, sino un descanso profundo, un sueño reparador, una alimentación más consciente.

 

La metáfora del mar y la promesa de un nuevo ciclo

Imagina que septiembre no es un mes, sino una metáfora del alma que siempre busca crecer. Es como ese mar que, después de romper su ultima ola en la orilla, te anuncia que habrá una más (“Every breaking wave on the shore, tells the next one there’ll be one more”).

Como tu vida, que aunque haya atravesado duelos, decepciones o miedos, todavía guarda dentro una chispa dispuesta a encenderse. Septiembre es esa chispa. Una promesa de que la vida no se acaba en los finales, sino que se reinventa en cada comienzo.

La vida siempre guarda septiembre

La vida siempre guarda septiembre. No importa si te sientes cansada, si acumulaste frustraciones o si crees que ya no queda margen para el cambio. La vida es generosa, y en cada septiembre —real o simbólico— abre la puerta a una nueva posibilidad.

No necesitas un escenario perfecto ni un calendario especial para empezar. Solo hace falta tu decisión de intentarlo una vez más, con la paciencia suficiente para aceptar que el camino será imperfecto, pero tuyo.

Así que escucha lo que septiembre te susurra al oído: “Todavía puedes. Todavía hay tiempo. No tienes que hacerlo todo hoy, solo necesitas empezar.”

La vida siempre guarda septiembre para quien necesita volver a empezar a ser.

Instagram @Psicojuande

Si quieres comenzar a ver la vida de otra forma a través de la terapia y el autoconocimiento, contacto con Juande Serrano

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