«Suena la música. Me sudan las manos. Mi cabeza repite incesante «no sé bailar, no se bailar”. La letra «Don´t worry, be happy” se cuela entre mis pensamientos y al ritmo de la voz de Bob Marley doy un primer paso sin darme cuenta. En ese despiste de mi mente me sorprendo dando otro paso al que sigue mi cuerpo que parece cobrar vida propia siguiendo a la música. Surge la primera emoción: sorpresa. Experimento algo nuevo, mi cuerpo ha dejado de obedecer a mi mente y ahora sigue a la música. Recuerdo la consigna de esta vivencia: caminar despreocupado. Mis brazos, mi cabeza y mis hombros se relajan y siguen a mis pasos. Dentro de mí comienzan a surgir otras sensaciones y emociones que no han sido creadas por mis pensamientos sino por mis movimientos plenos de sentido. Termina la música y mi estado ha cambiado. Ahí comienza todo.»
Así es como la música impulsa al movimiento corporal que nos lleva a entrar en vivencia. Según la perspectiva de la Biodanza, la vivencia es «estar en el momento presente, viviendo intensamente con todo el cuerpo. Todo el ser está comprometido con ese instante y vibra, se estremece…”
Estos instantes de vivencia deflagran emociones que ponen en juego los potenciales humanos, permiten otros modos de sentir y revelan nuevas posibilidades para relacionarme conmigo mismo y con los otros.
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Biodanza, creada por el antropólogo chileno Rolando Toro Araneda en los años 60, es un sistema de crecimiento personal que trabaja con música y movimiento en un contexto grupal, propiciando la expresión saludable de la identidad. Permite el desarrollo del potencial genético humano en un entorno de grupo afectivamente integrado.
«El mundo está enfermo de afectividad”
Lo que distingue a la Biodanza de otros sistemas es precisamente su carácter afectivo. Nuestra sociedad está hambrienta de afectividad y enfermamos porque la mente se ha apoderado de nuestras emociones y sensaciones disociando nuestro pensar, sentir y hacer. Según la Biodanza, «la afectividad es un estado de afinidad profunda hacia otros seres, capaz de originar sentimientos de amor, amistad, altruismo, maternidad, paternidad, compañerismo; así como sentimientos opuestos: ira, celos, envidia…”
«Te miro. Me miras. Nos envuelve la música de Roberta Flack «When you smile”. Nos tomamos de la mano, comenzamos a caminar y es inevitable sonreir al encontrarnos. La consigna de esta propuesta es la coordinación rítmica, donde mi cuerpo se impregna del ritmo de la música y a la vez del tuyo. Creamos un espacio común con un ritmo que no es ni tuyo ni mío, sino nuestro. Sin apenas conocernos, tan solo unidos por las manos y la mirada estimulamos la capacidad de crear el camino juntos. Salimos del individualismo de hacer el camino solos para dirigirnos a la complementaridad. En cada paso que damos me inspiras, te inspiro. Entramos en vivencia y mientras suenan los últimos acordes al mirarte te veo, me ves.»
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En Biodanza no hay coreografías ni bailes predeterminados sino propuestas de movimiento que se desarrollan a partir de lo que sugiere la música, lo que conocemos como. Las líneas de vivencia: vitalidad, creatividad, afectividad, sexualidad y trascendencia son los ejes que se entrelazan en las sesiones de Biodanza para tejer los mapas vitales donde cada uno se encuentra consigo mismo, con el otro y con el todo. El respeto por la Vida es el motor que alimenta cada danza y la afectividad es el hilo que hilvana todo lo que acontece en una sesión: música, movimiento, emoción, encuentros.
La Biodanza es un camino para recorrer sin prisa, relamiéndose, degustando la vida. Es un espacio para ser, sentir, conocer, soñar al ritmo de aquí y ahora. Una senda coloreada por el movimiento y la música, endulzada con piel y miradas, iluminada por sensaciones y emociones, bendecida por el amor.
En realidad la única manera de comprender de verdad qué es la Biodanza y experimentar todas sus posibilidades es vivenciando una sesión. ¡¡Así que atrévete a dar el paso y prueba!!
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Es un placer haber conocido la Biodanza a través de una persona que la siente de esta manera tan «afectiva». Gracias
Hay muchas investigaciones que dicen que la biodanza es una trampa de una secta